¿Cómo comenzó en realidad tu restauración?
Mi esposo y yo hemos estado juntos desde temprana edad. Teníamos 10 años de novios y acabábamos de cumplir 3 años de casados, cuando al mes después de nuestro aniversario, ví un cambio en él. Yo me preguntaba: "¿será que anda con otra mujer?" Pero yo decía que él no era capaz de eso. El siempre era tan paciente conmigo y me trataba con amor. Yo pensaba que yo lo tenía todo bajo control, incluyéndolo a él.
Que ciega estaba, nunca comprendí que era una controladora, manipuladora, necia, arrogante, celosa y muchas cosas más. Era lo que yo decía y ya, no importando lo que mi esposo dijera. Lo trataba como un niño y no como el sacerdote —de nuestro hogar— que él era. Yo crecí en la iglesia y venía de un hogar cristiano y me creía la perfecta. Yo sentía que Dios me estaba avisando lo que venía; pero estaba tan ciega, que mi mirada nunca la puse en Dios. Eran pleitos casi todos los días, porque yo me quejaba de todo lo que él hacía. No comprendiendo que estaba hiriendo a mi esposo.
Estábamos a punto de movernos a nuestro nuevo apartamento, cuando unos días antes discutimos fuerte y me dijo que ya estaba cansado. Yo pensé que era otra pelea más y nos íbamos a reconciliar como siempre; pero esta vez no fue así. La verdad si me preocupe y me alarme, me preguntaba: "¿cómo nos puede hacer esto a mi y a nuestra hija de un año?" Rápidamente caí en la trampa del enemigo, haciéndome la víctima; pensé que él tenía la culpa. Ese día, tuve que tomar un taxi para ir a la casa de mis padres y esperar que él me contestara. Desde ese momento él me bloqueó de todas las redes sociales y de su teléfono.
Yo estaba tan devastada dentro del taxi. Dios me empezó a hablar desde ese momento. El conductor del taxi me empezó hablar de su matrimonio, que sólo Dios lo ha sostenido con su esposa. Y me preguntó si estaba casada y le dije que sí, y él me dijo que el matrimonio no es fácil; pero es bueno luchar hasta el fin. Yo se que Dios lo estaba usando para hablar a mi vida. Dios en Su misericordia me estaba mostrando desde ahí que tan ciega estaba.
¿Cómo cambió Dios tu situación mientras lo buscabas a Él con todo el corazón?
A los días después que se fué, me enteré que estaba nuevamente embarazada. Me preguntaba cómo iba hacer con dos hijos sola, todavía no sabía nada de mi esposo, y cometí el gran error de perseguirlo y buscarlo a su trabajo. Se enojó tanto que me pidió que lo dejara en paz y me dijo que estaba decidido a separarse completamente de mí, sin ningún plan de reconciliación.
En ese momento yo sentí que Dios me dijo que lo dejara en paz, pero fui necia y le mande un email diciéndole muchas cosas para hacerlo reaccionar, según yo. Al mirar que nada funcionaba, al fin alcé mis ojos al cielo y clamé a Dios. Empecé a orar como nunca y usar esa FE que mis padres me inculcaron desde pequeña, empecé a creer que Dios iba a solucionar todo, sin importar lo que mi esposo me decía. Aun cuando me reveló que había OM. Al enterarme Dios puso una paz en mí, Él nunca me dejó. Mis padres me abrieron las puertas de su hogar. Al poco tiempo Dios empezó a suavizar el corazón de mi esposo y empezamos a comunicarnos por email y empezó ayudar económicamente.
Un día comencé a buscar ayuda y encontré este ministerio AyudaMatrimonial.com. Dios me ayudó a soltar a mi esposo poco a poco, oraba tres veces al día, leía la Palabra de Dios como nunca. Dios me enseñó a depender solo de Él y me mostró Su mano poderosa. Sin darme cuenta me estaba enamorando de Dios y lo empecé a buscar, sin pedirle tanto sobre mi restauración matrimonial. Lo único que le pedía, era que si era su voluntad, mi esposo pudiera pasar con nosotros el cumpleaños de mi hija, que estaba por venir en unos días. Ya que él no la había visto por un tiempo. Eso me dolía mucho, pero le oraba a Dios que me ayudara a soportar eso.
Derramaba mi corazón y alma ante Él, sólo Él me daba las fuerzas para seguir, todavía no había empezado al leer el libro y no tenía idea sobre el divorcio de parte de la mujer. Yo le dije a Dios: “si mi esposo no me escribe para estos días, voy a pedir el divorcio”, no puedo creer que iba a caer en la trampa de satanás. Yo sentía en mí, que no era correcto; pero yo pensaba que eso lo haría reaccionar; pensaba que era lo correcto para hacer y seguir mi vida.
A los días, estando en la iglesia alabando a Dios, sentí un gozo como nunca; era una satisfacción dentro de mí, algo que me llenaba de tanta alegría; levanté mis manos y le dije a Dios que yo estaba más que contenta con Él, que fuera hecha Su voluntad; pero yo sentía que Dios era más que suficiente para mí, ya no sentía dolor. A las horas, me habló mi suegra diciendome que mi esposo le había dicho que quería de regreso a su familia.
Yo no lo podía creer. Ese mismo día recibí un email de mi esposo diciéndome que si podíamos celebrar el cumpleaños de nuestra hija juntos, le dije: por supuesto que sí. Para la honra y gloria de Dios, pudimos celebrar juntos el segundo cumpleaños de nuestra hija. Le dije que estaba embarazada y esta vez no me rechazó. Esa misma semana, me dijo que veía algo diferente en mí y que era una mujer diferente. Me pidió a mí y a mi hija que nos fuéramos a vivir con él.
Amadas, cometí el peor error ya estando en casa con él, dejé la oración e intimar con Dios. Empecé a chequear su celular y otras cosas, a los días de vivir juntos, mi esposo me dijo que ya no me quería, que sólo quería estar conmigo por nuestra hija, empezó a salir los fines de semana; yo me quedaba de rodillas clamando a Dios y Él me indicó a decirle que yo lo quería y que iba a orar por nuestro matrimonio; él se quedó asombrado. Yo todavía le cocinaba, le lavaba la ropa, se la doblaba, le mostraba amor sin condición. Nunca trate de controlar nada, ni le hacía preguntas, siempre con mi boca callada y todo le rendía al Señor.
El corazón de mi esposo empezó a suavizarse de nuevo, se quedaba más tiempo con nosotros en la casa y me decía cosas que sólo la gracia de Dios en mí, me hacía brillar. Unas noches después, el salió y le clamé a Dios que me diera fuerzas para no desmayar, y puse a mi esposo en las manos de Dios. Esa noche nuestra hija tenía una fiebre alta y me encontraba sola con ella. Me sentía tan sola y de repente mi esposo entró me pidió que oraramos; me dí cuenta que tenía puesto el anillo de boda. Al otro día me dijo que nunca más me quería dejar. Es muy importante tener un corazón sano al regreso de nuestros esposos; a pesar de mi empeño semanas después, mi esposo se volvió a ir de casa luego de un viaje que tuvimos a las Vegas.
Entonces empecé a leer el libro y aprendí a no platicarle a mi esposo mis deseos, sino llevarlos a Dios y dejar que Él peleara por mí. Los días festivos se acercaban y yo le pedía a Dios que si era Su voluntad que mi esposo se la pasara con nosotros. Y así fue, pasó el Día de Acción de Gracias con nosotras y mi familia. Quedaban unos días más para aliviarme (mi día era para navidad) y empecé a poner toda mi confianza en Dios y declarar que El corazón del Rey estaba en las manos de Dios. Dos fines de semana antes que me aliviara, mi esposo empezó a dormir completamente en casa. Yo me quedaba asombrada de lo que Dios estaba haciendo.
Estaba ganando sin una palabra. Solo ponía todo en las manos de Dios y soltaba, ¡era increíble! Una noche me acuerdo que le pedí a Dios que me quitara todo lo de mi corazón contra mi esposo y la OM. Le pedí que me concediera un parto normal, y a los minutos de terminar mi oración, me empezaron los dolores; ese día que él estaba supuesto a irse como todos los domingos, me alivié. Gracias a Dios mi esposo estuvo conmigo en el parto, me habían dicho que iba necesitar una cesárea, y para la honra y gloria de Dios, tuve parto normal sin medicina. Mi esposo nunca más se volvió a ir de la casa, estaba atento conmigo y me decía cuánto me admiraba porque tenía una paz tan hermosa; esa paz que sólo el Señor da.
Podemos ver que cuando buscamos de Dios, se empieza a ver en nuestro semblante y comportamiento, a las semanas; mi esposo me pidio perdon y que regresáramos, ahora no pongo mi confianza en el hombre, solamente en Dios. ¡Porque Él nunca falla, ni nos abandona!
¿Qué principios, de la Palabra de Dios (o por medio de nuestros recursos), te enseñó el Señor durante esta prueba?
Finalmente pude ver que El Señor es lo único que necesitamos. Que buscar el reino de Dios es lo primordial y después todo viene por añadidura. Aprendí a decirle todo a Dios y no a mi esposo. Ya no siento estar al pendiente de mi esposo porque yo sé que él está en las manos de Dios. Dios ha proveído todos los deseos de mi corazón cuando pongo toda mi confianza en Él y vivo poniendo los principios en práctica con Su ayuda.
¿Cuáles fueron los momentos más difíciles que Dios te ayudó a atravesar?
Los momentos más difíciles fueron cuando yo miraba a mi esposo arreglarse para irse con la OM y yo tenía que quedarme callada. Pero fue ahí en donde mi Señor me enseñó a depender de Él y peleaba por mí.
¿Cuál fue el “momento crucial” de tu restauración?
Aunque había mirado la mano de Dios moverse mucho a mi favor, yo todavía no pensaba que faltaria mas tiempo para que mi esposo me pidiera que volviera con él. Aunque no estábamos juntos, él me invitaba a salir, me escribía más y nunca pensé que él estaba en el proceso de regresar conmigo.
¿Cuéntanos CÓMO pasó? ¿Tu esposo sólo regresó por la puerta principal?
Mi esposo salió de viaje para su negocio, y él solamente hablaba con mi hija por teléfono. Durante ese viaje se accidentó un jugador famoso y murió. A los días mi esposo pido hablar conmigo también, no solamente con mi hija. Después me mandó un mensaje preguntándome que pensaba yo de nuestro matrimonio y cual era mi oración para nuestro matrimonio. Hablamos de varias cosas, me dijo que volviéramos a estar juntos y le dije que si. Cuando regresó de su viaje me pidio perdón y me decía cosas que yo sé que solo Dios las puso en su boca.
¿Sospechabas o podías ver que estabas cerca de ser restaurada?
La verdad no pensaba que sería en ese tiempo, sabía que Dios lo haría; pero no me lo esperaba. No sabemos lo que Dios está haciendo al otro lado de la montaña, siempre hay que creer que Dios está trabajando.
¿Recomendarías alguno de nuestros recursos en particular, que te haya ayudado?
¡Por supuesto que sí! Me ayudo mucho leer "Cómo Dios puede y va a restaurar su matrimonio" y "Mujer Sabia".
¿Tienes versículos favoritos de la Biblia que quisieras compartir con las mujeres que leer tu testimonio? O Promesas que Él te dio?
“Como canales de agua es el corazón del rey en la mano del Señor; Él lo dirige donde le place”. Proverbios 21:1
“El Señor dirige los pasos del hombre y lo pone en el camino que a él le agrada”. Salmos 37:23
“Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos”. Exodo 14:14
¿Estarías interesada en ayudar a animar a otras mujeres?
¡Claro que si!
¿De cualquier forma, qué tipo de ánimo te gustaría dejarles a las mujeres en conclusión?
Nunca estuvimos solas y nunca estaremos solas. Dios siempre estuvo ahí y estará ahí para siempre. Sólo hay que entregarnos y enamorarnos de Él y Él hará.
~ MM