Ayer, cuando me estaba preparando para acostarme de repente me vino al corazón el recuerdo de algo que me dijo hace 4 meses mi amiga cristiana que me lleva a animando y apoyando para que no deje mi matrimonio durante ya más de tres años. En agosto ella me insistió en que no fuera yo la que echara a mi ET de casa porque me había confesado que estaba saliendo con OM y que se quería separar, pero seguir viviendo en la misma casa. A mí esta propuesta de mi ET me descolocó, pensé que era una broma de mal gusto: “si se quiere separar e irse con otra que se separe, se va a enterar, me voy a divorciar yo y le voy a echar de la casa familiar, para que se dé cuenta de lo que está haciendo y sufra las consecuencias”… eso me dije a mí misma y así me confundió Satanás.
Pero Dios tenía otro plan.
Algo en mí, en el fondo de mi corazón, no quería que mi ET se fuera de casa a pesar de la situación de adulterio ya flagrante y de la humillación y la vergüenza que suponía aceptar vivir como compañera de piso con mi marido mientras salía con OM, delante de mis tres hijas. “Si lo echas va a ser peor porque tú en el fondo estás perdidamente enamorada de él (ET) y vas a ser más infeliz en el futuro que si lo intentas hasta el final”. Me dijo mi amiga. Yo, la verdad, no sabía ya si estaba enamorada de mi ET pero no entendía qué me pasaba, por qué algo me retenía y me decía que no iniciara un divorcio, así que di sus palabras por válidas: es porque aún estoy enamorada de él.
Así que finalmente, mi corazón no pudo “pulsar el botón”: despedí a la abogada y paralicé todo el procedimiento para sacarle de casa. Todo esto tuvo que ver con que RMI entró en acción justo a tiempo. Dios entró en acción justo a tiempo.
Fue ayer por la noche cuando mi corazón dio un vuelco al caer en la cuenta de que, en realidad, yo no estaba perdidamente enamorada de mi ET como dijo mi amiga. Si bien siento y sentía cariño por él, en aquel momento aún estaba muy dolida y la realidad es que había muchas cosas de ET que no ya me gustaban nada, nada, y lo que estaba viendo me gustaba menos aún…. Yo misma no entendía cómo podía tener la más mínima intención de querer luchar por alguien que se estaba portando tan mal con su familia. Hasta sus mejores amigos me dijeron que después de tres años viendo esto ya estaban muy decepcionados con él y que me merecía algo mejor, que le dejara y me olvidara porque un hombre así no merecía la pena.
Ahora comprendo que, de quien estoy -y estaba sin saberlo- perdidamente enamorada es de Jesús. Yo sentía con claridad en mi corazón la traición cuando pensaba en el divorcio, pero ahora veo que esa traición no era hacia ET sino hacia Jesús… porque en realidad era alta traición iniciar un divorcio y desperdiciar el sacrificio que Jesús hizo en la cruz por mí y por mi familia; desperdiciar su sufrimiento, su obediencia hasta la muerte y cada gota de su sangre derramada por nosotros para limpiarnos de pecado y darnos la victoria frente a Satanás. ¿Cómo iba a romper mi matrimonio huyendo cuando Jesús había muerto por mí y obtenido en la cruz la victoria para mí? ¿No le digo todas las mañanas que Él es el Señor de mi vida, el nombre sobre todo nombre ante quien se dobla toda rodilla en los cielos en la tierra y bajo la tierra? Entonces, ¿por qué me quería ir corriendo y escuchar las mentiras de Satanás si Él está de mi lado y me ama?
¡Ay! mi Señor Jesús, antes eras Salvador y quería que fueras mi mejor amigo, pero ahora por fin comprendo que eres mi Amado Esposo Celestial, porque me he dado cuenta de que estoy perdidamente enamorada de ti y de que fue este amor el que me retuvo y me dio la fuerza para enfrentar el pecado, el de mi ET, pero también el mío, pues yo no estaba para nada libre de culpa. Nadie me ama como Tú me amas y, antes que de nadie, soy y seré siempre tuya.
Te amo y te doy gracias por no haberme abandonado nunca y por sostenerme cada día. Gracias por no haberme dado por perdida y haberme animado a seguirte una y otra vez y por haberme mostrado con compasión lo rota y sucia que en realidad yo estaba, con todo mi dolor y mi pecado. Gracias porque estás limpiando y sanando mi corazón como nadie podría estar haciéndolo y ya solo Tú puedes reinar en él. Y gracias porque tu amor es contagioso y estás impregnando mi familia con ese amor. Gracias, mi Señor Jesús, amado Esposo Celestial.
Me gusta mucho y me identifica como aprendemos a amar al que es difícil de amar. Pero esto pasa cuando aprendemos que nuestro primer amor es nuestro Esposo Celestial y como dice el devocional de hoy en mi querida nos separa de lo que nos separó de El, ya sea mentalmente o físicamente, pero es en este tiempo y situación que aprendemos a Amarlo más a Él y a buscarlo terminando enamoradas de Él y pudiendo ver las cosas de forma diferente.
Así es mi querida mira qué Maravilloso es Nuestro Amado Celestial al dejarnos comprender en este tiempo tantas cosas al nosotras experimentar ese Tan lindo Amor es que nosotras podremos hacer lo mismo por los demás no solo nuestro e.t si no las d más personas Gracias sean dadas a Nuestro Dios por este tiempo porque es aquí que nuestro Amado nos quebranta como al barro para ser instrumentos para su Gloria y asimismo lo Hará con nuestro e.t e hijos Para que su Nombre por Siempre sea exaltado.