♕ La Promesa del día: "Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en Mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado". Juan 15:1-3
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De ~ Zulay en Venezuela
Queridas Novias,
Con cada capítulo leído puede decirte que me siento como en una universidad, aprendiendo no solo el que hacer sino el cómo hacerlo, te recomiendo leer más de una vez cada lección, a mi me funciona porque la primera la leo con mucha ansiedad y expectativa de lo que Dios quiere decirme, pero luego me relajo y voy párrafo por párrafo y es donde comprendo lo que Él me está enseñando…
“Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en Mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto... Permanezcan en Mí, y Yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en Mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en Mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de Mí nada pueden hacer” (Juan 15:1-5).
Este pasaje de la Palabra me dice claramente como debo vivir, pero me encanta porque lo explica así como despacio como minuciosamente, y me deja tan claro que sin Él nada puedo hacer, me guía a rendirme a Su voluntad, y siento que se me quita un peso de encima.
Cuando entiendo que por más que intente ayudar a Dios (como le ha pasado tantas veces a la autora) lo único que hago es desgastarme, entonces, es cuando me rindo literalmente cansada y entrego todo a Él. Hoy este capítulo [Capítulo 10 “Ríndete”] me deja más claro aún, que haga lo que haga, no sea en mis fuerzas sino en las de Él.
Entiendo que rendirme solo a Él es lo único que puede ayudarme a dejar mis cargas y a vivir esa vida abundante que tanto anhelo y por la cual hoy estoy aquí. Lo que pasa si esto efectivamente me ayuda a superar mis luchas es que la mismas personas que tengo a mi alrededor lo van a notar, y se que lo notarán porque cambiaría mi manera de llevar la vida diaria y será tan satisfactorio poder decir, lo logré de esta manera y poder entregar esos recursos a ellos también
Como lo he tratado de explicar antes, primero necesito cambiar mi vida tan ansiosa para poder ayudar a otros, no quiero decir que me quiero acomodar y no hacer nada por los demás, porque algo bueno puedo decir de mí y la gloria es de Dios, que me gusta servir a los demás, pero cuando puedan ver ese cambio en mí, ese será el mejor testimonio de que con el Señor todo funciona y sé que los demás querrán de lo que Él me ha dado.
No importa en que punto de tu proceso estés y cuanto estés intentando luchar ahora, no te afanes más, no te aferres a eso, ríndete ante Él, entrégale todo, todo lo que te agovia. No vas a poder en tus fuerzas, como yo no he podido tampoco, no busques otros medios (amigos, familiares, cosas del mundo) porque nada ni nadie te va a dar la solución. Medita en la Palabra, lee los Salmos, habla con el Señor y dile todo lo que sientes y verás que las cosas comenzarán a ser diferentes.
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