Sin remordimientos

Parece que últimamente todos mis testimonios de alabanza hablan de la maternidad pero es que no puedo dejar de sorprenderme y ver cómo mi Amado tiene cuidado de cada una de mis preocupaciones y ansiedades al punto de ayudarme casi de inmediato cuando clamó con todo mi corazón.

Quiero alabar a mi Dios por mi proceso de maternidad y lactancia. Le doy gracias por cada gota de leche que ha suplido las necesidades de mi pequeñita. Desde el principio, le creí que mis pechos eran benditos y que no habría necesidad de leche formuladas y así ha sido.

Sin embargo, luego de dos años de amamantar, empecé a sentirme tan agotada y con dolor de espalda y cuello tremendos. Digamos que ya no me encontraba cómoda en ninguna posición porque la cabeza de la niña pesa mucho (gracias a Dios por su crecimiento normal) y al acomodarme de lado me sentía fatigada y no estaba siendo placentero como había sido siempre. Entonces tuve que correr a Él.

Fui prudente y no lo comenté con nadie para evitar las opiniones y comentarios que a veces pueden incurrir en queja. Pero abracé Su paz y confíe en Él.

Quiero decirles que el contacto físico a través de la lactancia genera un lazo que durará toda la vida y yo he visto los beneficios desde lo fisiológico y nuticional hasta las repercusiones en salud y la más bello para mi: el apego.

Cada manifestación de amor con caricias, gestos y miradas que se siente al dar pecho es indescriptible y yo en lo personal experimenté una satisfacción inmensa. Siempre, siempre animaré a quien me lo pregunte a lactar todo el tiempo que sea posible.
Pero como les digo, no estaba sintiéndome agradada en este último tiempo. Puse en consideración de mi Esposo Celestial el agotamiento físico. Oré y le dije en voz muy alta: ¡estoy muy cansada Señor, siento que no puedo más! Y me entristecí un rato al pensar lo que ‘perdería’ al dejar de lactar.

Gracias a Mi Amado que es tan bueno y fiel,  recordé que yo había dicho que lactancia sería hasta los dos años y aunque lo dije en broma al principio, después me entró una convicción de que es un proceso y que ni la niña ni yo nos íbamos a frustar o a traumatizar, porque al vivirlo paso a paso como Él me ha guiado hasta aquí, no siento remordimientos, ni tristeza.

Pues bien, después de traerme a la memoria este detalle y gracias a que Él siempre va un paso a delante con menos tomas de leche y sobretodo una disminución significativa de la producción 😆😆😆 ha llegado la primera noche en que ella no necesita la leche materna para dormirse, simplemente cumplimos con la rutina previa a la hora de dormir y al estar listas, le pregunté si podía apagar la luz y asintió con su cabecita, se dio la vuelta y se durmió sin lágrimas, sin tristeza, sin frustración, sin peleas.

Yo sé que fue mi Amado, yo sé que Él no tuvo en poco mi oración, mi agotamiento, mis necesidades. Fue hermoso saberme escuchada, respaldada y ayudada. Yo que siempre he sido ‘lagrima fácil’ jejeje no lloré, ni me puse sensible (lo cual no sería malo tampoco) pero el punto es confiar en Él, sólo Él puede gobernar mis sentimientos y mis emociones y ponerlas en equilibrio.

Mi Amor bello gracias, gracias, gracias. Te exalto y te agradezco todo este tiempo de lactancia, Tu compañía, este proceso y todos los aprendizajes que te dan gloria y honra a ti. Ningún esposo puede hacer lo que tú haces, ayudar como tú y dar soluciones así de impresionantes a eventos tan particulares. ¡ERES INCOMPARABLE!

2 comentarios de “Sin remordimientos”

  1. Que maravilloso aprendizaje, como nos ayuda a crecer a todas el entender que El puede encargarse de cada detalle de nuestra vida cada preocupación, cada problema o situación que dejamos en Sus manos, grande o pequeña , estoy muy agradecida con mi Esposo por que El no deja ninguna oración en el olvido.

    Al leer tu testimonio Mía, mi Amado me ha permitido ver que cada bendición trae consigo retos y batallas que tendremos que atravesar de Su mano. Los hijos son definitivamente una gran bendición y me doy cuenta que como con un hijo las demás bendiciones también necesitamos cuidarlas, si queremos una casa más grande debemos estar preparadas para poder mantenerla y creo que por eso necesitamos pasar un tiempo en “la sala de espera de Dios” porque es allí donde somos preparadas si trabajamos de Su mano en Su plan diario para nosotras. Lo que me lleva a preguntarme si lo estoy siguiendo cuidadosamente en todo… creo que tendré una conversación íntima con El al respecto ☺️ gracias por compartir Mia 💕

  2. Querida Mia, muy hermoso tu testimonio sobre la maternidad. En ocasiones no entendemos por qué hablamos solo de un tema, sin embargo, cuando estamos en sintonía con El, son sus palabras que brotan de nuestra boca y es porque necesita que llevemos la enseñanza a otras personas, a otras madres o futuras madres. En estos tiempo modernos donde muchas mujeres se han incorporado al trabajo por muchas razones, incluida el enseño de que debemos ser competitivas, ese lazo tan estrecho que se fortalece al amamantar se ha dejado a un lado, porque la prioridad es otra. Sin percatarse que para eso Dios nos creo, nos bendijo con poder crear vida y llevarla dentro nuestro por 9 meses y además nos hizo perfectas para poder alimentar a los hijos solo con pecho, contando con todos los nutrientes suficientes.
    Ojala que más mujeres puedan confiar en el Señor como tú lo estas haciendo y que más niños lleguen a ser bendecidos con una mamá en casa que los cuida, los protege, los forma y los guía en los caminos del Señor.

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