¿Cómo comenzó en realidad tu restauración?

Mi restauración comenzó en 2009 cuando una noche entrando a casa encontré una nota de mi ET donde me decía que había decidido irse de casa, que era mejor así y que no lo buscara. El mundo me cayó encima, porque aunque sí sabía que nuestro matrimonio llevaba más de un año atravesando una fuerte crisis, nunca pensé que terminaría en separación. Mi esposo y yo nos casamos en el 2000. Estábamos muy enamorados, pero el tener culturas diferentes comenzó a crear problemas, y lo peor llegó cuando en el 2005 yo conozco al Señor y mi cambio fue radical. Me convertí en una mujer religiosa, amargada, peleona, todo lo contrario a lo que nuestro amado Señor nos enseña en Su Palabra. Yo quería que mi esposo viniera a Cristo y para lograr esto usé todo tipo de estrategias lo invitaba —casi obligado— a participar en las actividades de mi iglesia, donde él se sentía confrontado y no aceptado. 

Yo me puse a servir en la iglesia desatendiendo la casa y a mi esposo. Participaba en cuanta actividad, cursos, etc. organizaban en la iglesia, incluso dejé un buen trabajo que tenía, para irme a trabajar como voluntaria a una librería cristiana y todo esto sin tratar el asunto con mi esposo. El trató varias veces de hacerme entender que las cosas entre nosotros no estaban bien, que habíamos tomado rumbos diferentes; pero yo era ciega y sorda, en el fondo era solo miedo, miedo a perder lo que según yo lo traería a los pies del Señor, es decir, la iglesia y mis actividades de iglesia, que según yo debía estar primero que él.

Así él se alejó de mí cada vez más, llegaba tarde a casa por estar trabajando, eso creía yo, en realidad luego supe que tenía una OM. Ese día del 2009, comenzó mi restauración personal con el Señor, lo tenía solo a Él y a Él clamé, después de haber buscado ayuda en mis pastores, hermanos y habiendo recibido en la mayor parte de los casos como respuesta: "El Señor tendrá algo mejor para tí, si tu esposo no acepta tu vida cristiana tú eres libre de separarte de él". ¡Guau! Esas palabras llegaban a mi corazón como una puñalada, porque en mi interior una voz me decía: "yo puedo restaurar lo que el hombre destruye, yo odio el divorcio".

Amadas yo nunca había leído esto en la Biblia, pero una cosa sí sabía, que yo no quería que mi matrimonio terminara en divorcio, que no quería lo mismo que vi en mis padres y en los padres de mi esposo. Comencé entonces a clamar al Señor, no trabajaba en ese entonces, así que me pasaba el día orando y ayunando, sin saber bien qué era el ayuno, sólo el Espíritu Santo me guiaba. Le pedía al Señor que me diera una promesa, que me mostrara lo que Él quería hacer, no quería perder mi matrimonio, pero quería lo que Él tuviera para mí. Dos días después de irse mi esposo tuve un sueño, el Señor normalmente me habla con un versículo Bíblico, pero esa vez usó un pequeño pero poderoso sueño, donde yo veía una bandera blanca movida por el viento donde había escrito 1 Pedro 3:1-7, me desperté teniendo claro el sueño y corrí a la Biblia y cuando leí el versículo, supe enseguida que esa era Su promesa para mí.

¿Cómo cambió Dios tu situación mientras lo buscabas a Él con todo el corazón?

El Señor me confirmó Su promesa revelándose a mi corazón, me dió a entender que no sería fácil porque Él tenía que hacerme nueva para Él y para mi ET, pero si no desmayaba, si le obedecía, si buscaba primeramente Su reino y Su justicia, la añadidura de la restauración de mi matrimonio llegaría. Llegaron momentos duros, meses sin saber de mi ET, aunque si, él siempre se ocupó de mis gastos, económicamente no me hacía faltar nada. Cometí muchos errores, usé palabras persuasivas, luego usaba "el amor firme", ¡cuidado! no caigas en esta trampa, el amor es benigno, 1 Corintios 13, lo explica muy bien y es este amor el que nos trajo a los pies de Cristo.

Así junto con una amiga que estaba atravesando mi misma situación buscando en internet encontramos el ministerio AyudaMatrimonial.com el libro Cómo Dios puede y va a restaurar su matrimonio y para mí fue claro que mi matrimonio sería restaurado, no sabía cuándo, pero sabía que sucedería. Devoré el libro en menos de 2 días y mis fuerzas y mi fe aumentaban cada día. Después de 1 año en el cual mi ET evitaba pasar tiempo conmigo, comenzó a acercarse, él nunca me dijo de la OM y nunca permitió que lo vieran con ella, pero yo sabía que ella existía, pero había aprendido a través de la lectura del libro que no debía preguntarle nada, que no debía confrontarlo y así él siguió acercándose.

Pasaron los años, donde las personas que el Señor permitió que supieran de mi situación, pasaron de no creer en mí restauración a respetar mi decisión y a estar a la expectativa de lo que sucedería. Cambié de iglesia por guianza del Señor y allí recibí el apoyo en oración que necesitaba. Después de 5 años mi matrimonio fue restaurado o al menos eso creía. Si, mi esposo regresó vendimos la casa donde yo me había quedado viviendo y nos fuimos a la casa donde él vivía, cerca de su madre, la casa de nuestros sueños. Pero allí el Señor continuó la obra que había iniciado en mí, porque durante esos primeros 5 años yo me acerqué a Él y permití que me moldeara con el objetivo de ver a mi esposo terrenal de vuelta, pero el Señor quería más, me quería a mí, quería que yo fuera primero Suya, que Él fuera mi todo.

Me hizo ver que mi cambio era solo con fines egoístas, cuando permitió que la vieja yo viniera fuera nuevamente. Si, volví a caer en algunos de mis viejos errores, y sobre toda cosa mi atención y mi corazón se voltearon a mi esposo terrenal y me alejé de mi primer amor y un día en lágrimas, le pedí que me hablara porque sabía que las cosas una vez más no estaban bien y ésta fue Su respuesta: Apocalipsis 2:2-5

No fui completamente obediente a ésta palabra, porque en mi orgullo yo estaba haciéndolo todo bien, eran mi esposo y también mi suegra, los impíos, que no entendían nada. Yo la justa contra todos estos injustos. Y así fue como por segunda vez mi esposo me pidió separarnos, ésta vez me presentó los papeles de separación.

Esta vez fui yo la que tuvo que irse de la casa. Fue duro, muy duro, pero esta vez había algo diferente, yo sabía que merecía todo esto sabía que le había fallado a mi amado Esposo Celestial. Así que busqué donde vivir, encontré un trabajo y solté completamente a mi ET. Esta vez me agarré a las enseñanzas del ministerio AyudaMatrimonial.com del cual me había alejado durante los dos años desde mi restauración. Creci, creci en mi Amado, aprendí a amarlo como nunca antes, a reír y a llorar con Él, a ver como proveía a mis necesidades día a día. Mi ET no se alejó de mí, continuaba ayudando económicamente.

Esperaba que haciendo todo esto yo no le haría problemas con la demanda de separación judicial que me había hecho, aquí en mi país la separación no es un divorcio. Los cónyuges tienen un tiempo de 3 años después que los dos o solo 1 de los dos firman la separación, para decidir reconciliarse o pasar al divorcio. La reconciliación es demostrada con la reestabilización de la convivencia. Amadas ésto hizo nuestro amado Esposo Celestial. Restauró mi matrimonio simplemente restableciendo nuestra convivencia, después de 2 años de estar fuera de nuestra casa. 

Aunque si, hace solo 3 meses estamos viviendo juntos nuevamente en aquella casa de la cual un día tuve que salir, ya llevábamos casi 2 años viviendo juntos en el alquiler donde yo estaba. Ha sido un largo camino, pero no hay un día que yo no de gracias a mi Padre Celestial y a mi Esposo Celestial por todo o que han hecho en mí, extraño mis tiempos con Ellos, extrano mis largas conversaciones con el Espíritu Santo. Pero mi Dios es bueno cada dia me crea espacios de tiempo donde puedo estar con Él de manera diferente, me pierdo en Él, alabandolo, exaltandolo por lo que Él es.

Mi esposo terrenal es otro hombre no deja de decirme que me ama, que nunca más permitirá que nuestro matrimonio sea destruido, que me necesita.

Incluso un día me dijo que ve al Señor a través de mí. Yo sé y espero en el Señor que Él tendrá un encuentro personal con Él y así como sucedió a los hombres que un día escucharon hablar de Jesús porque la samaritana les habló, mi esposo creerá ya no por mis palabras, sino porque él mismo le oirá hablar (Juan 3:42) y decían a la mujer: “Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.”

¿Qué principios, de la Palabra de Dios (o por medio de nuestros recursos), te enseñó el Señor durante esta prueba? 

Me enseñó a depender de Él para todo, a hacer de Él mi esposo, mi amigo, mi consejero admirable. Me ensenó a soltar a mi ET, no fue fácil, pero cuando entendí que soltando a mi ET, mi corazón sería sólo suyo y que así Él podía trabajar en el corazón de mi ET. Me enseñó a amar Su palabra, a amar el matrimonio y la familia como Él lo ama. Me enseñó a dar a otros cuando nada tenía, me enseñó a animar a otras mujeres cuando mi matrimonio caía a pedazos.

¿Cuáles fueron los momentos más difíciles que Dios te ayudó a atravesar?

Cuando mi ET me presentó la separación y comencé a pensar que mi matrimonio no sería restaurado, pero fue el tiempo que usó para llevarme al punto de aceptar por amor, que si eso sucedía yo ganaba, no perdía porque seria solo para Él. Y así el miedo desapareció y en su lugar mi amor por Él y por mi ET creció, porque sabía que lo más importante era seguir orando por la salvación de su alma fuéramos o no marido y mujer.

¿Cuál fue el “momento crucial” de tu restauración? 

Cuando después de haber firmado la separación mi ET casi en lágrimas me dijo que no queria perderme, que él había entendido que me amaba.

¿Cuéntanos CÓMO pasó? Tu esposo sólo regresó por la puerta principal?

En el mes de febrero 2020 me fui de vacaciones a mi país natal a visitar a mi madre y cuando regresé mi ET me propuso irnos a nuestra casa dejando el alquiler. Él mismo se encargó de avisar a la propietaria, porque en el contrato de alquiler él también estaba, así que en realidad nunca estuvimos completamente separados, era solo necesario que el Señor alejara una vez a mi esposo de mí. Salmo 88:18 “Has alejado de mí al amigo y al compañero, y a mis conocidos has puesto en tinieblas”.

¿Sospechabas o podías ver que estabas cerca de ser restaurada? 

Si, sabia que estaba cerca mi restauración, porque ya vivía con mi esposo, faltaba sólo que me pidiera irnos a nuestra casa. El Señor había ya hablado a mi corazón y ya me aconsejaba cómo debía comportarme regresando a casa.

¿Recomendarías alguno de nuestros recursos en particular, que te haya ayudado?

Si, todos los cursos, leyéndolos más de una vez, los libros: Cómo Dios puede y va a  restaurar su matrimonio, Mujer Sabia, Por la palabra de sus testimonios,También ver los videos de Restaurada en Gracia.

¿Tienes versículos favoritos de la Biblia que quisieras compartir con las mujeres que leer tu testimonio o promesas que Él te dio?

“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”. 1 Corintios 13:1-8

“Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina”. Proverbios: 21-1

“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa. Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo". 1 Pedro 3:1-7

¿Estarías interesada en ayudar a animar a otras mujeres? 

Si, ya lo hago, he visto matrimonios restaurados en el Señor, y le doy gracias por usarme para animar a esas mujeres.

¿De cualquier forma, qué tipo de ánimo te gustaría dejarles a las mujeres en conclusión?

Amadas este es el viaje más maravilloso que harás en tu vida, sólo suelta todo lo que te estorbe, ¡para poder viajar ligera en los brazos de Papá! Escúchalo, ámalo, síguelo, deja que Jesús sea tu todo. Él y sólo Él es lo que necesitas para ser feliz, cuando lo tienes a Él, todo lo demás que Él te dé lo disfrutarás más. Permite y cree que Él restaurará tu matrimonio. El ama a tu esposo y a tu familia más que tú, pero deja que primero te restauraré a ti. Deja que Él sea tu Esposo y primer amor. Te bendigo.

~  Niu