Quiero animarte a que vengas aquí todos los sábados para compartir tres cosas por las que estás agradecida, relacionadas con la semana pasada. Así es como convertimos el agradecimiento en un hábito, lo que por supuesto cambia la vida
Me di cuenta de que cuanto más tiempo pasaba orando, ayunando y viviendo con gratitud, más me llenaba de amor. Entonces fui capaz de dar ese amor a mis hijos, a Gary y a quienes me rodeaban. Ninguno de los cambios fue repentino, sino que cada uno ocurrió sin que yo lo supiera. ¡Cuán hermosa y tiernamente obra Dios cuando lo buscamos y tratamos de darle todo lo que tenemos! Recuerdo lo que debería haber sido mi primer informe de alabanza.