“Encontramos un lugar seguro bajo las sombras de sus alas”

 La Promesa del día: “¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía! El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, el peñasco en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Invoco al Señor, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos”. Salmos 18:1-4 

PR Audio Atali

Quiero escribir este testimonio de alabanza porque es algo maravilloso lo que mi Amado ha hecho en estas últimas semanas en mi interior.

He sentido como los ataques del enemigo se han intensificado de un tiempo acá, me ha lanzado dardos incendiados en diferentes direcciones, primero con mi esposo terrenal, quien sufrió un accidente leve el día que estaba trasladando todas sus pertenencias de regreso a casa (pero ese es otro testimonio de alabanza), y luego en mi trabajo, me atacaron, dijeron cosas muy denigrantes y dolorosas de mí, y me sentía dolorosamente afectada, sin embargo, pude experimentar lo que es ser consolada, cuidada, protegida y resguardada por mi amado Esposo Celestial

Cada vez que podía iba a mi rincón de oración y lloraba desconsolada en sus brazos, fue IMPRESIONANTE la manera en que mi mente y mi corazón cantaba los Salmos y Proverbios que en el Curso 1 aprendí a leer todos los días. Me llenaron de esperanza porque sabía que mis batallas eran espirituales y que yo no estaba sola, tenía el mejor protector, el mejor consolador de todos y Él me repetía una y otra vez: ¡no te defiendas!, ¡no te defiendas! Yo fui obediente y no lo hice y ahora puedo glorificar Su Nombre y darle toda la honra que se merece al haber pasado por un valle de sombras y no haber sido dañada, al contrario mi fe creció, mi confianza en Él aumentó y no busqué ayuda en nadie más que Él. Supe que esta era una prueba que Él me enviaba para depender de Él cada día más.

Quiero alentar a todas las Novias en este Ministerio, a soltar todo lo que hay en su vida, Él hará que florezcas en medio de tu proceso, sentirás esa necesidad de encontrarte a solas con Él, de vivir para Él.

Tener al Señor como tu Esposo Celestial, como tu primer amor, no es garantía de que los momentos malos no vendrán a tu vida, sin embargo es en esos momentos que el amor puro y la dependencia de nosotras Sus novias hacia Él es manifestada, porque es en esos momentos de dolor cuando se alaba más, cuando no entendemos la razón de la maldad de otros hacia nosotros, es cuando encontramos un lugar seguro bajo las sombras de Sus alas.

Su promesa:

“No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en en el Señor”. Salmos 112:7 

Atali de Nicaragua