Hola a todas las personas que integran este grupo, soy nueva y de corazón espero que todas mis publicaciones sean de gran ayuda a otras personas que están en el camino del Señor. Mientras estaba en oración y ayuno en estos días le pedí a Dios que me enseñará y revelará como poder ayudar a otras personas que están en el camino del Señor y puso en mi el deseo de escribir y compartir con ustedes.
Tengo 33 años (muchos dicen la edad de Xto) quiero empezar contando mi situación actual y momentánea pues sé que mi amado Jesucristo me permitirá pasar este desierto y tiempo. Tengo dos hijos, una de un año y otro de cuatro, mi esposo se fue cuando mi hija menor tenía dos meses de nacida, habíamos tenido problemas uno tras otro, abrí puertas para que nuestra relación haya llegado a este punto, pues desde que nos casamos comencé a idolatrar a mi esposo y ponerlo en primer lugar para todo, olvidando que ese lugar solo le corresponde a nuestro Señor, creía en El pero a mi manera a veces oraba, casi nunca leía la Biblia.
Cuando mi esposo se fue, sentí que todo se desmoronaba, sentí ira, rabia, impotencia, frustración y todos los sentimientos habidos y por haber, las personas que hemos pasado esto sabemos lo difícil que es. Mis familiares y amigos me decían, no vale la pena, el divorcio es la solución, puedes rehacer tu vida, más nadie me decía Dios puede restaurar tu matrimonio. Comencé a actuar en mi carne, le enviaba mensajes acusadores a mi esposo descargando toda mi ira, en la menor oportunidad que tenía indagaba lo que hacía, al enterarme de sus salidas, de su vida de soltero y todo lo que hacía me lastimaba más, así pase cerca de seis meses.
Un día por casualidad me enteré que había pasado un fin de semana con otra persona en una playa y hotel lujoso, ese día sentí que mi alma se desgarrada, ese día en mi lugar de oración con voz fuerte le pedí a Dios que se llevara mi carga, que ya no podía más, que lo tomaba a Él como mi esposo, le pedí que me ayudara a entender su PROPÓSITO, AYÚDAME,,!!! le decía insistentemente, al terminar mi oración abrí mi biblia, y salió el salmo 91, mientras lo leía sentía que el me hablaba, comencé a sentir paz, tranquilidad una paz que sobrepasa cualquier entendimiento, no se cuanto tiempo estuve allí arrodillada y suplicando lo que recuerdo es que desde ese día mi vida cambió maravillosamente.
Desde ese día Dios comenzó a trabajar en mi carácter, me señaló uno por uno, los errores que había cometido como madre, como mujer, y que yo había sido infiel primero pues, le fue infiel con mi esposo por no haberle dado a Él el lugar que le corresponde., me comenzó a dar hambre y sed de Él, esto se lo pedía en oración, comencé a leer la biblia, a orar, y ayunar.
El señor me ha pedido que deje a mi esposo en sus manos, asimismo que deje de inmiscuirme en sus cosas, también me ha alejado de personas que piensan que mi situación no tiene solución y cuando alguien me pregunta acerca de mi esposo solo contesto que mi matrimonio esta en las manos de mi Señor y cierro la conversación, no es fácil pero el Señor hasta en eso te ayuda.
Él a tomado el control de mi vida, de mis días, con dos niños que atender y una casa que administrar mi tiempo es exacto, casi ya no veo televisión, tengo un horario de oración establecido, ayuno dos veces a la semana y en este día hago guerra espiritual, en esta batalla he aprendido que el ayuno rompe yugos y fortalezas. Me he aprendido el salmo 23 así como otros versículos que me impactaron al leerlos. Otra cosa que he aprendido es que debemos reclamar en oración todas las promesas que están en la biblia. De un momento a otro se despertó mi gusto por la música cristiana, él escucharla, me llena, me alegra, cuando algo malo se levanté en tus días ponla y satanás saldrá corriendo de tu casa.
Actualmente me reúno todos los viernes con una hermana que llega a mi casa a compartir la palabra a mi y otras mujeres.
Y con respecto a mi esposo EL Señor me ha llenado de misericordia para él, no discusiones, no reclamos, no preguntas inadecuadas, cuando llega a casa a ver a los bebes lo trató como si nunca se hubiera ido, (esto es un proceso, antes no nos podíamos ni ver). He visto muchos cambios en Él, suena duro pero Dios enseña a caminar por fe no por vista, pues Él no muestra lo que está haciendo.
Esta batalla es fuerte pero el Señor me ha dado la seguridad que Él siempre estará conmigo, su palabra dice que los que esperamos en Él no seremos avergonzados, además Él nos ha dado un espíritu de valentía, de dominio propio, estando con Él quien contra nosotros, más grande es Él que está en nosotros que aquel que gobierna el mundo. Porque Él que te hizo es tu esposo y su nombre es Él Señor todopoderoso. Esta guerra no es contra carne ni sangre(tu esposo), sino contra satanás, con legiones de espíritus que gobiernan en nuestro esposo, así que ármate con toda la armadura de Dios y empieza a pelear esta batalla.
Seguiré escribiendo pues esta batalla te llena de muchas