¡Él lo merece todo de mi!

Amado y querido consejero: Es dulce y a la vez muy doloroso ver como trabajas en mi, como sacas la venda de mis ojos y sacas todo lo impuro de mi, mis ídolos y todo lo que no es digno de ti, ayer me sucedió algo tan duro y hermoso a la vez, eso solo puede venir de ti mi amado vencedor, tu no te rindes conmigo, siento que una nueva etapa de nuestra relación ha comenzado. Has quitado mucho de la vieja yo, tanto, que sola nunca lo habría hecho.

Hasta el momento te sentí tierno, lindo, dulce, me consuelas, pero ayer fue un salto. Me sentía tan triste porque no podía sentirte, era como que me habías dejado, entonces clamé y te dije que sin ti no podía vivir, que todo me falte menos TU, fue ahí cuando me levanté y fui obligada a limpiar mi casa y hacer los alimentos que los había dejado a un lado por buscar de mi amado.

Sin entender porqué me enfoque en realizar todas mis tareas y con qué rapidez, dije: “Señor no entiendo pero algo me quieres decir”, fue ahí cuando vino a mi mente: Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

Fue de inmediato, lo entendí Señor, no puedo agradarte sin cumplir mi parte, ahora entiendo que: Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mi magnífico Soberano Rey, mi amado, me gozo de que tu vara y tu cayado me infundan aliento, te alabo, te adoro, Grandioso Señor me haces entender el camino a seguir luego de que yo no lograba entender lo suficiente.

Queridas amadas, en ÉL podemos ser tan bien cuidadas, le he pedido que quiero ver esa ciudad nueva en la que Él pone fundamento y es constructor y arquitecto. Quiero ser nueva ya no deseo volver a ser egoísta, amargada, en fin todo lo que no es de mi amado que sea transformado. El es tan fiel que me siento en un momento de paz luego de tantas tribulaciones, lo siento más cerca que antes y me ha llenado de alegría, de más fe.

Mi amado se merece todo no mis migajas, no el despojo que quede de mis angustias. Trabajas en mi y deseo servir y rendir mi vida para Tu gloria, el proceso ha sido duro pero como te amo ahora mas que ayer. Eres el todo que me ha completado, tanto que siento como voy soltando mis viejos ídolos desde adentro, ahora no solo visibles ante los ojos terrenales sino del espíritu, me alegras, me gozo en Ti, me inundas con tu amor.

Mis amadas es doloroso y necesario pero es una de las pocas veces que lo sentimos más cerca que nunca, como nos pasa por el fuego. No me imagino un día sin disfrutar en mi vida de ese amor.

“Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas.” (Salmos 119:27)

Cada oración es escuchada por ti, me haces entender, cada vez que paso por un prueba viene a mi mente todo lo que haz hecho en mi y cada oración contestada, grande es tu fidelidad.

“Dame entendimiento, y guardaré tu ley, y la cumpliré de todo corazón.” (Salmos 119:34)

~Perla