♕ La Promesa del día: "Pero nosotros esperamos el cielo nuevo y la tierra nueva que Dios ha prometido, donde todo será bueno y justo". 2 Pedro 3:13
Mi matrimonio fue sacudido por la infidelidad de mi esposo. Me quebró el corazón en pedazos... Cometí errores, dejé que actuara mi carne, pero ¿saben? Dios tiene cuidado de nosotras, aún cuando estés actuando con tus fuerzas "El Señor dirige los pasos de los justos, se deleita en cada detalle de su vida. Aunque tropiecen nunca caerán, porque el Señor los sostiene de la mano." Salmos 37:23-24.
Llegué a los pies del Señor hace 3 años, y decidí seguirlo. Mi esposo no se ha convertido, entiendo ahora, que el Señor permitió que esta prueba me sucediera para que mi fe y el amor por Él, sea más grande que cualquier situación o persona. En la búsqueda de ayuda y consuelo me envió mediante un mensaje a una mujer que me guío a esta página... ¡Y ha sido una gran bendición!
Estoy en el estudio del libro "Como Dios puede y va a restaurar su matrimonio", y cuando leí el capítulo 1 fue una gran revelación del Señor: ¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!... Salmos 46:10. Con solo esa indicación, la primera de muchas, pude sentir cómo el Señor habló a mi vida.
Espera paciente en el Señor y Él actuará a tu favor como dice en Salmos 37:7. Entendí que ÉL es quien tiene el control, que debo rendir todo lo que siento y pienso ante Él, que ya tiene un plan y debo de pedir dirección y sabiduría para seguir ese plan divino. Dejé de "perseguir a mi esposo", ahora sigo a nuestro amado Señor; no voy a decir que no me ha costado hacerlo, pero ahora, tengo muy presente que al único a quien debo mirar y perseguir es a mi Señor, sobre todo, porque mi esposo está en casa, pues no quiso irse.
Estoy haciendo las cosas que como esposa me corresponden, pidiendo con todo mi corazón que el Señor restaure todas las áreas de mi vida y mi matrimonio entregando a mi esposo terrenal en las manos del único que puede cambiar corazones y orando; tomándome de la mano de nuestro Amado Señor, seguiré caminando, viéndolo a Él en medio de la tormenta.
~ Gabriela en México