CSB Principio #2 “Rebosando y derramándose”

Queridas continuamos esta semana con el Principio #2  de "Como Ser Bendecida" cada lunes compartiremos un principio de este recurso, les animamos a leerlo y compartir por medio de comentarios y testimonios lo que Él le ha enseñado por medio de estos principios.

“Si saben esto, serán felices si lo practican”. J1317

☊ Principio #2

“Rebosando y derramándose”

La semana pasada aprendimos que el primer principio es ser bendecida y que:

¡Dios QUIERE bendecirte!

Y la segunda parte es :

¡El Señor espera y anhela bendecir a todos y cada uno de los que le anhelan a Él. Es su propia naturaleza QUIERE bendecirnos !

Esta semana nos gustaría llegar a entender por qué hay algunos creyentes que no son bendecidos mientras que hay otros creyentes que parecen ser tan bendecidos que no pueden contenerlo.

Lo que quiero decir es que estos individuos son tan bendecidos que las bendiciones están, literalmente, rebosando y derramándose sobre cualquiera que esté cerca de ellos. Yo no sé ustedes, pero este es el tipo de bendiciones que yo quiero tener. El tipo de bendición que es "apretada y rebosante". Quiero tanto de Dios que me sobre mucho más para transmitirle a todo el mundo cerca de mí. ¿Es esto lo que quieres también?

Así que, si es cierto que Dios quiere bendecirnos, entonces ¿por qué sufren algunos creyentes?

Principio # 2 ¡El sufrimiento y el dolor nos ayudan a obtener la madurez necesaria para disfrutar de la bendición!

A todos nos gusta pensar que nuestro milagro vendrá a nosotros en la forma de ganar la lotería. En otras palabras, que, de repente, estaremos al instante y gloriosamente bendecidas, nunca necesitando una bendición más en el futuro. Sin embargo, cuando una bendición simplemente cae en nuestro regazo, la verdad es que estamos total y absolutamente sin preparación para manejar la situación. Así que, en lugar de ser una verdadera bendición, la bendición se convierte en una maldición para nosotros.

La manera que Dios diseñó para recibir sus bendiciones fue a través de las nubes oscuras. Mediante la fatiga, el dolor, el sufrimiento, la lucha y la tristeza es la forma en que experimentamos y aprendemos la madurez necesaria para mantener y disfrutar de nuestra bendición.

Una vez vimos un documental que entrevistaba a personas que habían ganado la lotería. Todos, excepto uno de los que la habían ganado recientemente, se encontraron con que el dinero que ellos habían soñado que los haría felices, en realidad destruyó sus vidas. Se les había dado a ellos antes de que estuvieran listos para asumir la responsabilidad. Ellos tampoco habían trabajado o sufrido para obtenerlo, sino que cayó en su regazo.

Cuando estás en medio de pruebas, como en tu matrimonio, cada día deseas que tu cónyuge llegue a casa ese mismo DÍA o que milagrosamente cambie durante LA NOCHE. Es nuestra naturaleza que no quiere esperar. ¿Y quién de nosotras quiere continuar lastimándose o derramando una lágrima más?

Sin embargo, ¿no hemos olvidado como el sufrimiento que nos trajo hasta aquí, nos llevó a Él, cómo nuestras pruebas hasta el momento nos han cambiado de maneras increíbles? Ninguna de nosotras somos la misma persona que éramos. Estamos completamente transformadas y lo que nos importa ahora no es nada comparado a lo que era antes. Si eres como yo, miras hacia atrás a la manera que fuiste y te avergüenzas. Sin embargo, qué tan pronto nos olvidamos de que el Señor nos dijo que somos transformadas de gloria en gloria.

Así que vamos a leer el versículo de nuevo para ver si podemos obtener más de el:

2 Corintios 3:18 (NBLH)
“Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.”

Si estás agotada y has estado pensando "cuánto tiempo" durará este viaje de Restauración, detente un minuto para mirar hacia atrás y recordar cómo estas pruebas te han cambiado.

Hoy mientras trabajaba en unos Testimonios de Matrimonios Restaurados me llamó la atención con total asombro la cantidad de personas que explican con gran detalle lo difíciles que fueron sus pruebas, ¡pero cada una de ellas no hubiera querido perder o cambiar una cosa! Me siento así también. ¿Entonces por qué, cuando escribí por primera vez esta serie, estaba harta de todas las pruebas que he compartido que me estaban golpeando, una detrás de otra, y por qué deseaba que terminaran? Al parecer, me había olvidado de cómo llegué a este lugar en mi vida.

Como dije en el 2004, me decidí a relajarme en un baño caliente y abrí el Devocional Manantiales en el Desierto y comencé a leer uno de mis favoritos:

Manantiales en el desierto 9 de enero

"Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada." (Romanos 8:18).

Durante un año aproximadamente guardé el capullo de una "mariposa emperadora." Su construcción es muy peculiar. En una de sus extremidades tiene una abertura muy estrecha por la cual el insecto fuerza su salida. Es una maravilla el ver que cuando el gusano sale del capullo, éste permanece tan completo corno cuando contenía al insecto, y no se nota que se rompan las fibras entretejidas cuando sale el gusano. La gran desproporción que existe entre la anchura de la salida y la grosura del insecto aprisionado, le hace a uno creer que la salida es imposible, la cual el gusano siempre la realiza con gran trabajo y dificultad. Se supone que la presión a que el insecto se halla sometido a pasar por una abertura tan estrecha, es una provisión de la naturaleza para forzar los jugos en las vasijas de las alas, las cuales en el período de salida de la crisálida están menos desarrollados que en otros insectos.

Observé los primeros esfuerzos que mi gusano aprisionado hizo para escapar de su largo encarcelamiento. Me paré toda una mañana, observando con paciencia de vez en cuando los esfuerzos y la lucha que el insecto realizaba para salir del capullo. Parecía que no podía ir más allá de un cierto punto, hasta que por fin se me terminó la paciencia. Muy probablemente las fibras de su confinamiento estaban más secas y eran menos elásticas que si se hubiese dejado el capullo durante todo el invierno en el lugar que la naturaleza lo había colocado. De cualquier forma, yo creí que era más sabio y compasivo que su Hacedor, y decidí echarle una mano. Con las puntas de mis tijeras corté los hilos aprisionadores para facilitarle la salida sin tanta dificultad. Inmediatamente mi gusano salió con gran facilidad arrastrando su cuerpo hinchado y sus alitas arrugadas. En vano esperé ver el maravilloso proceso en que estos insectos se desarrollan con gran rapidez a la vista de uno. Al fijarme en los muchos y diversos lunares de diferentes colores que el insecto poseía en miniatura, anhelaba que estos asumiesen sus debidas proporciones y que el insecto apareciese en toda su belleza. Pero todo fué en vano. Mi falso sentimiento, causó su ruina y él no llegó a ser otra cosa sino un aborto sin desarrollo, que pasó su breve vida arrastrándose penosamente, en vez de habérsela pasado volando por los aires con sus alas preciosas.

Con mucha frecuencia me he acordado de ésto cuando he observado con lástima a aquellos que luchan con el dolor, el sufrimiento y la calamidad. De buena gana hubiese cortado su disciplina y los hubiese rescatado. ¡Pero pobre miope! ¿Cómo puedo yo saber qué estos dolores o gemidos son innecesarios? La visión del amor perfecto que busca la perfección de su objeto, no se acorta débilmente por el sufrimiento presente y pasajero. El amor de nuestro Padre es demasiado verdadero para debilitarse. Porque Él amó a sus hijos, Él los castiga para que participen de Su santidad. Mirando este glorioso porvenir, Él permite que sufran. Haciéndonos perfectos por medio del sufrimiento como lo fué el Hermano Mayor, los hijos de Dios son entregados para la obediencia y llevados a la gloria por medio de mucha tribulación.

Como dije, fue cuando terminé de leer esa historia cuando de repente me acordé de que, en medio de todas las pruebas de la semana, había fallado en terminar de escribir el mensaje de esta semana. Así que salí del baño, pero en vez de estar triste estaba agradecida. Agradecida por un Padre Celestial que me ama lo suficiente como para dejarme crecer; que me cambiará para ser más como Él. Sus caminos no son mis caminos y Sus pensamientos no son mis pensamientos.

Y como yo también dije: Me hizo feliz saber que Él no ha terminado conmigo todavía. ¡Gracias Señor por las pruebas; de nuevo me regocijo!

Afortunadamente y humillantemente veo cuántos años le ha llevado al Señor  transformarme y ayudarme a madurar. Fue sólo en los últimos días cuando me di cuenta de que yo no quería ser liberada o salvada de mis pruebas actuales, porque sólo en el fuego puedo realmente sentir Su presencia al máximo.

Daniel 3:24 (NBLH)

“Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y levantándose apresuradamente preguntó a sus altos oficiales: “¿No eran tres los hombres que echamos atados en medio del fuego?” “Así es, oh rey,” respondieron ellos. “¡Miren!” respondió el rey. “Veo a cuatro hombres sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir daño alguno, y el aspecto del cuarto es semejante al de un hijo de los dioses”.

¿Qué hay de ti? ¿Dónde estás tú en tus pruebas y cómo te sientes acerca de ellas?

Ahora es momento de hacer su Diario.  Si usted tiene un testimonio de alabanza que le gustaría compartir sobre el mensaje de esta semana, por favor tome un momento para HACER CLIC AQUI y PRESENTAR UN Testimonio de Alabanza.

6 comentarios de “CSB Principio #2 “Rebosando y derramándose””

  1. ROMANOS 5:3-5
    “También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.”

    Hoy reconozco, acepto y agradezco que el dolor ha sido necesario en mi vida, para volver mis ojos hacia a El , porque ha sido en medio de un intenso dolor, que me ha hecho crecer, en carácter y espíritu. Mi esperanza esta puesta en que me concederá la gracia para lograr los cambios que deben suceder en mi para poder ser un reflejo suyo y así cumplir el propósito de mi vida para el cual fui creada y pensada.

    1. Estoy de acuerdo contigo, el dolor ha valido la pena por el simple hecho de tener la relación más especial y maravillosa que jamás pensé pudiera tener con el Señor. Este proceso aunque doloroso es maravilloso y como dice Erin, no cambio nada en mis pruebas porque me moldearon y me transformaron y aún continúan haciéndolo, nuestro Amado es inmensamente sabio, sin duda, El está en control de todo en mi vida. Aprecio mucho la disciplina que ha ejercido en mí porque me confirma que me ama y que soy Suya.

  2. Leyendo este principio, me llamo la atención sobre la analogía de la mariposa y su proceso dentro del capullo, y no solo era lo que este gusano vivió dentro de su metamorfosis dentro del capullo si no lo que le costo para salir; seguramente el que le crecieran las alas tuvo que romper parte de su cuerpo, que esos bello colores y todo lo que la iba a ser una hermosa mariposa debía cambiar partes del gusano que de otra forma no era posible, aun más en tan corto espacio casi parece imposible; pero ya que estaba terminado el trabajo ella debía aprender a controlar su propio cuerpo cambiado y trabajar con mas peso para salir del diminuto capullo que estaba a la medida de antes; y es en ese proceso antes de salir y relucir su hermosas alas y cambio que debe romper con su vieja “yo”; con su vieja manera de vivir “antes de entrar al capullo”; pero si ya somos transformadas pero seguimos viviendo y viéndonos como el pasado no hay mucho cambio y aun esa belleza externa no termino el proceso.

    Cuando leí “Observé los primeros esfuerzos que mi gusano aprisionado hizo para escapar de su largo encarcelamiento. Me paré toda una mañana, observando con paciencia de vez en cuando los esfuerzos y la lucha que el insecto realizaba para salir del capullo. Parecía que no podía ir más allá de un cierto punto, hasta que por fin se me terminó la paciencia. Muy probablemente las fibras de su confinamiento estaban más secas y eran menos elásticas que si se hubiese dejado el capullo durante todo el invierno en el lugar que la naturaleza lo había colocado. De cualquier forma, yo creí que era más sabio y compasivo que su Hacedor, y decidí echarle una mano. Con las puntas de mis tijeras corté los hilos aprisionadores para facilitarle la salida sin tanta dificultad. Inmediatamente mi gusano salió con gran facilidad arrastrando su cuerpo hinchado y sus alitas arrugadas. ” casi morí; porque es lo que a veces nosotras hacemos “queremos ayudar a Dios”; y me vino a la mente lo que escuche ayer y hoy con la lección de Abraham y Sara cuando ya estaban en la tierra prometida pero cuando Abraham vio la escases desvió su atención de nuestro Dios y pensó ayudar a Dios cambiando el rumbo hacia Egipto donde había abundancia de comida pero no era el lugar de Dios.

    Lo que nos dice que debemos pasar el proceso y esperar el tiempo de nuestro amado, cuando El sabe que estamos listas.

    Alabado sea por cada enseñanza

    1. Es cierto querida, es orgulloso de nuestra parte pensar que podemos ayudar a Dios como si Él no fuera suficiente y capaz de hacer lo que prometió, nuestra parte es solamente confiar en Él y obedecer, se nos hace tan simple que nos cuesta demasiado soltar y dejar de preocuparnos para simplemente descansar en Su amor.

  3. Amo estas lecciones! Siempre que las leo me nutren el alma. Hoy después de leerla nuevamente he relacionado el pequeño agujero por el que debe salir la oruga como la puerta estrecha por la que todo cristiano debe pasar si es que quiere entrar al reino de los cielos. Moldearnos al tamaño y forma de esa puerta es doloroso, entrar a presión a través de ella duele, pero que glorioso ha de ser poder vivir en la plenitud del reino de nuestro Amado, a Su lado sin más llanto ni dolor, solo llenas de Su amor. Sin embargo, no tenemos que esperar para disfrutar de Su amor porque lo tenemos con nosotras cada día incluso mientras somos esculpidas y talladas a la forma de esa puerta, nuestro Alfarero, nos moldea y nos embellece espiritualmente cada día, nos disciplina porque nos ama y desea que lleguemos a ser como una mariposa que se pasea libre y alegremente por la vida abundantemente que El planeó darle.

  4. Gracias
    Sin duda alguna, aunque doloroso, no cambiaría haber entrado en este Viaje, conocerlo a Él de esta manera como nunca antes y sentirlo, leer Su Palabra con mente y corazón y permitirle por fin, después de tantos años, transformarme conforme a Su Voluntad para amarlo más que a nadie, justifica todo este tiempo en el desierto.

    Justamente hoy, agradezco que me haya permitido leer estas líneas:
    “pero si ya somos transformadas pero seguimos viviendo y viéndonos como el pasado no hay mucho cambio y aun esa belleza externa no termino el proceso.”

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