Mi Amor me dio calma y nos bendijo con el deseo de mi corazon

“Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. I402931

Mis amadas quiero compartir con ustedes una serie de testimonios que muestran la fidelidad de nuestro Amado. Este último diciembre, fue un mes lleno de pruebas que solo me mostraron su fidelidad, quiero que cada testimonio sea de bendición para ustedes porque a pesar de no querer pasar muchas de las pruebas presentes, mi Amado Esposo me alienta y en cada paso difícil me recuerda que Él está conmigo, y nada se escapa de su control.

Quiero empezar compartiendo un testimonio sobre la salud de mi mama, había comentado en un compañerismo que a mediados de diciembre mi mama vendría a visitarme para pasar tiempo juntas y hablar de cosas que tenía en su corazón con respecto a su vida y que deseaba contármelas.

Bueno, ella derramo su corazón, pasamos un tiempo juntas, todo tranquilo, pero sucedió que, a la segunda noche, le agarro un dolor muy fuerte que se desmayaba, lloraba del dolor, y me decía que ya no aguantaba, me abrazo y me dijo que me amaba que nunca me olvide de eso, luego me pidió llamar a mi hermano que vive en el extranjero para despedirse y que llame a mi hermana para que venga a casa.
Al inicio en desesperación llamé a mis hermanos, y nadie me contestaba, solo le pedía a mi Amado que me ayudara, clamaba en una mezcla de incredulidad (no creía que estaba viviendo lo que pasaba) y desesperación, sentí como me guiaba a ir a la farmacia a comprar una inyección que habíamos usado en la familia en ciertas ocasiones, pero no recordaba el nombre.

Salí dejando a mi hija con mi mama, y pude conseguir el medicamento fácilmente, de inmediato se lo inyecté como sentí que mi Amado me guiaba, al rato me devuelve la llamada mi hermana y llegan con su esposo, el medicamento le aplaco un poco el dolor, pero aún estaba delicada, con mi hermana le preguntamos si podíamos llevarla al seguro social, ya que ella es jubilada, aunque en realidad ese lugar es el último al que mi mama nos pidió ir, pero luego acepto viendo que era la única opción por el momento.

Todo procedimiento médico que mi mama se ha realizado hasta ese momento, ha sido por medios privados, a causa de su miedo a la seguridad social, y así la hemos honrado a lo largo del tiempo, sin embargo, la hora, casi 11 de la noche no nos daba más opción, con lo que termino aceptando a causa de su malestar.
Tuvimos que hacer un pequeño trasbordo de un hospital a otro, pero finalmente la atendieron, en ese instante le aplicaron más medicamentos y solo la retuvieron unos minutos para ver como reaccionaba, la enviaron a casa con medicamentos y solo fue un susto por comer algo que no debía y que se agravó porque ella no tiene vesícula, obviamente también afecto su enfermedad preexistente, lo que la complico de esa manera.

Cuando ya salimos era de madrugada, mi cuñado y mi hija estaban esperando en el carro, lo que le agradezco a mi Amado porque en ese momento no tenía donde dejar a mi hija, y aunque en el seguro le dieron medicamentos, necesitábamos unos que no tenían en stock, eso me recuerda alabar a mi Amado porque sentí como me recordó un lugar cerca donde podría estar una farmacia de 24 horas, y ¡¡¡así fue!!!
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te fortalezco; siempre te ayudaré; siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”. Isaías 41:10

En todo momento sentí que mi Amado estaba conmigo, no sé cómo explicarlo pero me sentí con los pies en la tierra o bien anclada, y las bendiciones no terminan ahí, Uno de los medicamentos que le dieron en el seguro, era un remedio que ella ya lo había tomado anteriormente pero que lo había dejado porque le sentó muy mal, le tocaba tomarse ese remedio en la noche lo cual no hizo, recuerdo que de regreso le agradecía a mi Amado por ayudarme a mantener la calma dentro de lo posible, le agradecía porque lo había sentido en ese momento tan difícil y oraba de regreso para que en esta prueba difícil mi mama también pudiera conocerlo, recuerdo que mi palabras fueron que “ella también pudiera tener sus propios testimonios”.

A la mañana siguiente me comenta que le sucedió algo raro; que estuvo con ciertas molestias en la madrugada pero que no quería despertarme para preocuparme; luego prefirió orar y sentía que adormitada una voz le decía “toma el remedio” me dijo que le sorprendió que era una voz suave así que creyó q fue su imaginación, luego le vuelve a insistir “toma el remedio” pero ella le dijo a la voz que ese remedio le causa daño y le había agarrado miedo, pero de nuevo la voz suave otra vez le hablo esta vez en tono de autoridad “toma el remedio, dos cucharadas”, lo que hizo que ella se levantara y tomara el remedio, luego me cuenta que al tomárselo se le paso el malestar y pudo descansar.
“Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!»” Romanos 8:15

Se imaginan como me sentí al ver que mi Amado no solo había escuchado mi oración y ese deseo en mi corazón de que esta prueba tan dura en su vida, fuera de bendición y que genere frutos para Su Gloria, me demostró que Él está en estos tiempos difíciles; solo lo alabamos y ella súper sorprendida de haber tenido su propio testimonio, el cual me permitió compartir con ustedes.
Seguiré compartiéndoles más testimonios de este mes tan complejo para mí, pero lleno de testimonios para Su Gloria.
“Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.” 1 Juan 5:14