♕ La Promesa del día: "Yo te he dicho: «Tú eres mi Dios; todo lo bueno que tengo, lo he recibido de ti. Sin ti, no tengo nada»." Salmos 16:2
De ~ Mia en Colombia
Quiero alabar a mi Amor Bello porque Él es mi proveedor y un esposo fiel. Fue mi Amado Esposo Celestial que conoce mis necesidades, mis carencias, mis temores quien proveyó más de lo que yo esperaba, más de lo que necesito y más de lo que quería.
Fue cuando leí el Fruto del vientre en el curso 3 (cap. 12) que me convencí de que era un deseo de mi corazón tener mis hijos y quedarme en casa para Mi Amado. Desde de que le confié la fertilidad de mi vientre y mi sueño por el diseño de familia bíblica, que Él preparo todo para que después de que naciera mi bebe yo dejará toda la vida laboral, las ambiciones profesionales y por supuesto la paga por ese trabajo.
Al tener a mi bebé, los primeros meses fueron "fáciles" en términos económicos, pero con el tiempo los ahorros se agotaron. Y yo me apegaba a su promesa: «Tú eres mi Dios; todo lo bueno que tengo, lo he recibido de ti. Sin ti, no tengo nada».
Mi esposo había decidido dejar de diezmar, él pensaba que el dinero no alcanzaría si dábamos el diezmo. Yo en obediencia dejé de hacerlo. Aunque oraba a mi Padre Celestial por un cambio en el pensamiento de mi esposo, no sé dio como yo esperaba. Pero fue aun mejor. Lo solté en sus manos y lo dejé. Entendí que el misterio detrás del diezmo es la obediencia.
Entonces al quedarme sin ingresos después del nacimiento apliqué lo aprendido en la lección Esposos vs. Diezmos y espere en Él y oré.
Se me llenan de lágrimas los ojos cuando recuerdo que mi Amado abrió una puerta para volver a diezmar. Mi et (esposo terrenal) empezó a trabajar tiempo extra en las tardes. Ese fue el punto de quiebre. Le dije a mi Amor Bello que daría el diezmo de esa ganancia extra que mi et me había ordenado administrar para los gastos de la casa. No lo desobedecí, mi et dijo "sé que lo administrarás bien". Así fue, diezme en lo poco a veces con lágrimas pero con obediencia.
Hoy, le doy toda la exaltación porque solo 2 meses después de dar con todo el deseo en mi corazón de obedecerle, de honrarlo y de rendir todas las áreas de mi vida a sus pies, Él abrió caminos en el desierto, una puerta increíble en donde mi et aumenta su salario un 70% y asume un cargo administrativo.
Estoy más que dichosa, esta es la muestra de que Él respalda que me quede en casa de tiempo completo con mi bebe, siendo una trabajadora en casa. Mi Dios me enseño a permanecer contenta, a ser fiel en lo poco, a depender de Él, a no llevarle mis deseos o preocupaciones a nadie más, a creer que si Él provee a las aves del cielo, lo hará por mi una y otra vez con su amor inagotable y las sorpresas no paran! Cuando mi esposo llegó a casa después de su entrevista para el nuevo trabajo y comentó como había sido respaldado por Dios en cada cosa que había respondido, me dijo: lo primero que haré con mi primer salario será diezmar!! No pude evitar las lágrimas, Mi Amor había leído mi diario de oración. Alabado sea.
Sin su amor, protección y compañía no tengo nada. Él me mostró que las cosas buenas vienen del cielo pero sin Él nada es bueno.
No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Filipenses 4:11
Me lleno la mente y el pensamiento de una idea: quédate satisfecha con lo que te doy. Dejar de recibir mi salario fue la prueba de que mi felicidad no provenía del dinero que recibía ni de lo que ese dinero me permitía sentir. Mi confianza estaba en ÉL. Aleluya!
Cuando tuve a mi pequeña bebe, Él me mostró que un bebe necesita básicamente estar alimentado y abrigado para estar a gusto. Entonces cada vez que lo vestía y alimentaba oraba en acción de gracias y Él suplió esto y mas. No descuido nuestra gran ganancia: nuestra relación con ÉL.
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