Bendito y alabado sea el Señor, glorificado sea su Nombre, a ÉL sea el honor, el poder y la gloria por los siglos de los siglos, Amén.
Le doy gracias a mi Dios por haberme traído hasta este desierto, en donde ha estado conmigo, en donde me ha enamorado, en donde me ha mostrado la Verdad y esa misma Verdad me ha hecho libre.
Tiempo atrás yo era una mujer como la mayoría, arrastrada por la corriente del mundo, en la que se dice abiertamente que lo que no sirve que no estorbe. Y justamente eso era lo que yo les decía a otras mujeres cuando ellas me compartían sobre algunas cosas que vivían con sus esposos.
Hace unos meses Dios me hizo entender que Él ha escuchado mis oraciones. Todos los días durante estos 10 meses le he pedido que me transforme y renueve mi mente, que me ayude a ser una mujer piadosa y fiel seguidora suya, que yo quiero ser instrumento de su Paz y de su Amor.
Me reuní con dos amigas con las que no hablaba desde hace algunos años, la conversación nos llevó a comentar sobre mi situación actual de mujer divorciada, les hablé sobre los errores que yo cometí y de cómo había destruído mi matrimonio por lo necia y contenciosa que había sido. Ellas muy atentas a mis palabras, solamente me escuchaban.
Al día siguiente una de ellas me escribió para decirme que gracias a la conversación que habíamos tenido, ella se había dado cuenta que estaba cometiendo algunos de los errores que yo les había compartido. Que esa misma noche llegó a su casa, habló con su esposo y los dos llegaron a la conclusión que debían buscar más de Dios. Que tuvieron una conversación muy agradable sobre algunos aspectos en los que no habían logrado ponerse de acuerdo.
Cuando yo leí ese mensaje no pude hacer otra cosa más que agradecerle a mi Señor porque Él ha escuchado mi oración cuando le he pedido que tome mi vida y la ponga a su servicio, que yo sea un instrumento de su paz y amor.
Porque fue Él quien puso en mi boca las palabras adecuadas para llegar al corazón de mi amiga. Gracias a mi Amado Jesús. Gracias por tanto amor.
“A las ancianas… Deben enseñar lo bueno y aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la palabra de Dios.”
Tito 2: 3-5
Este versículo explica el instrumento que soy en SUS manos.
~Miroslava