Te alabo mi Señor por estar a mi lado.
Hace un poco más de dos años mi marido decidió separarse de mi ya que estaba pasando una depresión por tener a una hija con una enfermedad rara, que en ese momento no tenía el diagnóstico, yo me volví loca porque estábamos en hospitales todos los días, y después de llevar una vida en la cual era viajar, trabajar en puestos importantes y vivir de restaurantes, conociendo ciudades y visitando amigos que había hecho en gran parte de Europa, viviendo la vida en un cuento rosa con mi marido desde el 2005, en el 2013 tenemos a nuestra hija con esta enfermedad rara, lo que me obliga a estar a su cuidado y dejar la vida que estaba acostumbrada a vivir.
La depresión era más por no saber el destino de a dónde iba a llevar esa enfermedad a mi hija, me volví loca de verdad, a tal grado que gritaba a mi marido, me ofendía a mi y lloraba de la desesperación, no me aseaba ni aseaba mi hogar, tanto en lo material como en lo espiritual estaba hecha un asco, no cumplí con lo que Dios dice sobre el amar a tu marido, yo no estaba con Dios, incluso recuerdo que nunca lo mencionaba, ni para bien ni para mal, sólo quería que un milagro sucediera y despertar de ese sueño, mi marido trataba de acercarse a mí y yo lo rechazaba y no dejaba que tocara a mi hija, hasta que no aguantó y decidió irse con otra mujer porque “no encontraba en casa lo que afuera si” yo no me excuso, porque sé que si hubiera estado con Dios nada de esto hubiera pasado.
Después de tocar aún más fondo, de ir con psicólogos, psiquiatras, videntes, etc… veía que cada vez me encontraba más desesperada, hasta que un día encontré al sacerdote saliendo de misa y habló conmigo, alabado es el Señor que estaba esperando a que yo le abriera el corazón y no lo hacía, ahí me habló con tanto amor y me enseñó el amor en el perdón de Dios, me confesé después de 20 años sin confesarme, incluso en mi boda por la Iglesia no me confesé porque al ser amiga del párroco que nos casó no lo hice, ya que yo decía que cómo confesarme con un humano, estaba tan perdida! pero bendito Dios me ha levantado y ahora, a pesar de que el Señor está trabajando en reconstruir mi corazón y el de mi marido, me siento muy pero muy llena de mi Señor, y esa felicidad nadie me la quita, estoy muy agradecida con mi Señor, aunque me arrepiento de no haberle abierto mi corazón anteriormente, sé que si hubiera seguido todo el tiempo con Él nada de esto hubiera pasado, porque yo hubiera escuchado su palabra.
Antes practicaba ir a misa y rezaba todos los días, hasta el 2000 que decidí venirme a Europa y hacer una religión a la carta, en donde la meditación y el egoísmo era lo primordial, me sentía que yo podría controlar mi vida y vivirla a TOPE porque sólo vivimos una vez, pero esa ideología me hacía sentir más vacía, yo creo que eso fue lo que me perdió de mi Señor. Ahora que lo tengo vivo con más paz y Él me ha prometido que en su tiempo yo tendré un marido nuevo, y un matrimonio renovado y creo en su palabra, porque lo siento tan cerca a mi Señor, que con tan sólo tenerlo cerca ya es un gran regalo, después de no cumplir con su palabra y ofenderlo con mis actos no puedo creer que sea tan bueno que me haya perdonado y me siga amando, ese es el amor verdadero y Él me lo ha enseñado. Lo amo por sobre todas las cosas a mi Señor, y me dejo en sus manos, sé que obrará y veré milagros. Creo en mi Señor y alabado sea!
“Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración”. (Mateo 21:22 NVI)
Mi Señor es fiel y lo que promete lo cumple, a su tiempo y debemos tener paciencia 🙂
~María