Mi Esposo Celestial, mi jefe con traje elegante.

“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo”. S1391618

Hace un par de meses tuve un sueño bonito. Estaba caminando por el pasto, en el patio trasero de una elegante casona blanca. Allí, un hombre alto y elegante me presentaba en una especie de oficina, subíamos escaleras, conversábamos, era muy amable. Pareciera que este hombre fuese un jefe y estuviese entrando en un nuevo trabajo. De pronto, le veía la mano derecha y de ella salía Poder sanador, como cuando Jesús sana a la mujer del flujo de sangre. Luego, veía a James, encerrado en una habitación de la casona, en oscuridad y confusión. Él no podía verse ni las palmas de las manos, y deseaba ver luz, pero no lo conseguía. De pronto, vuelvo al patio y la pared que escondía a James se difuminaba, y él salía al patio a encontrarse conmigo. Al fin podía ver. Fin del sueño.

Un mes después de esto, fui despedida y las cosas se pusieron algo mal con James, porque tenía que hacer jornadas largas de trabajo. Se puso además distante, algo extraño conmigo. Todo se me vino encima de una sola vez, pero el Señor me ha dado esperanzas.

Anoche escribí el primer cuento para niños, si… ¡En una sola noche lo terminé! (Claro, hay que corregir ciertos detalles) y justo ayer, una amiga que es dueña de una editorial me ofreció lanzar un sello infantil, con el objetivo de publicar algo mío si es que resulta ser de buena calidad. La ilustradora de la editorial estaba dispuesta a colaborar conmigo y dividir las ganancias de las ventas del libro.

¡Un sueño! Desde que tengo memoria que juego con máquinas de escribir y Dios ha sanado las heridas de infancia, para poder conectar con los niños, debido a que aun no tengo hijos.

Me siento conmovida, aun cuando no esté el proyecto aprobado, siento que es un guiño de mi Amado Ejecutivo que me corrige en mi conciencia cuando escribo a solas en mi habitación.

Además, luego de que me despidieran del empleo, me pagaron los meses de servicio por lo que tengo algunos meses cubiertos para avanzar en mis novelas y cuentos que están inspirados inevitablemente en la Gracia del Señor.

Una amiga de la iglesia, me dijo que Dios nos había dado talentos y capacidades que teníamos que rendir a Dios, porque fuimos creadas con una misión. Esta amiga me animó a escribir cuentos infantiles y que me lance en fe, para ser independiente.

James no habla tanto conmigo, pero estoy concentrada en mirar a mi Amado y confiarle todo a Él, porque ya me ha dado promesas hermosas que ocurrirán cuando deje ir en Sus manos. Si no dejamos ir, no podemos crecer.

El Amado me anhela, me consuela, me hace sentir que soy suficiente y capaz de cumplir los sueños que tenía desde muy pequeña.

Aunque no publique en una editorial, los cuentos serán compartidos con los niños de mi iglesia.

Me emociona ver cómo es Él, nos ama como nadie en este mundo nos va a amar nunca y nos conoce como nadie en este mundo nos va a conocer nunca. ¡Y nos espera todos los días para pasar tiempo con Él! <3

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *