♕ La Promesa del día: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis”. 1 Corintios 9:24
Nuestro Amado es tan dulce, que no puedo esperar a contarles cada una de las maravillas que hace para cuidar mi corazón y enamorarme. Preguntándole a mi Amado que podría compartir para ánimo en este Testimonio de Alabanza, puso en mi mente diversas situaciones de las cuales me habló mientras estudiaba el Capítulo 4 ¿Cuándo me doy por vencido? del curso “Viviendo la Vida Abundante”; en ese capítulo no pude más que comprender Su amor tan grande por mí al querer que reemplace mis cargas simplemente con Su amor.
Me ha cuidado tanto de no dar marcha atrás y de volver a mi vieja yo o a mis viejos pensamientos y acciones; hace unos días vine experimentando cargas en todo sentido; y aunque han sido cargas “pequeñas” (las clásicas trampas de puedo manejarlo yo sola) la suma de todas ellas hizo que una mezcla de miedo con cansancio se pusiera frente a mis ojos.
Es tan hermoso ver Su fidelidad y saber que puedo estar confiada en Sus manos; en medio de todos esos sentimientos que empezaban a abrumarme y que no sabía cómo expresar y en ocasiones no sabía que podían estar escondidos; Él empezó a llamar mi atención.
Una querida amiga del Ministerio fue utilizada para mostrarme el grandioso cuidado que tiene de mí; habíamos estado hablando por un rato cuando en medio de mi trabajo sentí la necesidad de escuchar algo mientras laboraba; al instante ella me envió un video con música instrumental; nos reímos por la “coincidencia” pues le comenté que estaba buscando algo que escuchar; sólo por eso debería alabarlo porque Él sabe conquistar y dar detalles a Sus Amadas; porque no sólo me mostró que Él cumple el más pequeño deseo de mi corazón sino que me hizo sentir que no estaba trabajando sola.
Lo que no sabía es que Él solo estaba ambientándome para hacerme sentir Su amor; habían pasado unos minutos de disfrutar la presencia de mi Amado con esa melodía cuando mi amiga me compartió que nuestro Amado le había mostrado en oración mi imagen asustada; después de un momento le confesé que en efecto así me había sentido por algunas situaciones por las que estaba atravesando; más bien creo que fue la suma de ellas.
Lloré de amor y con música de fondo; mi Esposo reveló el cuidado que tiene de mí en el momento menos esperado, fue hermoso el instante que vivimos porque sentimos Su Amor estando tan lejos una de la otra; compartir con alguien que siente lo mismo por nuestro Amado Celestial y permitir que ese amor nos una, fue un desbordamiento y plenitud que no logro explicar con palabras y que gracias a que Él me trajo aquí puedo compartir con muchas de ustedes que sienten lo mismo por Él.
Comprendí entonces que la mayor ganancia, el mayor premio que he obtenido gracias a mi viaje, gracias al quebrantamiento generado por cada pérdida; es Él, conocer, abrazar, descansar en mi Esposo Celestial. Ahora quiero atesorar esta enseñanza y recordar que cada vez que me sienta abrumada; en lugar de sofocarme buscaré rendirme, entregarme porque ahora sé que es un llamado para disfrutar de un amor más elevado, que soy llamada a un nivel de intimidad que me rebosará. Estoy agradecida con mi proceso porque ÉL es mi ganancia.
En mi viaje he aprendido tanto; y una de las grandes enseñanzas que me he ganado es que cuando estoy abrumada, cansada o hay algo que me aleja de Él: esto es un indicador de que mi Amado desea que me rinda y se lo entregue; lo que ahora me emociona a diferencia de lo que sucedía antes es que ahora entiendo que estoy lista para disfrutar de un nivel de intimidad cada vez más alto y hermoso con mi Amado. Estoy agradecida con mi proceso, porque mi proceso me ha dejado a Él como ganancia.
Su promesa:
“Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros". Efesios 3:20
Deja que Su poder actúe en ti para experimentar cómo fluye Su amor; Él es mi mayor premio.
~ Perla en Ecuador