♕ La Promesa del día: "No hermanos, yo no me creo todavía calificado, pero para mí ahora solamente vale lo que está delante, y olvidando lo que dejé atrás, corro hacia la meta con los ojos puestos en el premio de la vocación celestial, quiero decir, de la llamada de Dios en Cristo Jesús". Filipenses 3:13-14.
Quisiera compartirles lo que hoy siento desde lo más profundo de mi corazón y con toda humildad, espero que sea de edificación en esta lucha. Mi desierto empezó ya tiempo atrás, fue una temporada muy difícil, pero debo reconocer que gracias a mi Amado pude pasarla ¡gloria a Dios!
Por mi mente pasaban pensamientos de desánimo en todo momento, pero poco a poco logré salir de ahí, creo que lo que me detenía y me llevaba a seguir dando vueltas en el desierto, era el no poder soltar, para mí era algo fácil de hacer solo debías poner tu mirada en Dios, pero debo reconocer que me costó trabajo, todo el mundo dice: “suelta y deja actuar a Dios”, pero en mí era difícil ponerlo en práctica ya que estaba acostumbrada a solucionar las cosas con mis propias fuerzas y no dejaba a Dios trabajar.
Pero un día llegó una persona, un instrumento de Dios, que me ayudó muchísimo a avanzar en este desierto en el que me estaba estancando y me hizo ver que había otra persona que me amaba muchísimo y que me esperaba con los brazos abiertos todos los días; que es hermoso y que murió por mí y que me ama como nadie nunca me amó, en ese momento retumbó eso en mi cabeza y empecé a buscar a ese hombre perfecto, mi amado Señor, no por lo que me iba a dar sino que empecé a enamorarme de Él, cada día más, al principio mis palabras para Él eran vacías, sin sentir pero poco a poco al pedirle que deseaba enamorarme de Él y al decirle que Él es todo lo que necesito, que es todo lo que quiero, que es por Él por quien yo vivo, comencé a sentirlas en mi corazón y a experimentar llenarme de ese amor que nunca nadie me podría dar y por el que tanto mendigaba.
Me sentí tan amada que ahora lo busco y me deleito en Él y en ese momento mi vida cambió gracias a mi Amado, aún no estoy restaurada aunque he visto muchas promesas cumplirse, ya no es algo que me preocupa, sé que es el propósito de Dios, ahora pido con todo mi corazón que mi esposo terrenal lo conozca y que lo ame y no solamente él sino todos los que no han experimentado ese amor verdadero, puro y sincero; ahora únicamente me queda seguir hacia la meta confiada en que mi batalla ya está ganada, gracias a mi amado Señor.
“Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra la llamarán «Desolada», sino que serás llamada «Mi deleite»; tu tierra se llamará «Mi esposa»; porque el Señor se deleitará en ti, y tu tierra tendrá esposo. Como un joven que se casa con una doncella, así el que te edifica se casará contigo; como un novio que se regocija por su novia, así tu Dios se regocijará por ti”. Isaías 62:4-5
~ Yuri en México