“Tenemos el mejor amor que nunca cambia”

 La Promesa del día: “Los sacrificios de Dios son un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y contrito oh Dios no despreciarás”. Salmo 51:17

PR Audio Andreina

Hoy quiero compartir lo que Él me ha mostrado hoy en el ayuno que hice, y que no entendía nada y por lo mismo, me llevó a este ayuno. Le doy gracias a mi Padre amado, por hacerme entender que Su amor y bondad es diferente al amor de los hombres terrenales.

Quiero compartir que el martes en la mañanita estaba dormida con mi hija, cuando mi esposo terrenal nos levanta a mí y mi hija menor con abrazos y él le decía a mi hija: te amo. ¿saben? sentí envidia de mi hija, aunque como decimos acá en nuestro país, él me dio unos cariñitos a mí y mi hija; pero sentí envidia de la palabra te amo y ese día lo pasé muy mal, triste, hasta lloré y lo llevé y se lo rendí a mi amado Señor, y yo le decía que entendía que el amor de padre es uno, el de esposo es otro y de mi Padre Celestial es el más grande mejor e infinito.

Hoy en el ayuno leyendo el curso dos me habló mi Amado que ese vacío que sentía, era porque mi padre terrenal no fue amoroso, no me dio consejos, nunca estuvo cuando necesitaba algo de mi padre y por lo mismo me refugié en mi esposo terrenal, creyendo que él iba a suplir ese amor de padre y me equivoque, hoy mi Padre Celestial, me dice que soy Su princesa y que Él espera que yo hable con Él todas las cosas que siempre quise decirle a mi padre terrenal y que Él me cuida y me ama mucho. Le doy gracias por hacerme entender que tenía que rendir ese deseo a mi Amado y Él quiere que conozca ahora a su hijo, para que yo sea Su novia, se que lo lograré con la ayuda de mi Padre Celestial.

Quería compartir esto, para que dejen todo en manos de nuestro Padre y nuestro novio el Señor, para que nos vayamos cambiando y renovando cada día, y que me abrió los ojos y entender lo que Él quiere para mí, por eso me decía una y otra vez el Salmo:51:17 “los sacrificios de Dios son un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y contrito ¡oh! Dios no despreciarás”. Con razón sentía de mis entrañas un profundo dolor que no sabía cómo explicar y solo le decía: sé que duele, pero cámbiame y me duele mucho y solo acabo de entender lo que era, gracias a mi Padre amado por instruirme y llevarme a Sus caminos.

Bueno amadas, las invito a llevar todo en oración y en ayuno para que nuestro amado Padre y nuestro novio, nos vaya renovando y nos vamos librando de todo dolor o sufrimiento que tengamos no sólo de nuestro matrimonio, sino también de las cosas que traemos desde pequeñas, tenemos el mejor amor que nunca cambia y que nos ama como somos; pero quiere de nosotras lo mejor, quiere cambiarnos en todas las áreas de nuestras vidas, quiere que le entreguemos nuestras cargas y quiere que le contemos todo y que hablemos con Él de todos nuestros miedos y luchas, que le digamos todo lo que queremos y que Él haga en nosotras para ser esa novia o esposa de Su hijo.

~Una Novia en Venezuela