♕ La Promesa del día: "Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes." Salmos 27:13
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De ~ Amara en Bolivia
Dios es tan bueno conmigo que me levantó de un hoyo negro y profundo en el que vivía.
A mí parecer yo era perfecta, mi matrimonio era perfecto, tenía dinero, era exitosa y todo antes de los 30 años, no permitía que nadie cuestionara mi vida y la terapia psicológica hizo que mi ego y autoestima se mezclaran con emociones egoístas y de creencia de ser superior, lamentablemente no fui consciente de todo esto hasta muy tarde. Recuerdo haber sido una mujer muy celosa e insegura, siempre quise estar controlando todo y hacerlo todo por mi misma, incluso despreciando lo que los demás pudieran hacer y esto explotó cuando mi esposo me lanzó todo esto en la cara y yo no entendía que estaba pasando.
Cuando esta confesión llegó a mi vida y comprendí lo mal que lo había tratado, en medio de mi soberbia busqué al Señor, Él me recibió con los brazos abiertos, me limpió las lágrimas, quitó el dolor, me dijo que "era Bonita para él" sanó mi corazón y lo sigue haciendo, aprendí a ver sus maravillas y dar gracias todos los días, aprendí a buscarle y hablar con Él en todo momento, comprendí la fuerza de la fe, el poder del ayuno y la oración, me dió un tiempo hermoso en el que por su misericordia no me quedé en la calle y pude volver a la casa de mi mamá. Me ayudó a comprender cuan egoísta había sido con mi mamá en el pasado, desagradecida y orgullosa, igual con mi hermana menor, estaba tan ciega por mi esposo que solo lo veía a él, solo me importaba él y el día solo era bueno si estaba él, por lo que cuando me casé me fui de casa sin siquiera haber agradecido lo que mi mamá hizo por mí.
Ahora de vuelta en casa de mi mamá aprendí a ser paciente, tolerante, humilde, de haber tenido mi casa como yo quería, volví a su casa a acoplarme a sus reglas e instrucciones, a cargar bolsas en un mercado popular (me creía demasiado para ir a un mercado popular) aprendí a agradecer un plato de comida y valorar la compañía de mi mamá, mi hermana y su pequeño hijo, son muchas las veces que estuve derrumbada y triste y ahí estaba Dios usando a mi mamá para darme ánimo y decirme que no me rinda. durante este tiempo también Dios me mostró que ellas tienen muchas heridas por sanar, mi mamá guarda mucho rencor y resentimiento y se enoja con demasiada facilidad, estoy tratando de enseñarle lo que Dios hizo en mí para que ella también sane y por otro lado mi hermana tiene una relación de unión libre con el papá de su bebé, pero es una relación con demasiados altibajos por lo que no estaba feliz y para la gloria del Señor ella también decidió luchar por esa relación y buscar al Señor para que sane a su pareja y puedan casarse por la iglesia como debe de ser.
En este tiempo aprendí que si yo no perdono el señor no me perdonará, por lo que tuve que derramar mi corazón a Él, confesar mis faltas, alcanzar un arrepentimiento genuino y sentí tanto dolor al confesarle esto que mi corazón físico realmente dolió, pero fue liberador, Dios me enseñó a amar a todos, aún trabajo en eso, pero dejé de ser aquella mujer que decía que las personas no le agradaban y era solo porque yo me sentía superior a ellos, Dios se llevó toda mi vergüenza, aprendí a hablar de Él siempre que puedo, a testificar sobre lo que hace en mí y mientras oraba me fue mostrando cosas que me dañaban y las fui dejando, como la música mundana, el Facebook, instagram, etc. Ahora dedico todo el tiempo que puedo a estar con Él, literalmente oro hasta en el baño, leo su palabra en todas las versiones que puedo.
Lo busco a Él y solo a Él y confío en que todo lo demás será añadido en su tiempo y bajo su buena, perfecta y agradable voluntad.
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