Esta semana ha sido una de las más difíciles desde que empezó mi viaje de Restauración. Mi Fe ha sido probada. Estuve a punto de salirme de mi casa, las cosas iban mejorando con mi ET, de repente todo ha empeorado. Sentí dentro de mí que ya no podía soportar más.
Pero mi señor amado siempre está a mi lado, Él se ha vuelto real en mi vida, es mi amparo y mi fortaleza. Cuando estaba en el suelo llena de pánico y terror sin saber qué hacer, siempre extiende su mano para levantarme, es tan amoroso conmigo y tiene cuidado de mí. Me ama tanto que aunque dudo de él nunca me abandona. Es tan paciente conmigo, me habla por medio de su palabra y me sigue tantas promesas, sin que yo lo merezca.
Esta semana me ha enseñado una gran lección, desea que yo me abandone a Él completamente. No fue hasta que me rendí a él, Le entregué mi vida, mi presente y mi futuro, que me trajo paz y tranquilidad, me dijo que me quería aquí en casa y no debía ir a ningún lado. Fortaleció mi fe y me ha dado paciencia para esperar y descansar en sus promesas. Él nunca me va a fallar, porque aunque nosotros seamos infieles, el sigue siendo fiel. Y es en esta fidelidad que puedo hallar gozo y paz a través de la tormenta.
Amadas cuando todo vaya mal solo oren y oren mucho más. Tenemos un Dios maravilloso que nos da su gracia para seguir adelante. Amenlo y búsquelo con todo su corazón.
“Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo, Jehová me recogerá.” (Salmos 27;10).
~Mary