Como no estar agradecida con mi Esposo Celestial pues me ha rodeado de amor a lo largo de éste camino. Me ha llevado al desierto y me ha enamorado nuevamente, me ha atraído con lazos de amor envueltos en circunstancias difíciles de asimilar. Muchas veces le he preguntado a mi Esposo Celestial porque me ha hecho tan dependiente de los demás y tan necesitada de amor… buscando ser aprobada por los demás para tener equilibrio, recuerdo haberle dicho no quiero ser así. Le he pedido enamorarme más de Él y que cada vez mi amor hacia El crezca y hoy puedo ver que mis oraciones han sido respondidas aún si en el proceso mi corazón haya sido roto para volverlo a unir.
Debo reconocer que nunca he considerado a Dios como mi Esposo, pero ahora lo veo de esa manera, es la verdad y alabo a mi Señor porque nunca me ha dejado sola y jamás lo hará, porque ha estado en el proceso desde mi rebeldía en mi juventud hasta mis días en la actualidad y solo puedo decirle Gracias!!! Por tanto amor, Por su fidelidad, porque no se dio por vencido conmigo y por cumplir sus propósitos en mi aún a pesar de mi misma.
Le doy Gracias porque me ha salvado y porque aún hoy obra en mí, porque en las noches que mi alma ha estado en agonía Él me ha consolado y porque ha enjugado cada lágrima y cada suspiro ha sido de Su conocimiento. Bendito y alabado sea Dios, Porque me va moldeando como el alfarero al barro y hace de mí una vasija para su honra. Duele!, Pero al saber que su soberanía y cuidado me sostienen solo puedo darle gracias y exaltar sus maravillas. Le doy Gracias porque ha derribado los ídolos que mi necio corazón ha levantado y él ha tomado su lugar. Y sé que como mi Esposo Celestial sabe cuidar de mí y me alienta mi caminar. No me ha soltado, aún a pesar de mis debilidades y fallas… que por cierto son muchas, más en ellas él muestra su poder. Ahora solo lo anhelo a él, lo necesito como el aire que respiro y quiero estar bajo su dirección. Lo amo y me entrego a él con total sumisión y obediencia. Le doy Gracias por este desierto, por haberme sacado de mi comodidad en Egipto y caminar conmigo en este desierto, le doy gracias por ser mi columna de nube en el día y mi columna de fuego en la noche y porque allá en la tierra que él me ha prometido, él me guiará y me rodeará de su amor. Le doy Gracias porque me enseña lo que es el amor verdadero y porque cada día aprendo de él.
Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.” (Efesios 6:12)
~Diana