Bellas cada viernes estaremos compartiendo una lección de "Una Mujer Sabia en Espera" para leer el recurso en español solo tienen que seleccionar el boton de "translate" y escoger la bandera de (ESP). continuamos con el capitulo 17.
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Cumpliendo Su llamado
⏰ Lectura rápida de 4 minutos
Mujeres, alienten a
las mujeres más jóvenes
“Las mujeres mayores deben vivir de una manera que honre a Dios...
deben enseñar a los demás lo que es bueno.
Las mujeres mayores deben alentar a las más jóvenes
a amar a sus maridos y a sus hijos,
a vivir sabiamente y ser puras,
a trabajar en sus hogares,
a hacer el bien y a ser sumisas a sus maridos.
Entonces no avergonzarán la Palabra de Dios
—Tito 2:3-5
Hoy, después de leer esta parte de esta lección. Hoy me quedé igual con esa pregunta, ¿dónde hay una mujer mayor que nos enseña? Hoy en día sí es difícil educar. Porque las jóvenes de hoy no quieren oír a las mujeres mayores buscan ayuda de expertos o en Google y piensan que Lo que comparte las mamás o las abuelas es anticuado porque son “muy viejas” para entender hoy, pero por lo mismo, es que entienden. En la lección aparece una pregunta de hoy, si le preguntáramos al pastor dónde hay una mujer mayor que nos enseñe. ¿Cuál sería su respuesta? Yo igual me quedé pensando en eso en relación con la iglesia donde yo fui criada. Pero gracias a Dios, aunque mi madre no concuerde con muchas cosas Que yo quisiera ahora porque lo he aprendido. Ella siempre nos enseñó a ser respetuosas. Y que el matrimonio era bendecido por Dios. Nunca. Aceptó. Que estuviéramos en relaciones íntimas con lo que hoy llamamos novios. Y a su manera, muchas cosas que, aunque no lo dijo, pudimos aprender de ella por como vivía, renuncio a ser enfermera por cuidar a sus hijos y hoy yo estoy siguiendo ese paso y muchas otras que nos enseñó.
Bellas recordemos que El Señor nos ha llamado a Servirle a El y a servir de ejemplo con nuestra vida Vivir una vida como una carta de “Buena Nueva” que refleje quién es nuestro Padre.
2 Corintios 3:2-4
2 Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos. 3 Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida[a] por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones.
4 Esta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo.