Su amor y misericordia es inimaginable! No sabía cómo empezar mi reporte pero esa oración fue la que salió de mi mente.Cada día que pasa me sorprendo más y más de lo que el Señor puede hacer en nosotros cuando hemos acudido a Él.
El día de ayer tuve una experiencia única y que me reveló la obra de mi amado Señor en mi vida. Podría decir que fui una de esas personas cuyo carácter no lo soportaba ni yo misma, siempre tratando de tener el control absoluto de mis circunstancias y pretendiendo que todo saliera perfecto bajo mis “estándares”. Ahora me rio de mi misma de ver lo ignorante que era antes de conocer la verdad y entender mi papel bíblico como hija de un Rey.
Supongo que alguna que está leyendo se identifica con estas palabras, pero para simplificar yo era esa Mujer Contenciosa que ahora nos es fácil reconocer.
Volviendo al tema, ayer había coordinado con un trabajador para hacer un arreglo en la casa, había orado por guía a nuestro Señor para saber cómo solventar de la mejor manera el problema que hay y no había tenido respuesta; lo cual me extrañaba. Aun así, fui al depósito y solicite ayuda técnica la cual recibí y los materiales no eran de gran costo. Aleluya!!!!!
Envie un mensaje al trabajador para indicarle lo que se iba a realizar y reconfirmamos la hora. Para no extender la historia, el trabajador nunca se presentó, no contesto mensajes ni la llamada telefónica. Mi vieja yo hubiera entrado en cólera y hubiera pasado todo el día molesta por la falta de “compromiso” sin embargo, ayer me mantuve calmada, solo envié un mensaje y como no obtuve respuesta me dije a mi misma: Señor tu sabes lo que haces, tienes el control y esto no me va a robar la paz que tú me has dado. Si es tu voluntad buscare alguien nuevo.
Intente con 2 personas y no lo logre, al buscar la 3ra todo fue más fácil. El trabajo está pendiente de hacer y será según la voluntad de Dios; sin embargo, quería dar testimonio del cambio que nuestro amado Señor y Esposo hace en cada una de nosotros y como se da a la tarea de mostrárnoslo también.
Aquella mujer contenciosa, indignada y reclamadora que era yo, ayer no existió. Ni siquiera se asomó.
Doy gloria a nuestro querido Padre por moldearnos y trabajar en nuestro corazón.
“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2 NVI)
~Poppy