La Carta que mi Amado me envío para que yo leyera a Su debido tiempo

Queridas Novias,

Hoy quiero compartir algo que espero os emocioné tanto como a mí, porque para las que creemos en Dios, el todopoderoso y creador de los cielos y la tierra, así como en la resurrección de Su Hijo Jesucristo, sabemos que las casualidades simplemente no existen y que Él ya conoce TODO: el pasado, el presente y el futuro… Es algo que, aunque mi mente no alcanza a comprender ¿cómo puede conocer el futuro si tenemos libre albedrío? ya no me detengo ahí porqué sé que hay cosas ocultas que aún no es tiempo de que el Señor me muestre, y, sinceramente, sabiendo que le tengo a Él como Padre Celestial y a Su Hijo como Esposo Celestial, ya me da igual comprender o dejar de comprender. Solo quiero estar en Su presencia, junto a ellos. Estoy dejando de lado mi razón y abriendo espacio a mi corazón.

El testimonio de hoy es para mostraros cómo Jesús me habló en abril del 2021 en una carta que yo misma me escribí en un retiro cristiano al que fui porque estaba ya muy mal, tanto yo misma como mi situación con ET. Y para mostraros la precisión de lo que me dijo entonces, cómo, de alguna forma, sin saberlo escribí algo que iba a tener un significado mucho más real de lo que jamás pudiera imaginar.

Después de dos intensos días de oración, de escuchar testimonios de vida muy potentes que realmente removieron mi corazón, de estar retirada sólo con El, se nos pidió que nos escribiéramos una carta a nosotras mismas, poniéndonos en el lugar de Jesús y escribiendo lo qué nos querría decir Jesús. Esta carta se entregó a los encargados del retiro que la terminaron enviando por correo postal a las direcciones que habíamos escrito en los sobres, se supone que las nuestras.

La carta tardó en llegar. Cuando llegó yo ya me había mudado (porque ET había decidido volver a casa por primera vez y que nos mudáramos) y tardé bastante en recuperarla. Cuando la recuperé de mi antiguo apartamento, lo hice “de casualidad” y se me había olvidado por completo.

Cuando la recuperé ET había vuelto a casa hacía ya unos cuantos meses y yo estaba tan contenta y tan enfocada en ET que… ¡ni abrí la carta!. Aquí me entran ganas de llorar al pensar en cómo traicioné a mi Amado que ya me estaba buscando. Le dejé de lado una vez que ET volvió a casa sin darme cuenta de que le necesitaba más que nunca pues estaba volviendo a mis antiguos caminos: ansiosa, trabajando en exceso, y después de unos meses ya volvía a estar irritada por todo lo que ET hacía o dejaba de hacer.

Estaba completamente enfocada en mi relación con ET (deseándole con un apego excesivo y al mismo tiempo despreciándole porque su actitud no era la que yo esperaba) en lugar de enfocarme en mi relación con mi Amado.

La carta se quedó en una bandeja de papeles sin importancia que se van acumulando, esperado a ser abierta y leída.

En julio del año pasado ET se fue ya abiertamente con OM, se fue sin irse de casa, pero se fue emocionalmente ya del todo. Y comenzó el verdadero VR. El viaje que me restauraría a mí y no mi matrimonio (o sí lo restaura será sólo como consecuencia de mi propia restauración, no como la primera vez). El verdadero viaje para conocer cara a cara a mi Señor de la mano de Su Hijo Amado, que se convertiría por fin en mi Esposo Celestial. El viaje para hacerme una mujer completa y libre, que no necesitará ya a ningún hombre terrenal y que tendrá la capacidad de dar amor incondicional y de ser un vehículo para sanar a su ET, cuando llegue el momento de que vuelva de acuerdo a Su Voluntad.

Os transcribo literalmente la carta. Mi deseo es que os llegue tanto como a mí y sobre todo que os ayude a ver Su grandeza. Quiero enfatizar en que cuando la leí por fin en diciembre de 2022, a los pocos meses de haber iniciado mi VR y justo cuando empezaba a buscar a Jesús como Esposo Celestial, su significado fue impresionante y decisivo.

“Amada Mira,
Te escribo para decirte lo mucho que te quiero y que nunca dejaré de hacerlo, pase lo que pase, hagas lo que hagas.

No sabes lo mucho que me alegra que me hayas reconocido en tu vida y que desde entonces estés caminando a mi lado y me busques. No me importa cuánto te desvías -solo me importa porque quiero que seas libre y si te desvías retrasa tu andadura a mi lado- pero también veo que necesitas aprender y por eso te dejo caminar a tus anchas, pero sin perderte de vista y, aunque a veces no te des cuenta, cargándote en mis hombros.

Quiero que sepas que te cargaré cuantas veces haga falta, y que vine al mundo para que tú puedas ser libre de verdad.

Quiero que tengas la certeza de que nuestro Padre Celestial es en verdad todopoderoso y Él quiere que seas libre, amada y plena.

Te pido que confíes en mí, yo soy el camino, la verdad y la vida. La única forma de alcanzar la salvación y de disfrutar de las bendiciones del Padre en esta vida y en este mundo.

La batalla está ganada, Mira. Tú no tienes que luchar ni que preocuparte, solo CONFÍA en mí, déjate llevar a ciegas, sí, confía, dame la mano y sígueme.

Ponme en todas tus obras, pídeme consejo, pregúntame, háblame todo lo que necesites. Yo te ayudaré siempre.

Te amo y nuestro Padre Celestial te ama incondicionalmente.

Tu hermano mayor,

Jesucristo.”

Por entonces yo no sabía que también podía ser mi Esposo, ahora esto es lo único que cambiaría de la carta.

Pero, queridas Novias, tampoco puedo imaginar que por entonces yo fuera capaz de comprender -y por tanto de escribir- lo que está escrito en esta carta… para mí este es el milagro. Así como que no se perdiera en el buzón de otra persona y como que, a pesar de estar traspapelada durante meses en mi casa, la encontrara y la abriera justo cuando estaba lista para comprenderla y fuera de gran ayuda. ¿No os parece increíble?

No me queda más remedio que pensar que esta carta fue en gran medida inspirada por el Espíritu Santo y que tenía un propósito muy claro y preciso puesto que estaba destinada a abrirse en “Su tiempo”, cuando yo estuviera lista para comprender que le necesitaba a Él como Esposo y como compañero del alma para siempre. Y así fue. La abrí, y ese día comencé a comprender quién es Él en mi vida y por qué le necesito solo a Él.

Amado, solo Tú puedes hacer estas cosas, te doy tantas gracias porque cada vez que leo esta carta de nuevo se renuevan mis fuerzas y me doy cuenta de que incluso mi caída al volver a perder a mi ET después de su primer regreso a casa era necesaria y de que ya estaba tenida en cuenta en los planes de nuestro Padre Celestial. Y me doy cuenta de que Tú ya estabas observando con cuidado, sabiendo lo que era necesario para que mi corazón se volviera a ti completamente, esperando el momento.

Padre Celestial, hoy quiero dar testimonio de que he visto tu omnipotencia, tu omnisciencia y tu bondad en mi vida, de que en verdad eres todopoderoso y lo conoces todo: lo pasado, lo presente y lo futuro. Y de que haces todo para nuestro bien siempre, aunque a veces el camino sea duro.

Amado Jesús, gracias, gracias y gracias por tu paciencia, por tu misericordia y por tu fidelidad. Y por tu obra en la cruz, sin la cual hoy no podríamos tenerte con nosotras como te tenemos. Te amo, te amo y te amo, cada día más.

Espíritu Santo, gracias por estar ahí esperando a que te deje entrar para guiarme, gracias por mostrarme que cuando te permito entrar en mí, haces cosas que yo nunca podría hacer por mí misma.