♕ La Promesa del día: "Ella vigila la marcha de su casa, y no come el pan de la ociosidad.” Proverbios 31:27
De ~ Rut Ester en Puerto Rico
En esta introducción de T@C [Trabajadora en Casa], mi Amado me mostró que hay unas cosas en mi hogar que quiero organizar pero como no le había consultado a Él, no he completado la tarea. Sin Él no puedo hacer las cosas por lo que ta tarea sigue pendiente.
Cuando me convertí en T@C por primera vez, sin mi Amado, se me hizo muy difícil entender que cuidar de mi hogar y familia era mi trabajo. Antes trabajaba en un hospital donde tenía hora de entrada y salida, donde tenía un buen sueldo. En casa no tenía horario, no tenía sueldo y esperaba que mi et (esposo terrenal) cooperara con el hogar. Pasó mucho tiempo, y la crisis matrimonial, para yo recibir lo que mi Amado me estaba diciendo. La marcha de mi hogar es mi primer y más importante trabajo. Eso abrió mis ojos y mi mente a ver cada tarea como una tarea asignada por mi jefe, mi Amado Señor. Tanto así que cuando doblo la ropa o estoy fregando o cocinando, le digo a mis hijos que mamá está trabajando y que el trabajo de mamá se ve diferente todos los días.
Él me ha dado la oportunidad de compartir lo que me mostró con 2 amigas que se sienten que no producen estando en el hogar. Sin embargo, ambas tienen niñas bebés. A todas se nos ha hecho difícil entender que cuando dejamos nuestros trabajos fuera del hogar, en ese momento tomamos la responsabilidad de nuestro hogar e hijos completamente, que de todas maneras nos tocaba pero no lo veíamos así. Estamos en casa pero pretendemos que nuestro et cooperen en las tareas del hogar. Más aún, no entendemos que la tarea de nuestros et, asignada por Dios en Génesis 2, es labrar la tierra, o sea proveer por sus familias así como Adán. Y nuestra tarea asignada es cuidar de nuestros hogares así como Eva.
Pude explicarle a una de esas amigas que nuestro trabajo es el más importante y se ve diferente a lo que estábamos acostumbradas. En su caso, su et vive en casa y y es a través de quién Él le provee a su familia. Le pude dar testimonio de que mi et no vive en casa pero mi Amado provee a través de él. Luego, pude enviarle el libro T@C. Entonces veo el dinero que recibo de et (que realmente es de mi Amado Esposo Celestial) como mi “sueldo”. Es extraño, lo sé. Pero eso me hizo ver mi labor en casa como un trabajo real. Yo cuido a mis hijos, mi hogar y mi Amado me recompensa pagando mis cuentas.
Queridas novias, las animo a leer este introducción de T@C. Es muy importante reconocer y honrar el trabajo que nuestro Amado nos ha dado. Te animo a pedirle que renueve tu mente y te muestre como honrarlo. Así serás testimonio a las mujeres jóvenes que te están mirando.
El mundo nos muestra qué y cómo debemos laborar. Nuestro Amado tienen otros planes. Te animo a permitirle que te los muestre.
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