Testimonio de matrimonio RESTAURADO: “Quedarás Sorprendido y Asombrado”

Danica, ¿cómo comenzó realmente tu viaje de restauración?

Mi desierto empezó cuando después de una pelea, mi esposo Nathan decidió irse de la casa, al principio pensé que sería una pelea tonta y que pronto volvería cuando estuviera más tranquilo, ¡pero me equivoqué! Antes de eso casi no había peleas, siempre hacíamos cosas juntos, él siempre me trataba con mucho cariño, así que cuando me di cuenta que realmente decidió separarse, mi mundo se derrumbó.

Nathan empezó a tener una vida de soltero y luego se involucró con una mujer, cada día que pasaba él cambiaba más y más, ya no era la misma persona.

Comencé a ir a la iglesia cuando tenía 6 años cuando mi madre se convirtió, cuando cumplí 18 años me alejé de los caminos del Señor y me fui a vivir mi vida. Conocí a Nathan a los 27 años, él era de una familia católica.

¿Cómo cambió Dios tu situación, Danica, cuando lo buscaste con todo tu corazón?

Cuando me sentí devastada y la tierra se hundió bajo mis pies, me arrodillé y clamé a Dios por ayuda. En ese mismo momento, Él vino a mi encuentro y una fuerza inexplicable se apoderó de mi corazón para luchar por mi matrimonio. Todos los que me vieron pensaron: “el matrimonio no funcionó, la vida tenía que continuar, ella estaba ciega”.

Un día al llegar del trabajo me di cuenta que Nathan había ido a nuestra casa (aún tenía la llave) vi que el televisor de la sala no estaba y que se lo había llevado a la casa de su madre donde vivía. Me enojé mucho, salí enfurecida a poner la denuncia en la policía, pero en su lugar me encontré en la puerta de la casa del pastor de la iglesia a la que asistía mi madre.

Me dio un poco de vergüenza la situación pero como ya estaba ahí decidí hablar. El pastor me escuchó y oró por mí y salí de ahí con una paz y de regreso a casa, esa fuerza me llegó de nuevo para luchar por mi matrimonio. Entendí que de alguna manera Dios me estaba llamando, pero no entendía muy bien lo que estaba pasando.

Un día, llorando mucho, comencé a hacer un lío con la computadora, buscando algún testimonio de matrimonio restaurado. Fue entonces cuando me encontré con este ministerio. Comencé a leer el libro Cómo Dios puede y va a restaurar su matrimonio. Cuanto más leía, más se me abrían los ojos. Sentí como si alguien hubiera abierto una caja donde estaban escondidos todos mis pecados, mi corazón estaba roto y anhelaba más y más de Dios.

Durante este periodo descubrí que Dios odia el divorcio y que en la Palabra no existe un segundo matrimonio. Confieso que me sentí aterrada, para mí era el fin. Pensé que nunca más volvería a tener una familia, pero conforme fui profundizando más y más en la Palabra, aprendí a descansar, mi alma se llenó de una paz inexplicable. Aprendí que para Dios nada es imposible, Él se convirtió en Mi Esposo Celestial.

¿Qué principios, de la Palabra de Dios (o a través de nuestros recursos), te enseñó el Señor durante esta prueba, Danica?

Los Principios que aprendí de la Palabra de Dios fueron el de depender totalmente del Señor, confiar y tener fe aun cuando ante mis ojos no vea que nada sucede. El principio de “ Dejar Ir ” es fundamental para quienes están en este proceso de restauración, con la ayuda del Señor es posible dejar todo aquello que nos separa de nuestro amor más grande, el Todopoderoso.

¿Cuáles fueron los momentos más difíciles que Dios te ayudó a superar, Danica?

Hubo tres situaciones muy difíciles que el Señor me ayudó a superar. La primera fue acerca de mi casa, cuando nos separamos. Nathan solo se llevó el televisor y su auto, dejándome la casa con todos los muebles, sin embargo, algunos familiares y amigos cercanos me aconsejaron que buscara un abogado, porque estaba en peligro de perder mi casa, mi cabeza estaba dando vueltas, no podía pensar en nada. Fue entonces cuando cerré mis oídos a lo que todos decían y fui a escuchar a Mi Esposo Celestial en oraciones de madrugada. Fue entonces cuando sentí en mi corazón despedir al abogado y confiar en mi Amado.

La segunda situación fue cuando Nathan vino a mi el día de mi cumpleaños, me pidió volver a casa. Acepté, sin embargo, solo se quedó 1 semana y se fue nuevamente, por segunda vez sentí que mi mundo se derrumbaba. Clamé a Dios todo el tiempo. Después de 2 meses me enteré que él estaba viviendo con otra mujer. Comencé a buscar a Dios por una respuesta, porque quería soltarlo, pero no podía, sabía que tenía que soltarlo. Unos meses después Nathan presentó la demanda de divorcio, cuando recibí la noticia mi corazón estaba en paz, sabía que Dios estaba en control. El día de firmar los papeles del divorcio él se llevó a la otra mujer. Estaba devastada pero me contuve, mi confianza estaba en Dios. Cuando fuimos a firmarlo, descubrí que él había entregado la casa con todos los muebles, ¡Gloria a Dios! Me fui a casa triste pero confiada en que desde ese momento solo éramos yo y mi Esposo Celestial.

La tercera situación fue cuando una mañana cuando iba al mercado, me encontré con una conocida y me contó que Nathan se había casado con la otra mujer y que ella estaba embarazada. Esta noticia cayó como una bomba, me esforcé mucho para que ella no se diera cuenta de que estaba destrozada. Me despedí de ella y terminé sin ir al mercado. Regresé a casa llorando, porque tener un hijo era un sueño nuestro. No había podido quedar embarazada. Al llegar a casa me acosté en la cama llorando mucho y cuestioné a Dios y luego de repente me sentí en paz y una voz me dijo que encendiera la radio. Obedecí, al encender la radio el locutor estaba hablando de la hija de Jairo y el mensaje que transmitía era que aunque todo estuviera muerto, cuando el Señor llega, resucita. Comprendí que en ese momento, fui abrazada por mi Esposo Celestial y pude regocijarme con Su Dulce Presencia.

Danica, ¿cuál fue el “punto de inflexión” de tu restauración?

El punto de inflexión fue cuando realmente me dejé llevar, estaba en la mejor etapa de mi vida. Mi Esposo Celestial me completaba y me completa en todo. Quité por completo el enfoque de la restauración de mi matrimonio. Sabía que si estaba en los planes de Dios y todo sucedería en Su tiempo. Me cuidé a mí misma, cuidé la casa y mi trabajo. Compré un auto, me mantuve físicamente activa e hice algunos viajes. Honestamente, ni siquiera podía imaginarme casada nuevamente. Estaba muy feliz de que fuéramos solo yo y MI Amado Celestial.

Cuéntanos cómo sucedió, Danica. ¿Nathan entró por la puerta principal? Danica, ¿sospechaste o te diste cuenta de que estabas a punto de ser restaurada?

¡Pues bien! ¡El momento llegó! ¡El momento determinado por Dios! Un día, mientras estacionaba mi auto en el garaje de mi casa después de un día de trabajo, saqué mi teléfono celular y vi que había un mensaje. Cuando lo abrí para leer, me sorprendí al ver que era de Nathan preguntándome si estaba bien. No sabía qué responder. Después de unas horas respondí el mensaje y él continuó. Comenzamos a hablar, hasta que me invitó a cenar y me dijo que necesitaba hablar conmigo.

Acepté la invitación y el siguiente fin de semana fuimos a cenar. Durante la cena hablamos mucho y él me comentó sobre el deseo que tenía de volver a casa y si yo lo aceptaría de nuevo. Empezamos a salir, recibimos apoyo de nuestros familiares. La alegría de todos era increíble. Parecía que no podían creer lo que estaba pasando.

Nos casamos y después de la boda, organizamos una cena en nuestra casa para algunos invitados y Nathan regresó a casa con todas sus cosas. Fue un día de mucha alegría. ¡Recibí mi milagro! Glorifico mucho a Dios por restaurar este matrimonio después de casi 6 años de separación durante los cuales hubo un divorcio, otro matrimonio y una hija de este otro matrimonio.

Cuando Nathan vino a verme ya estaba divorciado de otra mujer. Ella ya estaba en otra relación. Dios hizo posible lo imposible. Porque para Él, Nada es Imposible, toda la honra y la gloria es para ÉL.

¿Recomendarías alguno de nuestros recursos en particular que te ayudó, Danica?

Los materiales que me ayudaron fueron los libros  Cómo Dios Puede y va a Restaurar Su Matrimonio  y  Una Mujer Sabia , pero recomiendo  todos los materiales .

¿Te interesaría ayudar a animar a otras mujeres, Danica?

Sí.

De cualquier manera, Danica, ¿qué tipo de estímulo te gustaría dejarles a las mujeres, como conclusión?

Escucha solo la voz de Dios, obedece Su Santa Palabra y no desistas de tu matrimonio, aunque parezca que no tiene esperanza. Dios es el Dios de lo imposible. Cree con todo tu corazón y no lo olvides, todo es a Su tiempo.

¡Vale la pena esperar en el Señor! Cuando llegue la victoria, te sorprenderás y asombrarás al presenciar cada promesa cumplida en tu vida, tu corazón se llenará de alegría y gratitud al Señor.