“Volviendo a mi Primer Amor”

 La Promesa del día: “Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”. Apocalipsis 2:4-5

PR Audio Athenea

Y así fue, abandoné a mi Primer Amor, analizando mi vida siempre he sido una mujer muy bendecida y Dios siempre ha estado a mi lado mimándome y cuidándome y yo nunca le presté atención y, sin embargo, Él fue misericordioso. Poco tiempo antes de casarme, mi mamá me invitó a asistir con ella a su iglesia cristiana, yo soy católica, pero al separarse mis padres, mi mamá se refugió en el cristianismo y al ser muy unida a ella, decidí acompañarla a tomar el discipulado; pero en mi ignorancia no sabía que al estar en preparativos de mi boda por la iglesia católica, estaba haciendo mal, mi esposo terrenal no estaba de acuerdo que asistiera con mi mamá a los cultos y mucho menos que en algún momento me volviera al cristianismo, recuerdo tener algunos inconvenientes con él antes de casarnos. 

Una vecina de la iglesia se enteró de mi boda y nos acusó con la iglesia, por una parte, entiendo ahora que hice mal en mi ignorancia, pero Dios sabe que nunca fue mi intención; lo que más me dolió e incluso me hizo guardar rencor es que lastimaran a mi mamá, pues la corrieron de la iglesia y no le permitieron terminar su discipulado incluso la hermana que estaba a cargo le dijo cosas muy hirientes, eso me hizo alejarme definitivamente.

Por la gracia de Dios mi matrimonio por la iglesia se llevó a cabo, aunque mi educación religiosa fue católica, mi papá siempre trató de acercarnos a Dios, pero la verdad yo siempre lo conocí “de oídas” nunca tuve un acercamiento íntimo como este Ministerio me está enseñando y cuando me casé, me aleje más, puesto que, aunque mi marido también es católico, él definitivamente no es nada cercano a Dios, él dice que no se siente digno de Él.

Mi noviazgo con mi esposo terrenal fue de casi 10 años, fue algo muy hermoso que Dios me permitió vivir, mi Amado me dio por esposo a un gran hombre que no supe cuidar, honrar y valorar ya que por temor de que me pasara lo mismo que a mis padres fui una mujer caprichosa, celosa y contenciosa; sin embargo, Dios quería tratar conmigo, antes de la separación me avisó por sueños, aun sin estar tan cercana a mi Esposo Celestial siempre me ha hablado a través de ellos.

Meses antes soñé que iba en un camión dentro de una mina, junto con mi esposo e hijo, el carrito iba rodando sobre vías y empezaban a caernos piedras encima, mi esposo y yo intentábamos esquivarlas con las manos para evitar que nos golpearan cuando de repente, una enorme roca nos tapó el paso en una curva y aunque intentábamos empujarla con mi esposo con las piernas ya no pudimos moverla, desperté con una gran angustia y al poco tiempo mi esposo decidió irse de casa por problemas y discusiones que empezamos a tener.

Gracias a Dios no hay otra mujer, pero él me dijo que ya no me quería como esposa, han pasado dos años y ahora entiendo muchas cosas, yo no edifique mi hogar sobre la Roca sino en arena y esa piedra enorme que se interpuso en mi paso, es Dios mi hacedor que impidió que siguiéramos lastimándonos, Él ha seguido dándome más sueños y hermosas Palabras como ésta que relaciono con mi sueño: “¿No es mi palabra como fuego, declara el Señor y como martillo que despedaza la roca?”. Jeremías 23:29.

La verdad es que si sigo en este proceso es porque me ha costado creer, aunque Él ha sido tan bueno y paciente conmigo ha hecho muchos milagros en mi vida y se ha manifestado de tantas maneras, espero más adelante Dios me ilumine para poder seguir contándoles de Sus bondades.

Su promesa:

“¿No es mi palabra como fuego, declara el señor y como martillo que despedaza la roca?”. Jeremías 23:29

Esta palabra al igual que muchas que me ha dado la tomo como promesa y yo sé que esa Roca ya fue despedazada por Él, pero aún continúo en este viaje y tengo la certeza de que Él va conmigo.

~Athenea en México.