SEP.

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Mi querido retoño
Devocional para niños y adolescentes
el niño no sanado que hay en ti.

1 de Septiembre

“Me hará prevalecer frente a los enemigos que me rodean; en su templo ofreceré sacrificios de alabanza y cantaré salmos al Señor.” (Salmos 27:6).  

Mi Querida, ¿estás en medio de la guerra? ¿Te encuentras ensangrentada y golpeada? ¿Tu fortaleza está por agotarse? ¿Estás entreteniendo tu mente con pensamientos de derrota? ¿Sientes que te entregas a esos pensamientos? Entonces, Mi Querida, no estás sentándote con el Señor ni enamorándote de El. Si Dios está contigo, ¿qué importa quién está contra ti?  

Mi Querida, Dios es un Dios celoso. El ha permitido este tiempo a solas para que se lo dediques a El, para que te enamores de El, que lo conozcas íntimamente. ¿Por qué continúas buscando aquello que El ha removido de tu vida? Fue El quien alejó a tu amante y amigo lejos de ti. Fue El quien te hizo detestarlos. Si dejas a tu primer amor, tu Jesús, te desesperarás.

Mi Querida, Jesús es a quién tú necesitas en realidad. Tu esposo, amigo, u otro hombre no tiene nada que darte; ellos, también, necesitan a Jesús – necesitan Su amor. Pero la única manera en la cual ellos lo recibirán es a través del amor que se desborda de ti, que tú posees porque llevas horas, días, semanas, meses sentada a los pies de tu bendito Señor y Salvador, Jesucristo. Y con ese amor que se desborda, puedes ser utilizada como un velero de Su amor para tocar al mundo que te rodea. Pero si tú también estás necesitada, cuando alguien te rechace, o golpee violentamente, o niegue mostrarte su amor por ti, te encontrarás destrozada.  

Siéntate a Sus pies. Fíjate en Su rostro. ¡Luego canta, sí, canta alabanzas al Señor porque El es digno! ¡Aleluya!

Clic aqui para leer: Tito 2:3–5.

2 de Septiembre

“No te irrites a causa de los impíos ni envidies a los que cometen injusticias.” (Salmo 37:1).

Ay, Mi Querida, ¿te estás irritando, preocupando, por esos quienes hacen el mal? ¿Crees que sus planes se llevarán a cabo tal y como lo han declarado? ¿No está Dios de tu lado? ¿No ha prometido El detener sus caminos? Entonces, ¿porqué te irritas? ¡El Señor está más que dispuesto a conquistar tus preocupaciones y sacarte de ellas! No tenemos fe cuando nos preocupamos, irritamos, o agitamos con esos que hacen planes de maldad. Mi Querida, estás mirando en la dirección equivocada. ¡Tenemos que mirar hacia arriba ya que nuestra redención se acerca! El viene. Y mientras esperamos, nos fijamos en Su rostro y El nos cambia. Nada más importa, solamente El.

Mi Querida, ¿siente tu corazón celos hacia los malvados? ¿Contemplas a la persona que ahora tiene posesión de tu esposo, tu novio, o algo que deseas y sientes envidia? ¿Envidias a aquellos a tu alrededor que aparentan tenerlo todo y les va bien?

Ay, mi querida, no mires con los ojos de la carne; enfócalo todo con tus ojos espirituales. ¿Miras el triste estado de su existencia? Muchos están en pecado, y el pecado nos separa de la presencia y amor del Señor. ¿Cómo podemos nosotras, que nos bañamos en Su amor y en Su presencia, envidiar la oscuridad del pecado? Si pudiéramos sentir el miedo y la soledad detrás de sus sonrisas y carcajadas, oraríamos por ellos, ayunaríamos por ellos, y lloraríamos por ellos aún más.

Mira con los ojos del Padre del cielo y te levantarás sobre esas observaciones carnales.

Clic aqui para leer: Gén. 2:18, 20–25 y 3:12-13, 16.

3 de Septiembre

“Pues pronto se secan, como el heno; ¡se marchitan como la hierba!” (Salmo 37:2).

Mi Querida, la hierba crece verde, saludable, y vibrante, pero es una vida corta y se marchita rápidamente; en vez de prosperar se debilita bajo la luz del sol. El pecado y esos que cometen pecado muchas veces nos atemorizan mientras avanzan a hacernos el mal, lastimarnos, y robarnos. Pero nosotras, como creyentes y amantes de Dios, tenemos esta promesa de nuestro Salvador: ¡ellos se marchitarán rápidamente y pronto desaparecerán! ¡Y todas Sus promesas son “sí” y “amén”, aleluya!

Mi Querida, ves que los malhechores y los que cometen pecado no tienen futuro. ¡Cree en el Dios vivo, soberano y amoroso, tu Salvador! No pierdas el tiempo admirando la hierba verde y vibrante ya que te han convencido de lo dañina que es.

En vez de eso, aumenta tu fe al mirar intensamente a la santa Palabra de Dios que es perfecta.  

Enciérrate en tu closet de oración y busca el rostro del Señor. Sin fe es imposible agradarle. Entonces, en tu mente, donde la batalla se está desatando, verás cómo la hierba se marchita y su verdor desaparece. No sentirás ansiedad; al contrario, caminarás en una paz perfecta, que El te dará. “Mi paz les dejo.”

Clic aqui para leer: Prov. 31:10–31.

4 de Septiembre

“Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y manténte fiel.” (Salmos 37:3).

Mi Querida, ¿confías en el Señor? ¿Estás haciendo el bien en tu vida? ¿U, hoy día, te irritas y te preocupas? Hay sólo una manera para cultivar nuestra fe y es preparando la tierra de nuestro corazón para producir fruto. Es por eso que tu corazón siente que se está quebrantando; está quebrando la tierra de tu corazón para poder recibir de Dios la semilla de la fe.

¿Cómo podemos confiar en El si tenemos un corazón endurecido? Muchas veces no hemos permitido que el dolor penetre en nuestros corazones, sino que al contrario, nos endurecemos para no sentir ningún dolor. Sentimos venganza en vez de sentir destrucción interna porque pensamos que estar destruídas es debilidad y tratamos de prevenirlo. Nos alejamos del dolor en vez de acercarlo a nuestro ser.

Mi Querida, debes confiar en el Señor quien te ha pedido caminar de la mano, a la par tuya, en el sufrimiento y la tristeza para traerte a la luz de la humanidad. Jesús conoce el sufrimiento; El aprendió a ser obediente a través del sufrimiento.

Las pruebas traerán dolor en sus alas, abre tu corazón y acéptalas con los brazos abiertos. Permite que el dolor te brinde el corazón de carne que tanto deseas. Confía en el Señor y haz el bien; permanece donde el Señor te ha puesto mientras cultivas la fe necesaria para combatir el mal que te aplaca.

Clic aqui para leer: 1 Pedro 2:13 hasta 1 Pedro 3:18.

5 de Septiembre

“Pon tu alegría en el señor, el hará lo que desa tu corazón.” (Salmo 37:4).

Mi Querida, ¿quién es tu delirio? ¿Te emociona pasar tiempo con el Señor? ¿Te complace leer las promesas que encontramos en Su palabra? ¿Es El tu todo? ¿Has llegado al punto en que te satisface estar sola con El porque tienes todo lo que necesitas – El? Mi Querida, este es el principio de tu milagro. Es el lugar de completa paz, gozo, y amor que encontrarás dentro de ti, en medio de tu desierto, en tu pobreza y tu abandono. Debe sonreír tu corazón y decir, “Todo está bien con mi alma.”

Mi Querida, es ahí, en este momento, en tu corazón, que el Señor te dará los deseos de tu corazón. Cuando ya no desees lo que El te ha quitado. Pero le afligimos cuando continuamos mirando y anhelando lo que vemos pasar por la ventana para entregarnos al deseo que nos consume día a día. Tú tratas de olvidar aquello que no tienes, para sólo desearlo aún más, hasta convertirse en una obsesión. No, la única manera de soltar a tu amado quien te ha sido quitado es encontrando un nuevo Amor, ¡y ese amor es el Señor! El es a quien debes anhelar; deseando estar con El, de pasar tiempo con El. No será hasta ese momento que El te dará lo que desea tu corazón, cuando El sepa que le perteneces a El y sólo a El.

Clic aqui para leer: 1 Cor. 7:1–16, 39.

6 de Septiembre

“Pon tu porvenir en manos del Señor, confía en él y déjalo actuar.” (Salmos 37:5).

Mi Querida, ¿haz entregado tu porvenir al Señor? ¿Haz depositado tu devoción en El? ¿Te haz entregado a El? ¿Le has confiado a El como tu protector? Mi Querida, este no es un viaje que puedas completar sola. Necesitas no sólo un guía que te señale el camino a tomar, pero Alguien que te acompañe en este viaje y dirija tus pasos. Y Su caminar, Sus pasos, son aquellos de Su propia vida. Camina en la manera que Jesús lo hizo, camina en Su amor, camina en Su perdón: bendijo a quienes lo maldijeron y rechazaron, perdonó a quienes lo criticaron, quienes lo clavaron en la cruz, y lavó los pies de aquel quien lo traicionaría. Este es el camino comprometido de Jesús.

Mi Querida, ¿confías en El? ¿O confías en tu propio jucio, tu propio plan? ¿Confías lo que miran tus ojos, o confías lo que El ha prometido? Sin confianza, escogerás otro camino que aparenta ser bueno, pero a finales de cuenta es el camino a la destrucción. El camino del compromiso es aquel que se niega a sí mismo, toma Su cruz y le sigue. Una vez comencemos ese viaje con firmeza en nuestros corazones y nuestras mentes, porque confiamos en El, El completará Sus promesas.

El lo hará.

Clic aqui para leer: Ef. 5:22–24, 31, 33

7 de Septiembre

“Hará brillar tu rectidud y tu justicia como brilla el sol de mediodía.” (Salmo 37:6).

Mi Querida, ¿caminas en la oscuridad? ¿Te cubre la oscuridad como una sábana de desastre?  

Busca Su justicia y verdad, deja que te moldee, te cambie, y refine. Entonces, El impondrá en ti Su verdad como una luz, una luz que alumbrará el camino de tu amado quien se encuentra todavía en la oscuridad. Te levantará y brillarás. Así todos los que ahora se encuentran en la oscuridad vendrán a tu luz.

Mi Querida, que nunca se nos olvide que nuestras buenas obras, nuestra justicia, son sólo trapos viejos en comparación a Su vestidura que es blanca como la nieve. Pon tus pecados bajo la sangre de Jesús. Del mal, cambia al bien. Conquista el mal que habita en ti por el bien. Esto saldrá de un corazón que se siente perdonado, uno que ha sido lavado en la sangre de Jesús. Libre de pecado para no volver a pecar más. Libre para amar, libre para perdonar, libre para seguir al Señor.  

Entonces, el juicio contra ti será como el mediodía. Brillará ante todos los hombres para que El sea glorificado.

Clic aqui para leer: 1 Tim. 2:9–15

8 de Septiembre

“Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los que maquinan planes malvados.” (Salmo 37:7).

Mi Querida, ¿dónde descansa tu cabeza soñolienta? ¿Descansa en el Señor? Descansa en El. Ahí encontrarás descanso para tu alma. Es El quien luchará tus batallas. Es El quien te guiará en medio de todos problemas. Descansa. Confía. Y El lo hará. Mi Querida, espera. No te angusties. Ten fe en que se acerca y en que vale la pena esperarlo. No busques otro, sino que espera en El solamente. Permite que El sea tu amado. Escucha cuando El te llame en la noche. Levántate rápidamente para encontrarte con El. Es en El donde encontrarás gozo, paz, felicidad, y te sentirás completa.

Mi Querida, ¿has reemplazado tu gozo y tu paz por angustia? ¿Miras cómo aquellos que están en contra tuya prosperan en sus planes? ¿Has llegado al punto de envidiar la libertad y el triunfo que ellos aparentan tener? Esa prosperidad que miras es sólo por un tiempo, sin el gozo ni la paz que tú posees, si estás descansando en el Señor, si estás esperando pacientemente por El.

Ay, Mi Querida, ¿cómo podemos esperar que los que están perdidos en la oscuridad del pecado encuentren el camino si no nos convertimos en luz para ellos? ¿Cómo van a encontrar el camino si nosotras no nos convertimos en día mientras buscamos las mejores cosas como María? Nos debemos sentar a los pies de Jesús, beber todo lo que El tiene para nosotras. Mi Querida, descansa en el Señor, espera pacientemente por El, y no te desalientes.

Clic aqui para leer: Tito 2:3–5.

9 de Septiembre

“Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal.” (Salmo 37:8).

Mi Querida, ¿todavía sientes ira? Debes renunciar a ella, dejarla, y darla en sacrificio al Señor; aunque, por un momento, te permita ventar. Es pecado. Desear venganza cuando la venganza le pertenece al Señor no cambiará el corazón de aquellos que te persiguen; al contrario, lo endurecerá. Enojo es castigado por Dios. Y tú detendrás la obra de Dios si abrazas el enojo y la ira en tu corazón hacia las cosas que tu enemigo dice y hace.

Mi Querida, este enojo e ira comenzó cuando empezaste a preocuparte. Esto guiará tu corazón hacia malos pensamientos. Una vez estos pensamientos lleguen a tu corazón, si no son arrancados de raíz, terminarán en malas obras. Si formas planes por tu cuenta, detendrás la obra de Dios. Estos planes, y tus preocupaciones, permitirán que abras la boca cuando debe permanecer cerrada.

Hoy pídele al Señor que arranque la raíz de cualquier enojo escondido y la raíz del resentimiento. Luego, abandona cualquier tentación de ira. Cada vez que sientas la gota más pequeña de ira, pide bendiciones para esa persona, como el Señor nos manda, y experimentarás una paz y un gozo que fluye de un corazón entregado a Dios.

Clic aqui para leer: Gén. 2:18, 20–25 y 3:12-13, 16.

10 de Septiembre

“Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra.” (Ps. 37:9).

Mi Querida, la promesa está aquí: los impíos, esos que cometen el mal, serán eliminados. El Señor no permitirá que este torrente de tribulaciones continúe. Los ataques de los malvados y sus planes pronto cesarán. ¿Permanecerás ahí, esperando pacientemente? ¿Estarás ahí para glorificar al Señor? Porque sólo aquellos que han esperado pacientemente heredarán las promesas.

Ay, cuántos se quedan a un lado. Mi Querida, no permitas que te sostenga. No te quedes a un lado, ni a la izquierda ni a la derecha; al contrario, mantén tus ojos en el Señor, el Autor y Completador de tu fe.

No te quedes a un lado por creer en supersticiones, ni busques maestros de acuerdo a tus deseos. La Salvación está en El. Descansa en El y El lo hará. Espera pacientemente por El. La Salvación le pertenece al Señor – ¡aleluya!

Clic aqui para leer: Prov. 31:10–31.

11 de Septiembre

“Dentro de poco los malvados dejarán de existir; por más que los busques, no los encontrarás.” (Salmo 37:10).

Mi Querida, ¡ay, las promesas de Dios! El cumple Su Palabra cuando confías en ella. Confía en ella, y obedécela. El malhechor que ha estado esperándote, causando dolor en tu corazón – pronto, muy pronto, no lo hará más. Ay, ¡qué fiel ha sido el Señor conmigo! Tantas veces he buscado los lugares donde la maldad vivía; miré cuidadosamente, pero la maldad había desaparecido. No temeré más, no sentiré más dolor ni tristeza. –¡Ay, mira y saborea lo bueno que es el Señor, es digno de alabanza!

Mi Querida, tómalo en Su Palabra. Su poder, guiado por el amor, es más poderoso que cualquier mal que te preocupe. Escóndete ahí, en Su paz, protección, y seguridad. Escóndete ahí hasta que El cumpla las promesas que El te haya hecho en Su Palabra. El no es un Dios que miente; Su propia naturaleza es la verdad.

Ay, Mi Querida, dale gracias a El hoy día por Su bondad y fidelidad. Acércate a El en los días de tribulación. Debes saber que nunca estás sola sino a una llamada de distancia de El. En un momento solamente…

Clic aqui para leer: 1 Pedro 2:13 hasta 1 Pedro 3:18.

12 de Septiembre

“Pero los desposeídos heredarán la tierra y disfrutarán de gran bienestar.” (Salmo 37:11).

Mi Querida, pronto, sí muy pronto, vivirás en la abundancia y prosperarás en las riquezas del Señor, en Su paz. Ya no habrá pláticas de guerra, problemas, ni trampas, y encontrarás descanso para tu alma. Tu humildad debe depender totalmente en tu Dios, el Creador del universo entero, doblarte de alma, mente, y espíritu, es tu herencia. Dios te lo dará. No te lo puedes ganar; ya lo heredaste. Es testamento para los humildes – lo han de heredar.

Mi Querida, ¿estás destruída? ¿Te vaciaste frente al Señor? Es aquél quien recibirá grandes cosas del Señor. Los débiles heredarán, los humildes heredarán. Los que sienten tensión, los peleadores, los que se preocupan, y trabajan para ello no permitirán que lo consigas. Es del Señor dárselo a quienes se deleitan en El. Sentados a Sus pies. Descansando en El.

Mi Querida, solamente los humildes heredarán la tierra, sólo ellos podrán saborear la abundancia y prosperidad que el Señor ha reservado para ellos. Es sólo para los humildes…

Clic aqui para leer: 1 Cor. 7:1–16, 39.

13 de Septiembre

“Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.” (Prov. 3:1).

Mi Querida hija, no te olvides de las enseñanzas de Dios. No olvides los mandamientos de nuestro Dios. Porque son, realmente, una coronilla agraciada sobre tu cabeza y adornos alrededor de tu cuello. No permitas que el pecado de este mundo te atraiga a seguirlo, porque ellos, los malvados, se alejan del Señor. Sus oraciones son una abominación a El quien es santo. Pero el Señor está cerca de aquellos quienes le temen.

Mi Querida, el Señor busca una condición de corazón. El no mira lo de afuera, sino lo de adentro, porque el Señor busca el corazón. Es el deseo de nuestro corazón guardar Sus mandamientos, no por nuestro propio esfuerzo ni obras, sino por Su misericordia que nos ha salvado, y nos salvará, ahora, de la destrucción que ha tomado control de nuestra vida.  

Pero, Mi Querida, atesora Sus enseñanzas y Sus mandamientos en tu corazón, así evitarás el pecado.

Clic aqui para leer: Ef. 5:22–24, 31, 33

14 de Septiembre

“Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad.” (Prov. 3:2).

Mi Querida, ¿cuál es la recompensa de aquellos que temen al Señor, de los que son fieles a Sus mandamientos? ¿Cuál es la recompensa para los que atesoran – sí, atesoran – Su Palabra en sus corazones? La recompensa es que prolongará nuestros días y los años de nuestra vida. Qué preciada promesa en luz de nuestra situación. Los días que pasamos alejados de nuestros queridos familiares nos causan ansiedad, una vez más El nos dice que “no temamos,” porque nuestros días serán largos en la tierra de nuestra salvación cuando una vez más restauraremos a quien amamos. Hay muchos días por delante, que es nuestra promesa en este versículo, así podemos descansar en nuestra situación presente sabiendo que, gracias a nuestra honestidad y nuestro amor por El, tendremos muchos días por delante para, reunidos, disfrutar nuestra vida.

Mi Querida, ¿y podríamos olvidar la paz que sentimos en tiempos de prueba y sufrimiento? Esto, también, será añadido. ¿Cómo le explicamos a alguien la paz que sentimos durante la tormenta? ¿Cómo explicamos la paz definitiva que no conocíamos hasta ahora? El descanso, silencio, e increíble paz, cuando las tormentas y batallas se desarrollan en contra nuestra pero no nos tocan – ésta es la paz que conocemos. Porque aquí nos sentamos en la sombra del Todopoderoso, bajo Sus magníficas alas, seguros, sobre nuestros enemigos. Aquí estamos sentados a los pies de nuestro Salvador precioso.

Seguramente misericordia y bondad me seguirán todos los días de mi vida y viviré en la casa del Señor para siempre.

Clic aqui para leer: 1 Tim. 2:9–15

15 de Septiembre

“Que no te falten ni la bondad ni la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.” (Prov. 3:3).

Mi Querida, que no te falte la bondad. Oh, que fácil es olvidarnos del amor bondadoso que recibimos de nuestro Señor, nuestro Salvador, y nuestro Amigo, que no dejemos que se nos vaya, no lo tendríamos para darselo a otro – otro que esté más desesperado y seco que nosotros. Retenemos nuestra bondad con otros mientras bebemos toda la de El.  

Mi Querida, no debe ser así, tal como la recibimos de Dios, debemos darla libremente. Somos los embajadores de nuestro Dios, la palabra de reconciliación. Nuestra bondad suplicará a otros a buscar refugio en un Salvador. ¿O no sabes tú que el amor bondadoso de Dios, las riquezas de Su bondad y abstención y paciencia, la bondad de Dios, te ha llevado a arrepentirte? ¿Cómo entonces nuestro amado, que está separado de Dios, sabrá y comprenderá a menos que le mostremos por medio de nuetro perdón, nuestra bondad, nuestra abstención, y nuestra paciencia cuando ellos pecan contra nosotros?   

Oh, mi querida, ata la bondad y la verdad a tu cuello. Escríbelas en la tabla de tu corazón. Porque esta es tu salvación y la salvación a quien tú amas y por quien oras.  

Clic aqui para leer: Tito 2:3–5.

16 de Septiembre

“Y hallarás gracia y buena opinión antes los ojos de Dios y de los hombres.” (Prov. 3:4.).  

Querida, ¿has encontrado gracia ante los ojos de tu Dios? ¿Sabes que El te ve como su hija amada? Esto es porque tú te has agarrado de la bondad y verdad que trae la verdadera bendición que perdura. Oh, cómo el Señor nos quiere rodeados de gracia como si fuera una corona encima de nuestra cabeza. ¡Qué precioso es El!  

Querida, solamente por medio de El tendrás una buena reputación. Pero aún si tu reputación se daña por revelar la verdad o aún las mentiras, nunca trates de buscar cómo mejorar tu reputación. ¡Nunca trates de defenderte, que Dios está libre para defenderte supernaturalmente!  

Querida, si tú buscas a Dios por encima de todo, entonces tú encontrarás la gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres. Gracias Jesús.  

Clic aqui para leer: Gén. 2:18, 20–25 y 3:12-13, 16.

17 de Septiembre

“Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia.” (Prov. 3:5).

Querida, nuestra confianza está en El, no en lo que comprendemos o podemos razonar. Es una condición del corazón. Cuando nuestro razonamiento y calculaciones no salen bien y a favor de nuestro enemigo, o cuando nuestras circunstancias son más que nuestras habilidades para salir victorioso – ahí es, en medio de nuestra aparente derrota, que debemos confiar en el Señor. Esto es confiar “con todo nuestro corazón” lo que este versículo proclama.  

Querida, nuestra victoria no viene de apoyarnos en nuestra prudencia sino en el Señor. Y no solamente en el Señor, pero también en Sus promesas, las cuales El nos ha dado y hemos escondido en nuestros corazones. ¿Has escondido tus promesas con seguridad en tu corazón? Porque al enemigo le gustaría venir y robárselas haciéndote razonar, a que mires muy bien las circunstancias del por qué no te salieron bien.    

Aún así, Querida, no hay nadie que nos ayude, nadie entre el poderoso y esos (como nosotros) no tienen fuerza. Grita a El y pídele que te ayude. “Ayúdanos, Oh Señor, porque confiamos en tí, y en tu nombre saldremos contra esta multitud y la arremetida de maldades. Nuestro Dios, que ningún hombre prevalezca contra nosotros. Puesto que los ojos del Señor se mueven de aquí para allá por toda la tierra para que El pueda apoyar fuertemente a aquellos corazones que son completamente de El. Amén.   

Clic aqui para leer: Prov. 31:10–31.

18 de Septiembre

“Reconócelo en todos tus caminos, y El enderezará tus veredas.” (Prov. 3:6).

Querida, ¿haces tus cosas sin reconocer quién te alumbra el camino? ¿Te parece que siempre te estás tropezando, cayendo, o sintiéndote preocupada porque estás perdida en el camino? Entonces, Querida, búscalo a El antes de empezar tu día. David “le preguntaba al Señor” por segunda vez cuando iba contra su enemigo. El no suponía que debería de atacar otra vez. Ni cuando él escuchó del Señor que El “le daría” sus enemigos, no pensó que él necesitaría “preguntarle al Señor’ cómo quería que él avanzara. La primera y la segunda manera fueron totalmente diferente.   

Aún así, Querida, tendemos a enfrentar a nuestros enemigos y pruebas de batallas que hemos ganado previamente, sin darle reconocimiento a El, ni preguntarle a El. Entonces nos vamos del campo de batalla desgarrados, golpeados, magullados, y con el sentimiento de que hemos perdido. Nos vamos del campo de batalla preguntándonos si El en verdad nos quiere.  

Querida, solamente si nosotras somos fieles en buscarlo a El en todas nuestras relaciones, en todos nuestros cursos, El hará nuestros caminos recto y sin problemas. Oh, sí, nos encontraremos con nuestros enemigos en la ruta que El nos ha escogido, pero nosotras sabremos de antemano cómo quiere que nos movamos, a dónde quiere El que vayamos, cómo quiere que arreglemos cada situación. ¿Será por estar parada o mirando la salvación del Señor? ¿Será por un grito cuando las paredes se caigan al suelo? Sólo tu Padre Celestial sabe cómo ganar tu próxima guerra. Pregúntale a El.  

Clic aqui para leer: 1 Pedro 2:13 hasta 1 Pedro 3:18.

19 de Septiembre

“No seas sabio en tu propia prudencia; teme a Dios y apártate del mal.” (Prov. 3:7).

Querida, oh, lo dulce que es la victoria cuando nos han entregado y puesto en una roca más alta que nuestros enemigos. Y qué glorioso es que El fue quien lo hizo todo, ahora podemos descansar en El y con cada batalla que venga contra nosotras, sabemos que no estamos solas y que El nos cuidará.   

Oh, mi querida, qué bueno saber que simplemente tenemos que alejarnos de toda maldad y mirarlo a El. No hay nada más que se necesite de nuestra parte. Estamos sin poder contra las tendencias malas de nuestra carne, y las que vienen de otros, pero alabemos al Señor. El ha conquistado el pecado con su dolorosa muerte y gloriosa resurrección. El ha puesto toda la maldad y la muerte bajo Sus pies. ¡Ahora podemos sentarnos a Sus pies dándole la gloria y el amor que El se merece!  

Hoy, siéntate un rato y reconoce tu amor y dependencia en El.

Clic aqui para leer: 1 Cor. 7:1–16, 39.

20 de Septiembre

“Porque será medicina a tu cuerpo, y refresco para tus huesos.” (Prov. 3:8).

Querida, ¿estás enferma en cuerpo? ¿Enferma en alma? El sólo traerá la sanación a tu cuerpo. Pídele a El en tus debilidades. Su oído no está sordo que El no te pueda oír. Tampoco Su brazo está corto que no pueda extenderlo y tocar la enfermedad en tu cuerpo, alma, o espíritu. ¿Cómo te sanarás? Reposando en El, confiando en El, apoyándote en El, reconociéndolo a El; esto traerá medicina a tu cuerpo, y refresco para tus huesos.

Querida, ¿has probado las aguas vivas? ¿Has probado y visto que el Señor es bueno y digno de alabanza? Profundo en tu médula, bien escondida, donde se origina la vida de la sangre, ahí es donde el Señor quiere tocarte hoy. Un transplante de médula puede cambiar totalmente el tipo de sangre de la persona cuando la acepta del donante. Oh, hoy, silenciosamente nos sentamos en la presencia de nuestra Vida, nuestro Señor---¿no podría El transformar nuestra médula terrestral a celestial? ¿No podría, como el gran Médico, hacer este trabajo espiritual en nosotras con Sus manos amorosas? ¿Transformándonos, sanándonos, y trayendo verdadero y duradero refresco para nuestros huesos?    

Esta mañana, sentémonos en Su cuarto de espera, buscando Su ayuda y poderes transformadores en nuestro cuerpo, alma, mente, y emociones. Porque El es nuestro Esposo, y estamos casadas con un Médico.

Clic aqui para leer: Ef. 5:22–24, 31, 33

21 de Septiembre

“Honra al Señor con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos.” (Prov. 3:9).  

Querida, ¿estás honrando al Señor con tus bienes? Todo lo que tú tienes es del Señor. ¿Eres fiel al dar la primera parte de tus bienes a El? ¡Oh, la probeza en la que este mundo vive! Y nosotras, cada una de nosotras vivimos mejores que el resto del mundo. Vivimos mejores que el Rey Salomón quien fue el hombre más rico de todos los tiempos, todavía nos quejamos que no tenemos suficiente.   

Querida, dar al Señor, dar al fomento de Su reino, es mostrar que tú lo honras. Quedarte con lo que es de El, es parar el flujo de bendiciones con las que El quiere colmarte. Estamos paradas con nuestros brazos extendidos al cielo suplicando que El nos regrese a nuestro esposo, novio, hijo(a), y que nos dé un futuro rico en esperanza y gozo. Sin embargo, nos paramos sin desear bendecir Su trabajo, en el fomento de Su reino, para luchar contra el enemigo que nos ha vencido y robado.

Querida, Dios no quiere que recibas las sobras; El quiere que recibas las primicias. El quiere saber, una vez más, que El es primero – primero que tus necesidades y primero que tus deseos, antes aún que tus acreedores, porque estamos más endeudados con El por lo que El nos ha dado, más que cualquiera o cualquier cosa.

Porque cuando El es primero, entonces todas las cosas serán añadidas. Si estás en necesidad ahora mismo, confía en el Señor, dale al Señor, y verás que los cielos se abrirán sobre ti. Todo en la tierra es Suyo, y El enviará baños de bendiciones para ti mientras tú lo honras y le das tus primicias y lo mejor.

Clic aqui para leer: 1 Tim. 2:9–15

22 de Septiembre

“Entonces tus graneros estarán llenos y rebosará el vino en tus lagares.” (Prov. 3:10).

Mi Querida, ¿están tus graneros llenos, o están vacíos? ¿Te falta algo, algo que realmente necesitas? Entonces, dale al Señor. Dale tu tiempo, tus recursos. Da de tu amor, aunque venga de un corazón roto. Da de tus primeros frutos. Da hasta que duela, hasta que te vacíes. Fíjate en la pobre viuda que dio todo lo que tenía en su pobreza. A ella Jesús la admiró, se dio cuenta de lo que dio. Esta es la manera en que se mueve el cielo y la tierra por ti y tu situación. Pero, avergonzadamente, nos detenemos. Tenemos miedo de vivir sin ello, así que permanecemos en necesidad, porque no reconocemos a Aquel quien nos provee todas nuestras necesidades. Lo que tenemos no es para guardarlo, pero para que demos libremente a los que están perdidos y necesitados.

Mi Querida, busca al Señor hoy para ver dónde quiere El que des, cómo quiere El que des.  

Estamos conectadas al Unico que provee todas las cosas buenas. Tenemos en nuestro corazón al Unico que puede proveer todas las necesidades de aquellos que están sufriendo, abandonados, y desesperados.

No te abstengas de darle a alguien hoy. Abre tu mano, abre tu corazón, y da. Da libremente para que tus graneros estén llenos y repletos más de lo que necesites. Que tus lagares rebosen con el nuevo vino de Su amor.

Clic aqui para leer: Tito 2:3–5.

23 de Septiembre

“No menosprecies, hijo mío, el castigo del Señor, ni te fatigues de su corrección.” (Prov. 3:11).  

Querida, ¿has rechazado la disciplina del Señor? ¿Has llorado, quejado, y apuntado tu dedo a quienes Dios ha escogido para usar? ¿Sientes que estas pruebas no son justificadas? ¿Sientes que no te mereces este trato? No menosprecies el castigo del Señor, a quien el Señor ama, El castiga, ¡para mostrarte que tú eres verdaderamente su hija!   

Oh, querida alma, ¿porqué estas desamparada? ¿Por qué sigues como si el Señor te ha rechazado? El no está preocupado por tu comodidad pero sí por tu transformación. El ha prometido completar el buen trabajo que EL ha empezado contigo. Pero tú dices, “¡Ya soy diferente! Oh, Señor, ¿cuánto tiempo más?” “¿Por cuánto tiempo los hombres me reprocharán?” “¿Es esto un sueño engañoso?” “¿Porqué esta herida ha sido incurable, rechazando ha ser sanada?”  

Querida, El ha prometido restaurarte. Sus promesas son “sí” y “amen.” Dentro de poco no verás a tu enemigo. Tú buscarás por ellos, pero no los encontrarás. Abraham pacientemente soportó, y se le dio el cumplimiento de la promesa. Oh, ¿cuántos de ustedes no han soportado? ¿Cuántos han soportado, pero soportando impacientemente? ¿Cuántos no estuvieron contentos de la situación, fracasaron en confiar en Dios, y no recibieron la promesa?

Querida, no menosprecies ni rechazes la disciplina del Señor. Nunca te fatigues de su corrección. Es el camino de restauración en el cual tú le pediste que te lleve y El promete serte fiel.  

Clic aqui para leer: Gén. 2:18, 20–25 y 3:12-13, 16.

24 de Septiembre

“Porque Yavé reprende a los que ama, como lo hace un padre con su hijo querido.” (Prov. 3:12).

Mi Querida, estás demostrando que eres verdadera hija de Dios cuando El te reprende y te sometes a Su voluntad. ¿Cómo pueden decir que el Señor reprende para luego darnos la espalda? El Señor te ama como a una hija. Si envió a Su único hijo, a quién amó tanto, a morir en una cruz, ¿cuánto más sufrimiento permitirá para que aprendamos a ser obedientes? ¿Alguna vez te preguntaste por qué el Señor permitió tanto sufrimiento en Su Hijo, aquel que tanto amó? ¿Acaso no fue por nuestros pecados? Y ahora, tu querido está vivendo en pecado. Separado, al igual que nosotras estamos separadas, por culpa del pecado. ¿Deberá Dios permitir nuestro sufrimiento para así completar la salvación de aquel por quién lloramos?

Oh, con cuánto deseo Jesús afrontó la cruz por nosotros. ¿Cómo afrontamos nuestra cruz? ¿Vamos a nuestro Getsemaní? ¿Nos arrodillamos frente a El y buscamos Su rostro? ¿O corremos, sin mirar atrás, de nuestro llamado como hicieron los discípulos? ¿Escucharemos las palabras que deseamos oír cuando terminemos esta carrera: “Bien hecho, mi buen y fiel servidor; ahora entra en mi descanso”? ¿O caminaremos del lado contrario, ahorcándonos porque no quisimos dejar aquello que temíamos perder?

Mi Querida, déjalo todo hoy. Recoge tu cruz y Síguelo. Acepta que El te reprenda y ten por seguro que esto demuestra que eres uno con El, quien se deleita en ti.  

Clic aqui para leer: Prov. 31:10–31.

25 de Septiembre

“Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia.” (Prov.3:13).  

Querida, ¿qué buscas? ¿Buscas lo que te bendice, bendice a otros, bendice tu situación? ¡Oh, no puedes buscar la mente de Cristo! ¿Buscamos la mente de Cristo para encontrar las bendiciones de sabiduría? Le preguntaron a Salomón si él quería fama, riquezas, larga vida, o la vida de sus enemigos, pero él no quiso ninguna de estas cosas – él quiso la sabiduría de Dios, no para él, sino de manera de cumplir el llamado de su vida. El escogió lo correcto, porque Dios no sólo le dió sabiduría pero también riquezas y honor. Hombres y mujeres, reyes y reinas, todos ellos vinieron ha buscar la sabiduría de Salomón y con ellos trajeron las riquezas del mundo a sus pies.  

Oh, querida, ¿has buscado las mejores cosas? Sabiduría se grita en las calles; sabiduría alza su voz. Oh, ingenua, ¿por cuánto tiempo amarás la sencillez de mente? ¿Por cuánto tiempo rechazarás reprobación?  

El principio de la sabiduría es el temor al Señor. La sabiduría te guiará; la verdad te vigilará. Escóndelos en tu corazón, aprécialos, búscalos. Porque el hombre que halla la sabiduría y que obtiene la inteligencia es bendecido por el Señor. Busca la sabiduría mientras se puede encontrar.  

Clic aqui para leer: 1 Pedro 2:13 hasta 1 Pedro 3:18.

26 de Septiembre

“Mejor es poseerla que tener plata; el oro no procura tantos beneficios.” (Prov. 3:14).

Mi querida, ¡qué beneficios tiene la sabiduría y el entendimiento! Ningún precio se le puede dar a estas comodidades. Sin ellas, hacemos cosas tontas que nos traen mucho dolor, mucha preocupación. Pero con sabiduría, con entendimiento, podemos controlar nuestras vidas con los mismos componentes con los que Dios creó el mundo.

Mi Querida, es el no confiar en nuestro propio entendimiento que es tan valioso como el oro; es confiando en Su entendimiento cuando lo buscamos a El. Es el camino que nuestra mente limitada no puede entender, sino el camino que nuestro espíritu abraza cuando lo buscamos a El. Nuevamente, El es el Dador de estos preciosos regalos que buscamos, no el regalo en sí.

Mi Querida, busca el rostro del Señor hoy, no la mano de Dios. Busca unidad en El, no el ser rescatada de tu situación. Cuando observas el rostro del Señor, todo lo demás no tiene importancia. Todas las cosas que duelen y que te alarman pasarán, y observa, todas las cosas serán radiantes y nuevas.

Clic aqui para leer: 1 Cor. 7:1–16, 39.

27 de Septiembre

“Esperaba en el Señor con gran confianza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.” (Salmo 40:1).

Querida, ¿has esperado en el Señor? ¿Has esperado paciente o ansiosamente? Ay, cómo nuestra impaciencia nos lleva a hacer cosas que sabemos no debemos hacer. Nosotras tratamos, oramos, y hacemos planes en vano en nuestras mentes para llevar a cabo lo que creemos necesitar desesperadamente. Tememos que El actuará muy tarde para salvarnos, como que si El no supiera que el tiempo se nos está acabando. Y en nuestra preocupación, pecamos. Porque sin fe, fe en nuestro Señor, no complacemos al Señor, sino que herimos al Espíritu Santo.

Querida, este es el plan del demonio. Cuando hacemos estas cosas que deshonran a Dios, estamos jugando en las manos del enemigo. Y él sabe muy bien que mientras nos lleve a preocuparnos y a dudar, entonces perderemos parte de nuestra fe. Y entonces, él podrá atrasar nuestro milagro lo suficiente, espera él, para que nos demos por vencidas y regresemos, equívocamente creyendo que nuestro camino se cruzó con Dios y no lo vimos.

Querida, El inclinará Su oído para escuchar tu clamor. Esta espera no significa que el Señor quiera arriesgar que te pierdas Su divina intervención. Al contrario, El está llevando a cabo el plan preciado y perfecto que El tiene para ti. ¿No sabes que tu milagro es perfecto y está perfectamente organizado? Y no es un plan alterno, uno menos que lo que anhela tu corazón, porque El ha prometido que cuando ponemos nuestra alegría en El, El hará lo que desea nuestro corazón. Ahora espera pacientemente en el Señor y descansa en Su amor.

Clic aqui para leer: Ef. 5:22–24, 31, 33

28 de Septiembre

“El me sacó de la fosa fatal, del barro del pantano; puso mis pies sobre la roca y aseguró mmis pasos.” (Salmo 40:2).

Querida, cuando comiences a sentir ansiedad porque nada está pasando, este es el momento para recordar el día en que El te sacó de la fosa fatal. ¿Recuerdas los días cuando no sabías que había esperanza en El? ¿Recuerdas cuando todo parecía imposible? Cuando todos te decían que todo estaba perdido para siempre, que no había esperanza. Aún así, en tu dolor, clamaste al Señor y El te dio esperanza. Yen alas de esta esperanza saliste de la fosa de depresión y dolor hacia la luz de Su salvación – ¡aleluya!

Querida, si hoy marchas através del lodo de la preocupación y miseria, clama una vez más Su nombre para que te levante y te saque de ahí. A El le encanta oír tu voz. El secará cada lágrima y remplazará ese corazón roto con un corazón lleno, que se desborde de gozo. Cuando entramos en Su santuario, todo el dolor, preocupación, y tormentos quedan fuera; no pueden entrar en el santo de los santos, ya que no están ahí para alabar a Dios. Así que entra y líbrate de tus dificultades ya que solamente son una carga.

Querida, el Señor quiere levantarte, quiere poner tus pies sobre la roca. Te sacará del lodo para que camines firmemente en El. No volverás a dudar, cuestionar, o preocuparte. Entra hoy. Hazlo ahora.

Clic aqui para leer: 1 Tim. 2:9–15

29 de Septiembre

“Puso en mi boca un cántico nuevo, de alabanza a nuestro Dios. Muchos al verlo temerán y confiarán en él.” (Salmo 40:3).

Querida, ¿cuál es la canción de tu corazón? ¿Es de dolor, desesperación, y ansiedad? Ay, entra en el santuario y admira al Cordero de Dios. Abre tus brazos hacia el cielo, y arrodíllate frente al Señor. Entra.

Querida, El pondrá una nueva canción, una canción de liberación, en tu corazón. Y tu boca cantará una nueva canción de alabanza a nuestro Dios. Nada ha cambiado en tu circunstancia; sólo es que ahora estás alabándolo por quién El es, no por lo que El ha prometido hacer por ti. Es sólo sobre El, y, comparado con El, no necesitas ni quieres más nada, excepto a El.

Querida, ¿te encuentras así hoy día? ¿Has llegado al punto de querer cambiar el curso de tus circumstancias y elevarte sobre ellas? Entonces fija tu mirada en Jesús, mira Su rostro maravilloso. Cuando lo hagas, las cosas de este mundo, las cosas que llenaban tu corazón de carga, las cosas que te robaban la paz, todas estas cosas pasarán. Entonces muchos, no solamente unos pocos, sino muchos verán y temerán, y ellos también confiarán en el Señor.

Clic aqui para leer: Tito 2:3–5.

30 de Septiembre

“¡Feliz el hombre que confía en el Señor y no busca a los insolentes ni a los que adoran a dioses falsos.” (Salmo 40:4).

Querida, ¿en qué confias? ¿Pones tu confianza en mano de la carne? ¿Realmente crees que entre más hagas te salvarás? ¿Acaso es lo que otros, los que oran por ti, harán? ¿Son estas las cosas en las cuales confías? Entonces no recibirás bendiciones, sino maldiciones. Ay, que bendiciones recibe aquel que ha confiado solamente en el Señor. Está diciendo, “Sólo Tú, Señor, eres capaz de hacer en mí y en mi situación lo que necesita hacerse. Sólo Tú, Señor eres capaz de cambiar el oleaje de destrucción en ríos de vida que corren libremente en mi vida y alrededor de ella, tocando a todos aquellos que me conocen.”

Querida, no busques a los insolentes que profesan saber lo que tú necesitas hacer. Querida, ellos también son causa de tropiezo en la falsedad. Ay, qué bien suenan esas palabras a nuestra carne, que ha estado muriendo ya que paramos de alimentarla y hemos estado alimentando nuestro espíritu. Ay, cómo nuestra carne quiere actuar – cualquier acción – para revivir. Tu mente te dice que nada está pasando, que de alguna manera te cruzaste con el Señor sin encontrarlo. Y caes en la trampa de creer que este nuevo plan hará que las cosas vuelvan a girar.

Querida, si estás buscando bendiciones del Señor, entonces necesitas confiar en el Señor solamente. Sólo El te salvará, te transformará, y cambiará el oleaje de la situación en que te encuentras. El sólo está esperando a que te rindas, rindas tus planes, propósitos, y deseos, aceptando Su voluntad para tu vida, para la vida de tu querido, y la vida de tus hijos también. Ahora mismo dile a El en quién confías y deja que sea El de una vez por todas.

Clic aqui para leer: Gén. 2:18, 20–25 y 3:12-13, 16.