¡Cómo ser bendecida! – “Aumento del Espíritu”

La Promesa del día: "Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en Mí y Yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de Mí nada pueden hacer". Juan 15:5

☊ Principio #6

Desde el comienzo de este año, hemos estado aprendiendo los diferentes principios para descubrir las bendiciones. Tomemos un momento para revisarlas:
Principio # 1 ¡Dios quiere bendecir!

Principio # 2 ¡El sufrimiento y el dolor nos ayudan a obtener la madurez necesaria para disfrutar de la bendición!

Principio # 3 Para ser bendecida, tienes que amarlo lo suficiente como para obedecer.

Principio # 4 Para ser bendecida, debes meditar en Su Palabra.

Principio #5 Debemos tener una unidad de la mente.

Hoy vamos a hablar de un principio que bloqueará las bendiciones que Dios tiene para nosotras:

Principio # 6 Tenemos que dejar de hacer lo que SABEMOS que está mal.

Hay muchas de nosotras que estamos plagadas con el problema de hacer lo que SABEMOS que está mal, pero nos encontramos con que NO SOMOS CAPACES de luchar contra la tentación.

Incluso el apóstol Pablo se encontró con que no podía hacer lo que quería hacer, sino que  hacía lo que NO quería hacer. Tanto es así (tan grande fue su pena) que clamó en Romanos 7:24 "¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?”

La semana pasada me sentí llevada a visitar a una amiga muy querida de nuestra iglesia que tiene un matrimonio restaurado. Ella quería compartir conmigo algo importante, y aunque nunca tengo tiempo para las relaciones personales, me escuché a mí misma decirle que tal vez podríamos reunirnos.

 Aunque había planeado que fuera  una visita corta, el Señor me mantuvo allí un largo tiempo —pasando varias horas con ella porque el coche que yo conducía perdió la dirección asistida. A pesar de que estuvimos de acuerdo en que el Señor lo iba arreglar y en que nos daría sabiduría/conocimiento sobre lo que estaba mal, no fue hasta que su marido llegó a casa del trabajo que descubrimos (o debería decir que el Señor "nos reveló") lo que fallaba para yo poder salir y arreglarlo. El Señor hizo esa cita divina para mí, y Él utilizó los problemas con el coche para controlar la cantidad de tiempo que me quedé, Él lo quería así.

Cuando llegué por primera vez y estábamos a solas, ella, también, al igual que Pablo, me gritó que ¡algo estaba terriblemente mal! Ella ya no era el "espíritu suave y apacible" que permitió a Dios restaurarla a ella y a su matrimonio. En cambio, ella hacía todo lo que odiaba; ¡¡su antigua persona parecía estar de vuelta!!

Cuando tuve un momento a solas, le pedí al Señor por la sabiduría que Él quería darme para ella. Sorprendentemente, al momento que volví a entrar a la habitación, incluso antes de que tuviera la oportunidad de decir algo, ella exclamó: "Quería hablar contigo sobre el ayuno". Bueno, esa era la palabra del Señor. El ayuno.

¡No hay nada más poderoso para la destrucción de fortalezas, conseguir avances y MATAR la carne que el ayuno! Esta no es la única solución, pero es una gran parte de ella y, a menudo, es por donde Él comienza.

En primer lugar, le dije, como le estoy diciendo, el Señor quiere mostrarnos a TODAS que "aparte de Él no podemos hacer NADA!" Juan 15:5 Al Señor le gusta mostrarnos que Él quiere que confiemos en Él y no quiere que intentemos nunca nada sin Él.

El apóstol Pablo llegó a decir (clamando cuando él hizo lo que no quería hacer, pero todavía lo hizo) que la solución era entender la diferencia entre el espíritu y la carne. Para entender bien, espero que tome tiempo para leer estos dos versos, que he añadido los paralelos a: Gálatas 5:17 y Romanos 8:5.

La conclusión es que ninguna de nosotras puede cambiarse a sí misma. Es sólo cuando Dios obra "en nosotras" que somos transformadas. Además de permitir que la obra de Dios trabaje en nosotras, trabajamos con Él MATANDO la carne a través del ayuno. El ayuno es la forma en la que un creyente que quiere crecer en Dios puede matar la carne y aumentar en las cosas del espíritu.

Hace casi un año, yo estaba buscando al Señor por el "aumento de peso" que estaba experimentando, Él me recordó (muy suavemente) que yo no ayunaba con regularidad. Me arrepentí ante Él, después ante mi marido y luego ante Michelle (en Alabama), quien en ese momento, era nuestra Presidente del Compañerismo de Restauración. Era cierto que había fallado en ayunar regularmente como las animamos a todas ustedes a hacer. Y una vez que te alejas de hacerlo, es tan fácil dejar que se deslice, a veces por un cierto tiempo, como fue mi caso.

El ayuno no sólo comenzó mi pérdida de peso (este es otro tema que podré compartir con usted en una fecha posterior), sino que inició mi crecimiento  espiritual. Cuando morimos de hambre o dejamos de alimentar la carne, entonces ésta comienza a perder fuerza. Y al mismo tiempo, nuestro espíritu gana fuerza.

Animando a mi amiga, ella confió que había "intentado" el ayuno, pero no pudo continuar debido al tremendo dolor de cabeza que experimentó cuando intentó un ayuno de tres días. Pero antes de que pudiera comentar, ella me dijo que ella estaba en su segunda semana de una dieta que elimina el azúcar de su dieta (tal y como su marido la había animado a hacer) y cómo Dios bendecía sus esfuerzos como resultado de su sumisión a su marido.

Los dolores de cabeza se debían a, como ella dijo, su "adicción al azúcar" o fortaleza. Al principio de su dieta tenía dolores de cabeza de nuevo, pero ahora ya no. Por lo tanto, ella estaba dispuesta a hacer un par de ayunos de un "día", un par de días a la semana, de forma regular tal y como yo la animé a hacer.

Además del ayuno, le mostré en su Biblia el versículo de Isaías 58:6, que comienza así: "No es éste el ayuno que Yo escogí..." Compartí con ella que hace poco el Señor me había llevado a "elegir" qué ligaduras de impiedad yo quería aflojar, qué coyundas de yugo yo quería deshacer, de qué opresión quería ser liberada. ¡En este ayuno que yo escogí necesitaba romper todos los yugos [esclavizantes] que me tenían atada!

Yo le confesé a mi amiga que mis "opciones" para mis ayunos eran el miedo, la intimidación, la condena, la culpa y la vergüenza, los cuales (en ese momento) corrían por mi vida y jugaban con mis emociones. Sin saberlo, ella espetó que su problema era la "necesidad de control" y una "obsesión por la perfección".

Todos nuestros miembros del Compañerismo de Restauración deben buscar a Dios sobre el ayuno al menos dos días a la semana, y deben comprometerse a hacerlo para siempre, hasta, y sobre todo después, de su restauración. Busque a Dios por sabiduría para saber lo que debe "elegir" romper durante su ayuno.

Sin embargo, tenga en cuenta que incluso cuando está ayunando, si es tentada y simplemente "cede" a la tentación, entonces está haciendo todo lo contrario de morir de hambre para MATAR la carne; usted, en cambio, está ALIMENTANDO su carne.

La alimentación de su carne le reducirá mucho espiritualmente. El resultado es que más y más tentaciones te van a superar hasta que estés en un estado de apostasía. Cada vez que "ceda" a la tentación se fortalece la carne, porque "se le dio alimento". Entonces, cuando otra tentación viene a usted, su fuerza espiritual es a menudo demasiado débil y cae en la tentación una y otra vez, lo que se traduce en un espíritu más débil y la carne aún más fuerte.

¡Para realmente MATAR la carne necesita AYUNAR hasta que esté físicamente débil pero fuerte espiritualmente! Y cuando usted está físicamente débil le resultará mucho más fácil negarse a "ceder" a la tentación. Oí a Joyce Meyer decir que ella tenía tan tremendo problema con su boca que finalmente recurrió al "¡llenar su boca con una toalla y correr por el pasillo, para no decir algo que no debería a Dave!"

Así, en el año 2004 cuando por primera vez escribí esta serie, hice una lista de algunas cosas que he visto que hacen mucho nuestros miembros, que no sólo inhibió su restauración, sino que también alimentó su carne, por lo que estaban perdiendo Sus bendiciones:

  1. Discutir. A pesar de que muchas de ustedes han dejado de discutir con su cónyuge, usted continúa discutiendo con los demás. En su lugar, recordemos que se nos pide vivir en armonía y ser agradables.
  2. Dejar de hacer preguntas. Si aún le pregunta a su cónyuge, a su Compañera de Ánimo, a nuestro ministerio o a cualquier otra persona que se le pueda ocurrir para ayudarle encontrar las respuestas, entonces usted no le ha dado a Dios el trabajo de darle sabiduría, ni permite que el Señor la guíe. Si busca en Él, Él la guiará continuamente una vez que haya dejado de "apoyarse" en su propio entendimiento, y reconozca que sólo ÉL conoce el camino que debe tomar a lo largo de su Viaje de Restauración.
  3. Deje de pedir cosas. El único que puede satisfacer todas sus necesidades es Dios. Él proveyó a Su Hijo para estar con usted. Confíe en mí, nunca estará satisfecha con el amor o con el compañerismo que se origina en un ser humano. Y nunca podrá disfrutar de los bienes con los que ha sido bendecida si no vienen directamente del Señor (porque usted se los ha pedido). Él quiere comunión continua en todo momento  con usted, porque la ama y promete bendecirla con todo lo que necesita si lo hace primero en su vida y primero en su corazón. Haga un compromiso para hacerlo hoy.
  4. Perseguir. Muchas de ustedes todavía no han soltado. Lo sé, sus amigas lo saben, y su esposo también lo sabe. Por desgracia, usted todavía no lo sabe y continúa negándolo. Si usted todavía come, duerme, piensa, y habla de su cónyuge (lo que él o ella está haciendo, sintiendo, etc, etc.) simplemente NO han soltado. Lo vemos en la forma en que completa sus diarios. Incluso si ha dicho a su cónyuge que es libre, usted nunca será libre hasta que lo deje ir. Confíe en mí y en todas las que han experimentado un matrimonio restaurado—existe tal libertad en permitir que el Señor sea TODO lo que necesita! Será libre del miedo, de la intimidación, del terror y de las ligaduras de la esclavitud de necesitar a su cónyuge en casa. Y, esta es la libertad que Dios necesita para poder trabajar y completar su restauración.

Haga un nuevo compromiso esta semana para buscar al Señor con más profundidad, en ayuno. Y asegúrese de soltar y de entregarle su cónyuge a Él. Si usted no sabe cómo hacerlo, sólo le tiene que pedir al Señor que lo haga. Hágase total y completamente dependiente de Él para todo. Y, si usted ha fallado en su deseo de ayunar, haga un nuevo comienzo esta semana empezando a buscar a Dios por sabiduría para comprender lo que se lo ha impedido en el pasado. Si continúa fallando, o si tiene problemas a causa de dolores de cabeza o de su salud, hable con el Señor acerca de esto. Que haga el camino más recto y más fácil para llevarla a ganar la victoria sobre su carne y empezar a ser guiada por el Espíritu. Ahora es momento de hacer su...