Comprendiendo el respeto en todos los ámbitos de mi vida

Hoy vengo a confesar mis faltas pues ayer sin darme cuenta, caí de nuevo en la trampa de la calumnia en una reunión de trabajo por decir algo que se me había transmitido como una queja por parte de clientes, y pues, consideré que era mi deber trasladar dichas quejas sobre esta persona en la reunión, pues para eso estábamos en la reunión, y cuando llegué a casa y entré en oración, me di cuenta de mi error.

Al ser una reunión de trabajo, no discerní y es como si dejara los principios de Dios aparcados fuera de la reunión y cuando llegó el momento de hablar de ese tema, en lugar de orar y de dejarlo en manos de Dios, pues abrí la boca y trasladé las quejas. No fue desastroso como hubiera sido hace años, porque gracias a los cambios que Dios está haciendo en mí, la forma de trasladarlo fue “respetuosa” y no beligerante, y terminé pidiendo disculpas si había ofendido a alguien. Pero salí de la reunión con un malestar que solo se disolvió al llegar a casa a mi rincón y contarle todo a mi Amado y comprender que TODO, TODO , TODO, en todos los ámbitos de nuestra vida, hay que entregárselo a El.

Y lo peor es que la persona de la que trasladé las quejas, que se supone que tenía que haber estado en la reunión, no estaba, y aunque trasladé las quejas con respeto, esa persona no estaba. Era el único momento que tenía para hacerlo y no me di cuenta de que mi Amado ya lo solucionaría de la forma correcta sin que yo tuviera que caer en la trampa de la calumnia a alguien que no estaba.