♕ La Promesa del día: “No temas a la enfermedad que acecha en la oscuridad, ni a la catástrofe que estalla al mediodía. Aunque caigan mil a tu lado, aunque mueran diez mil a tu alrededor, esos males no te tocarán”. Salmo 91:6-7
Extiendo mis alabanzas a mi Amado por la forma en que se ha movido en este tiempo con respecto a lo que ha obrado en mi familia. Mi esposo había estado pasando por días en los que me llamaba y decía que tenía dolor general, malestar, dolor de cabeza fuerte, escalofríos y que necesitaba descansar, él usualmente es muy trabajador y es muy extraño que enferme, sin embargo no me alarmé, me mantuve callada —y gracias a Dios él también— ni siquiera hablamos de la posibilidad de que tuviera el COVID, aunque puedo decir que lo pensamos.
Fueron dos o tres semanas en los que mantuvo síntomas de debilidad y malestar y desde el primer momento en que mi esposo me comentó sus síntomas oré a mi Amado Esposo que cuidara de mi familia, abrazando el Salmo 91 luego recordé la Lección Viviente de Erin “Encerrada y no puedo salir” en la que nos habló de este tema, especialmente la parte que dice: <<Si usted o un ser querido comienza a estornudar, toser o tener fiebre. Cuando escuchas al enemigo gritar en tu cabeza "¡Lo tienes!" Recuerde, es una mentira, NO esté de acuerdo con el enemigo, esté de acuerdo con DIOS y Él dice:
“Aunque caigan mil a tu lado Y diez mil a tu diestra, A ti no se acercará.” Salmos 91:7
¿“Ellos respondieron: “Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa” Hechos 16:31
“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito.” Romanos 8:28
Entonces abracé estos principios y en ningún momento hablé con nadie sobre lo que “sospechaba” que estaba pasando con mi esposo, solamente ore y mantuve el silencio. De alguna manera no quería que mis palabras ataran a mi esposo y le hicieran sentir enfermo y con miedo, porque pensé que eso le daría más poder al enemigo que a Dios.
Entonces un día mi esposo me llamó a decirme que estaba en camino al hospital para hacerse la prueba del COVID porque tenía nuevos síntomas que le indicaban que tenía el virus, yo no me alarmé solamente le dije que tuviera cuidado y que me informara, que yo estaba pendiente de él. Para la gloria de mi precioso Tesoro, cuando mi esposo me llamó más tarde dijo que la doctora le había dicho que si tenía todos los síntomas del virus pero que ya estaba en la etapa final, que prácticamente lo había superado. Y por eso alabo a mi Dios, porque sé que Él escuchó mis oraciones y que cuido de mi esposo.
Luego cuando ya todo fue superado, le conté a mi familia mi alabanza al Señor porque Él había estado cuidando a mi esposo, los vi sorprendidos por la calma con que había tomado todo el asunto, ya que durante todo ese tiempo no me vieron preocupada o triste, alabo a mi Amado porque Él ha aumentado mi fe.
Cuando mi suegra supo que su hijo había estado enfermo me llamó a decirme que ya lo sabía y que admiraba la forma en que había manejado todo al quedarme callada confiando en Dios, ella dijo que yo era una mujer sabia, que estaba feliz porque sabía que yo era la mejor elección de esposa que hubiera podido hacer su hijo.
Nuestro Amado tiene la maravillosa cualidad de usar todo para nuestro bien, y cada prueba que vivimos nos lleva ver Su magnificencia y amor por nosotras. ¡Definitivamente Él es quien le da brillo a mi rostro y a mi vida!
Este virus acecha en la oscuridad (en lo que no podemos ver) ¡pero Dios es más fuerte y poderoso!
~ Anastasia en Colombia