Queridas novias,
Hoy quiero mandar un testimonio de alabanza para dar gracias por todo lo que Dios ha hecho en mí y en mi familia este año que acabamos de dejar, 2022.
Mi restauración sigue en proceso, llevamos desde finales de julio con mi ET en adulterio viviendo en casa y la realidad es que llevamos desde el verano de 2019 con ET en adulterio viviendo en casa, intermitentemente “intentándolo” de nuevo y volviendo al adulterio.
En junio de 2021 ET oficialmente volvió a intentar recuperar nuestro matrimonio, podríamos decir que Dios lo trajo de nuevo al matrimonio -pues de casa no se había llegado a ir del todo nunca. Pero desgraciadamente yo no estaba lista, fue una restauración prematura porque a pesar de mis buenas intenciones yo no había prestado atención a mis pecados ni a la necesidad de cambio que había en mí tan grande y tan urgente. Por lo que la restauración duró apenas 1 año.
Pero la buena noticia queridas novias, y por la que doy gracias es porque Dios me ha dado una segunda oportunidad. No se ha rendido conmigo a pesar de mis errores. Dios es bueno, tan bueno…. y me ha querido dar otra oportunidad porque este verano el Espíritu Santo claramente me guió a RMI y me frenó en seco cuando ya tenía la mejor abogada de la ciudad para iniciar los trámites de divorcio. Todo fue en cuestión de 1 día: recibí los emails y los cursos de las ministras Anastasia e Isabella (gracias amadas y alabado sean los tiempos del Señor, porque fue al límite que se paralizó todo) los leí, leí la introducción al segundo curso, y a la mañana siguiente mandé un email a los abogados dando instrucciones de paralizar todo.
Desde entonces hasta hoy mi vida ha cambiado por completo, ¡para bien! No volvería nunca a la noche de fin de año del 2021 la cual sí celebré con mi ET en casa en familia “aparentemente felices”. Nunca volvería atrás, a Egipto, porque nuestro matrimonio estaba fundado en arenas movedizas.
Ayer -y estos últimos 5 meses- fue una noche agri-dulce y para mis niñas fue triste porque su padre terrenal no quiso celebrar las campanadas con ellas y ¡se fue a dormir! y se quedaron llorando… pero yo tenía una paz de las que sobrepasa todo entendimiento, de las que solo nos puede dar nuestro Amado Esposo Celestial e inmediatamente comencé a ministrar a mis niñas y a explicarles que en realidad ¡¡¡estábamos mucho, mucho mejor que el año pasado porque ahora Jesús es el centro de nuestras vidas!!! Y en menos de dos minutos mis niñas cambiaron su ánimo y nos fuimos a dormir con una paz las cuatro tan grande, llenas de esperanza y de felicidad, sabiendo que el 2023 nos depara lo mejor, porque ahora, ya sí, somos de EL y solo de EL.
Alabado seas Tú Padre Celestial, Dios Creador misericordioso y fiel como ninguno, que nunca nos dejas a la deriva. Alabado seas tú Amado Esposo Celestial, Señor de mi vida y mi Roca, Jesucristo amoroso, sin quién yo no sería nada, no podría hacer nada, no tendría vida, ¡pues lo que tenía antes no era vida y ahora sí la tengo contigo!
Gracias, gracias a RMI por todos sus materiales, por su apoyo y sus instrucciones tan precisas. Gracias Padre Celestial por obrar a través de estas personas para que tus hijos que te buscamos podamos encontrarte a ti a tu Hijo en medio de toda la confusión del mundo.
¡Gloria a Dios y a su Hijo Jesucristo!