Queridas ministras y novias, vengo a vosotras con una duda llevo ya un tiempo BD (buscando de Dios) y no termino de comprender. No tiene nada que ver con mi matrimonio, sino con mi trabajo.
Se me ha planteado una situación con un cliente que desde que lo conocí siempre fue muy agresivo con su actitud con respecto a sus derechos -un poco “bully”- es decir, desde el principio de la relación laboral, hace mas de dos años, ya empezó exigiendo más de lo que le correspondía y protestando por cosas que no eran mi responsabilidad con una actitud de desagradecimiento hacia lo que se hace por él, solo echando en cara lo que él aporta. Yo he intentado apaciguarlo, es cierto que siempre me he defendido sacando las cláusulas del contrato y lo que dice la ley en mi país con respecto a nuestra relación laboral, para demostrarle que lo que exige no es de recibo y no tengo por qué dárselo, y menos con esa actitud que tiene, que es siempre de amenaza y de desprecio. Aún así, durante estos dos años yo sí he tenido una serie de gestos de generosidad hacia él que han sido voluntarios.
Ahora me acaba de ocurrir otra cosa con él, ayer ayuné y BD, y tomé una decisión, creía que guiada por ES, con la que me sentí muy en paz, realmente sentí paz. Y le escribí un correo pensando que había sido generosa pues de acuerdo al contrato y la ley, le he concedido más de lo que está estipulado, pero no le he concedido todo lo que me exigía.
Me ha escrito indignado, insinuando que soy una mala persona, que está muy decepcionado, y ha sembrado una duda y confusión en mí, al pensar que le tendría que haber dado todo lo que él esperaba -aunque no fuera lo que está acordado- para ser una buena cristiana, de acuerdo a lo que se nos enseña en Mateo 5 de dar la túnica y caminar la milla extra. Pero queridas, si los cristianos tenemos que ir por el mundo dando a nuestros enemigos todo lo que nos piden y más, ¿es literalmente que tenemos que permitir que nos avasallen en cada momento? ¿a este señor tengo que entonces darle todo lo que me está exigiendo de mala manera aunque mi contrato diga otra cosa y la ley no ampare lo que está exigiendo?
Hay una parte que es el exigir de mala manera, pues algo en mí -probablemente mi orgullo- me dice que si le doy lo que pide, por avasallarme, significa que su técnica funciona y la seguirá repitiendo con más personas. Sé que la justicia no es mía, es del Señor. Pero no termino de entender si realmente es pecado y transgresión que en un momento dado un cristiano tome una decisión de no darle a alguien todo lo que le están exigiendo, cuando se lo están exigiendo de tan mala manera y no hay fundamento legal para exigirlo. Yo como ciudadana y trabajadora también tengo derecho a cobrar por mis servicios. ¿O por ser cristiana no los tengo?
Ha sembrado la duda y la confusión en mí, ayer leyendo Josué llegué al capítulo 7 donde Acán se quedó con algo de lo consagrado al exterminio y estoy muy confundida.
No espero una contestación con una solución concreta por vuestra parte, sé que esto solo yo puedo decidirlo, pero sí saber si alguna os habéis enfrentado a alguna situación parecida o consejo de sabiduría, de cómo buscar yo lo que es correcto.
Querida Mira, me atrevo a emitir un comentario al respecto, ya que al leer tu testimonio he recordado varias oportunidades en las que también he sentido esa misma confusión, y en efecto, me he tenido que hacer la misma pregunta que tú te has hecho… Y sabes, en cada una he llegado a la conclusión (con la ayuda de Mi Amado, por supuesto) de que aún mi carne está dando “manotones de ahogado”, y en ese proceso de morir al YO, aún estamos batallando…
Creo que esto va aunado a la humildad que Nuestro Señor está forjando en nosotras y que al estar tan plagadas de las formas de proceder del mundo, nos cuesta más dejar… Y esto me hace clic con lo que comentó nuestra querida Anastasia hace unos días, DEBEMOS ESTAR ALERTAS, ya que si bien, sí avanzamos, la debilidad sigue ahí y por allí nos querrán devorar. Sin duda cuesta “no reclamar nuestros derechos”, o “dejarnos avasallar”, como mencionaste, y como una vez leí por ahí: “Del tamaño de nuestros dramas, es el tamaño de nuestro ego”… Pero aquí viene lo que siempre me ha ayudado a mantenerme en la carrera, Nuestro Jesús podía llamar a una legión de ángeles para que le defendieran mientras lo ultrajaban, escupían e insultaban, sin embargo Él continuó hasta el final, soportó, no se defendió y caminó la milla extra y al final nos bendijo con Su Vida pagando así por nuestros pecados…
Y claro, he notado que en nuestro viaje, es un tanto más fácil someternos a nuestros esposos por la cuestión de la autoridad sobre nosotras, pero a la vez, se nos complica cuando se trata de aplicar los principios con los demás… Creo que comprendo ese punto tuyo con tu cliente… Pero también veo que Nuestro Buen Señor debe pulirnos no solo en el área del matrimonio sino en todas las relaciones, y al final será para nuestro bien!
Por otro lado, también recuerdo que alguien dijo que la duda y la confusión no vienen de parte de Dios, ya que Él es todo verdad…
De corazón espero que Tu Amado te ayude y te guíe a toda verdad, y esclarezcas esta situación, y claro, nos permitas alabar contigo a Dios cuando hayas pasado la prueba!
Ánimo Mira!🌷
Gracias querida Camila, me alienta tanto tu respuesta de ánimo y quería decirte que tienes razón, que estos días he estado “masticando” más aún la respuesta a esta pregunta que hice sin pensar dos veces, pero en pura transparencia de lo que pasaba por mi corazón en ese momento, y la verdad que mi Amado me ha llevado a algo similar a lo que tú me has escrito, así que ¡esto debe de ser Su Confirmación! En breve quería escribir lo que me ha mostrado y una confesión, pues esta prueba me ha, valga la redundancia, “puesto a prueba” y me ha mostrado fallas grandes que aún tengo y que si sirve de algo contarla para ayudar a alguna novia y para confesar mi pecado y mostrar mi arrepentimiento, entonces servirá para algo bueno y la intención del enemigo habrá sido doblegada mediante el Amor de nuestro Amado.
Amén amén! 🤗🌷