♕ La Promesa del día: “Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y todos los de tu casa”. Hechos 16: 31
Erin recibió al Señor como su salvador a los 7 años. Y verdaderamente sintió esa comunión con Él que verdaderamente la hizo cambiar. Yo lo recibí a los 14 años en la iglesia evangélica que asistíamos con mi papá, cuando fui a vivir con él desde los 13 a los 15 años, pero no entendía esto de recibir al Señor muy bien. Yo crecí asistiendo a la iglesia católica también, hice la primera comunión por obligación, pero no sentí esa verdadera comunión con el Señor.
Ahora que me separé de mi ET empecé a congregarme por zoom con los Testigos de Jehová, pero de recibir al Señor como Salvador no se enseña ahí. Ahora que no asisto a ninguna iglesia, pero continúo leyendo la Biblia y los cursos de este Ministerio aprendí que debo tener una verdadera comunión con el Señor. Aprendí que debo aceptar verdaderamente al Señor en mi vida, que Él es mi Salvador, que al tenerlo a Él en mi vida es la mayor y mejor compañía que puedo tener.
Estoy segura que al superar mis luchas diarias otros se servirán de mi testimonio para ellas también desear tener al Señor en sus vidas. En mi hermana, ella necesita recibir al Señor en su vida y vivirlo, conocer su palabra y obedecerla. Se que el Señor puede tocar su corazón y hacer de ella una nueva persona, para que ella vuelva a los caminos del bien. Ella ha notado los cambios en mi, a raíz de que empecé a actuar en obediencia a la palabra de Dios y a obrar como el Señor lo hizo, sin defenderse de sus acusadores y sin pagar mal por mal, a pesar de que mi hermana me prueba cada vez que puede con sus malas actitudes, es mi lucha, el perdonarla las veces que sea necesario así como nos indica el Señor.
Como dice la palabra el amor "no se enoja fácilmente, no guarda rencor".. voy a mantenerme en esta palabra por la salvación de mi hermana. Voy a seguir venciendo con el bien el mal. Mi hermana es creyente pero solo de oídas, mas no vive en obediencia a la Palabra, cada que me visita le comparto los principios que voy aprendiendo, y muy a pesar de sus habladurías a mis espaldas, sigo recibiendola en mi casa, sigo cumpliendo con ser hospitalaria con ella, porque confío en que mi paga vendrá del cielo.
Querida Amiga te invito a que aceptes al Señor como tu Señor y Salvador, que lo vivas y ames. Que sepas que en tus fuerzas no puedes caminar sola, pero si permites al Señor acompañarte tu carga será menos pesada.
~ Zoé en Ecuador