quiero animarte a que vengas aquí todos los sábados para compartir tres cosas por las que estás agradecida, relacionadas con la semana pasada. Así es como convertimos el agradecimiento en un hábito, lo que por supuesto cambia la vida
No había espacio para que mi esposo fuera el líder principal. Yo tomaba las decisiones, pagaba las cuentas, definía los proyectos. La última palabra en la casa era mía. Hasta que empecé a sentir a Cooper distante y frío, y fui a hablar con él para entender qué estaba pasando, y me dijo que no quería seguir casado. Unos días después, fue a casa de mi padre, me devolvió, recogió su ropa, dejó su anillo y se fue, sin que yo estuviera en casa.