♕ La Promesa del día: "Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón". Salmos 7:10
El abuelo de mi esposo —quien es como un padre para él— estuvo muy enfermo por causa del virus, un día mi suegra (su hija) me llamó a decirme que estaba muy triste porque veía mal a su papá y quería pedirme que orara por él porque según sus propias palabras Dios escucha mis oraciones, ¡¡lo cual me mostró que Su obra se ha evidenciado en mi vida y ellos pueden verlo!!
Esa mañana salí a caminar con mi Amado y le pregunté: "Amor, Tu dices que tienes nuestros días contados... estos son los últimos días del abuelito de mi esposo?, mi corazón se estremeció y vino a mí que debía decirle a su único hijo cristiano que buscara a su papá para orar con el por su alma. Cuando llegamos a casa, abrí mi Biblia y Su palabra fue:
“Por ese tiempo, Ezequías se enfermó gravemente, y el profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a visitarlo. Le dio al rey el siguiente mensaje: «Esto dice el SEÑOR: “Pon tus asuntos en orden porque vas a morir. No te recuperarás de esta enfermedad”»”. 2 Reyes 20:1 NTV
Para mí estaba claro, eran sus últimos días, sin embargo, al leer un poco más vi que Él escuchó la oración de Ezequías y respondió a su clamor y lo sanó y extendió sus días sobre la tierra, también recordé a Nínive, que fue escuchado su clamor y no fueron destruidos, entonces mi corazón se inclinó por compartir esta palabra a su familia porque Él quería que todos lo buscaran, inmediatamente me comunique con su hijo y su esposa para compartirles Su mensaje, ellos quedaron impresionados porque yo estaba confirmando la palabra que ellos habían recibido dos veces ese fin de semana.
Entonces organizamos una reunión por Zoom para compartir con toda la familia Su palabra... lamentablemente ellos no la abrazaron como hubiera deseado, y no tomaron en serio Su mensaje pero ese día mi Esposo Celestial tocó el corazón de mi Esposo Terrenal y el me dijo: "muchas gracias por todo lo que haces por mi familia". Pasaron unos días y seguíamos reuniéndonos y la salud del abuelito iba mejorando lentamente, entonces mi Esposo Celestial nuevamente me habló:
"Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón. Dios es juez justo, y un Dios que se indigna cada día contra el impío. Y si el impío no se arrepiente, Él afilará Su espada; tensado y preparado está Su arco. Ha preparado también Sus armas de muerte; hace de Sus flechas saetas ardientes". Salmos 7:10-13
"Hermanos míos, no hace falta que yo les escriba acerca del momento exacto en que todo esto ocurrirá. Ustedes saben muy bien que el Señor Jesús regresará en el día menos esperado, como un ladrón en la noche. Cuando la gente diga: «Todo está tranquilo y no hay por qué tener miedo», entonces todo será destruido de repente. Nadie podrá escapar, pues sucederá en el momento menos esperado, como cuando le vienen los dolores de parto a una mujer embarazada. ¡No podrán escapar!" 1 Tesalonicenses 5:1-3
Mi corazón nuevamente se estremeció porque sabía que Él me hablaba sobre el abuelito, entonces esa tarde el reporte médico fue muy desfavorable, pese a que había mejorado y pensábamos que ya estaba saliendo de la enfermedad (claro eso pensaba antes de que Él me hablara), ¡ese día la oxigenación bajó 100 puntos quedando muy muy baja! Fue así como Él lo dijo "de repente" y nos tomó a todos por sorpresa. Esa noche nos reunimos a orar nuevamente y mientras estaba allí escuchando quise ver que tenía por decirme El, entonces abrí mi Biblia y Su palabra nuevamente me sacudió:
"La gente buena se muere; muchas veces, los justos mueren antes de que llegue su hora. Pero a nadie parece importarle el porqué, tampoco se lo preguntan a sí mismos. Parece que nadie entiende que Dios los está protegiendo del mal que vendrá. Pues los que andan por el camino de la justicia descansarán en paz cuando mueran" Isaías 57:1-2
Al otro día de madrugada mi Amado me despertó para orar y lo único que salió de mí fue el clamor por una oportunidad más, por la salvación de su alma, porque Su palabra era tan clara que estaba triste de saber que se fuera sin aceptarlo como Su salvador, entonces clamé por él.
Continuaré en mi siguiente Testimonio de Alabanza (TA), por ahora me gustaría animarlas a meditar en los detalles de este TA.
~ Anastasia en Colombia